Pornografía y Fetichismo

Piensa por un momento en la pornografía. Por regla general, muchas personas consumen y ven pornografía con la idea de que ahí pueden encontrar cualquier actividad imaginaria referente al sexo. Entre esas actividades incluiríamos, por ejemplo, el fetichismo. Pues bien: si te acercas a los videos pornográficos que circulan por ahí verás que, en el fondo, la selección de comportamientos sexuales que se ofrecen es bastante limitado y casi siempre muestra el mismo ritual de comportamiento, algo que suele comenzar con una buena mamada pero que no puede ilustrarnos demasiado sobre lo que es, en el fondo, el fetichismo, algo muy abierto y que va mucho más allá de la sobada imagen del tío que se pone cachondo al acariciar un zapato de aguja de mujer.

Tabaco y Fetichismo

¿Podías imaginar, por ejemplo, que alguien haya encontrado su fetiche en la observación de alguien fumando? Pues lo hay. Un amigo nos contó que le excita profundamente ver a alguien fumando en ropa interior. Si tú lo hicieras delante de esta persona, si fumaras en ropa interior en su presencia y él te viera juguetear con el humo, soltarlo, vamos a suponer, a través de unos pantis, o sintiera como derramas el humo sobre él, muy probablemente no resistiría a la tentación de masturbarse. ¿En apariencia extraño, verdad? ¿Hubieras imaginado que algo tan sencillo como la imagen de alguien fumando podía excitar a alguien hasta ese punto?

Consejos y orientaciones acerca del Fetichismo

Lo que queremos es que comprendas que nuestra intención es arrojar paletadas de luz sobre esas sombras en las que se envuelve el fetichismo. Los consejos, ideas y apuntes que iremos dando aquí serán no sólo de interés para el fetichista en sí, sino también para sus amantes, para los curiosos, para todos los que buscan respuestas o tienen inquietud sobre estos temas. También para los que quieren aprovechar al máximo un fetiche, sacarle un rendimiento, encontrar el camino para, gracias a ese fetiche, gozar mucho más cuando se sumergen en el universo ya de por sí gozoso del sexo.

¡Quién sabe! Igual lees estos consejos y estos apuntes y descubres que, en algún rincón de ti, agazapado en las sombras, habita un fetichista de primera. Quizás ese fetichista sólo precisa de las preguntas adecuadas y de la información pertinente para romper el cascarón y salir a la luz. Si es así, si ese fetichista está dentro de ti, no impidas que muestre su rostro. Cuando lo haga, cuando se reconozca como tal, habrá dado el primer paso para disfrutar de una mejor sexualidad.

El universo del Fetichismo

Lógicamente, un universo tan amplio como el del fetichismo no puede resumirse en un listado de fetiches. Aquí te iremos mostrando la matriz de ellos, el punto de procedencia de muchos de ellos. Ya la matriz en sí es reveladora e instructiva. Reconocer la matriz de tu fetiche te servirá, ya, para conocerlo mejor y, por ello, para obtener de él un mayor rendimiento. Esperamos que encuentres aquí lo que buscas. En cualquier caso, si tenemos una cosa clara es que seguro que en nuestros apuntes podrás encontrar ideas para añadir algo extra a tu vida sexual, y enriquecer tu vida sexual es uno de los caminos más placenteros que puedes encontrar para ser una persona más feliz.

Los seres humanos están hechos para disfrutar del sexo, y estamos diseñados para compartirlo. El mundo del sexo es mucho más que hacer un bebé, consolidar una relación o buscar una liberación rápida de nuestras tensiones cotidianas con cuatro gestos repetidos que acaban en una eyaculación o un orgasmo más menos ritualizado y tempranero, demasiado tempranero.

Sexo y Fetichismo

El sexo habita tanto en el cuerpo como en el cerebro, tanto en la piel como en el alma. Por eso nuestros anhelos y gustos sexuales pueden ser mucho más inusuales e interesantes que lo que nos dicen los estereotipos culturales que debemos hacer en la cama. La imaginación sexual no tiene barreras. Somos nosotros, con nuestra identidad cultural heredada, los que le ponemos coto.

Tú puedes ir a una cita y que su éxito o fracaso dependa de los zapatos con los que se presente tu cita o de la chaqueta que haya decidido ponerse ese día. Imagina que, por lo que sea, detestas el cuero, y que ella decide presentarse luciendo una pieza de ese material. ¿Tu reacción sería igual que si, por ejemplo, se presentara con esa blusa de seda blanca y medio escote que te vuelve loco? Seguramente no. En pequeños detalles así se puede contemplar cómo el fetichismo, en mayor o menor grado, es algo mucho más extendido y más determinante de lo que pensamos.

Hay mil cosas que pueden ponerte a cien. Follarte a tu pareja delante del ordenador, por ejemplo. O sentir cómo te la maman mientras vas embutido en caucho. O tirarte un buen rato andando a gatas a los pies de quien deseas, sintiéndote su mascota preferida, su perrito fiel.

BDSM, Fetichismo y fetiches

Para algunas personas, la palabra “fetiche” es un sinónimo de BDSM. Esa visión es sumamente restrictiva. El fetiche va mucho más allá y su abanico de posibilidades es muy amplio. Por eso las concepciones que se tienen de los fetiches son muy variadas. Se puede pensar que un fetiche es algo divertido, alocado, enfermizo, indignante, fascinante, extraño, interesante, por supuesto caliente… En cualquier caso, el fetiche puede tener que ver con el BDSM, pero no tiene que ser así obligatoriamente. Quizás el pensar en un tipo determinado de ropa (trajes brillantes, vestidos góticos de goma o cuero, corsés ajustados con botas de tacón, hebillas brillantes…) hace que imaginemos a una dominatrix tipo Catwoman. Pero hay que tener claro que adorar los pies de una mujer es una cosa y anhelar su dominio sobre nosotros es otra. Son juegos sexuales distintos.

Hay que quitar misterio a la palabra fetiche. Ya está bien de cargar a cuestas con el estereotipo del misionero como postura normal para hacer el amor. Hay un mundo de placeres carnales mucho más de eso. Después de todo, cada cual tiene, en cierto modo, su propio fetiche sexual. ¿Por qué hay quien habla de lo caliente que le ponen las rubias? ¿O por qué a una mujer le pueden gustar los hombres con gafas? ¿No es una especie de fetichismo sacralizar como el súmmum del placer el sexo anal? ¿Por qué hay hombres que sueñan con correrse en la cara de su pareja? ¿Seguro que no hay fetichismo detrás de esos anhelos?

El fetichismo está ahí, arraigado en nuestros sueños, y lo que no vamos a hacer es desecharlo, de buenas a primeras y sólo guiándonos por la cultura heredada, por impuro o por mal visto. Vamos a conocerlo y luego ya veremos.