Anatomía masculina básica

Estamos de acuerdo en que antes de comenzar a jugar a algo o con algo hay que conocer los instrumentos y elementos del juego, ¿verdad? Y si esos elementos que participarán en el juego y serán parte fundamental de su desarrollo son tu polla y tus huevos, estarás de acuerdo en pensar con nosotros que hay que conocer la anatomía de esos órganos, ¿verdad? Por ello te vamos a ofrecer aquí cuatro nociones básicas para que conozcan mejor tu aparato reproductor y urinario.

Aquí vamos a hablar de los tesoros que hay entre las piernas del hombre. Al hacerlo, no queremos reemplazar en modo alguno la competencia, la atención o la información que puedan proporcionar los profesionales de la medicina. Si crees que tienes algún problema de tipo médico o anatómico que puedan dificultar tus juegos CBT, no lo dudes: consulta antes de iniciarte en el juego a tu médico de confianza.

El pene

El pene tiene cinco puntos importantes a tener en cuenta: el árbol, el glande o cabeza, la corona, el frenillo y el meato uretral. El eje es, simplemente, el tallo del pene. El glande o cabeza, es el casco o forma de seta que está en la punta del pene. La corona es la cresta en la parte inferior del glande, y puede estar más o menos definida y ser más o menos grande en función del hombre. El frenillo es el área que se encuentra justo por debajo del glande en la parte inferior del pene, en el borde de la corona y que forma un ligero punto hacia la punta. El frenillo, en muchos de los hombres, es una parte especialmente sensible del pene. En los hombres que están circuncidados, la región justo por debajo de la cabeza del pene es el punto en el que el prepucio se fija en el eje del pene. El meato uretral es la abertura que se encuentra en la punta de la uretra, aproximadamente en el centro de la cabeza del pene.

Visto y examinado ya desde fuera, fijémonos ahora en su arquitectura interna. Dentro de él hay mucho más de lo que te imaginas. Conectado al meato uretral está la uretra. La uretra es el tubo por el que pasa el fluido pre-eyaculatorio, el semen y la orina. A cada lado de la uretra, y también en sentido longitudinal a lo largo del pene, hay dos tubos largos formados por un tejido suave. Uno es el cuerpo cavernoso y el otro, el cuerpo esponjoso. El primero se extiende por la parte superior. El segundo, a lo largo de la uretra. Ambos acaban cubriendo la totalidad del pene y, fundamentalmente, son reservorios de sangre. Cuando estas dos estructuras (el cuerpo cavernoso y el cuerpo esponjoso) se llenan de sangre, que es una parte normal de la excitación masculina, el pene se erecta. Vamos, que te pones palote. Este proceso se llama vaso-congestión. ¿Es necesario eso para que los penes sientan placer? Pues no. Y que nadie se llame a engaño: la falta de erección no debe significar, por sí sola, que el hombre no está disfrutando del encuentro sexual.

Los testículos

Los testículos producen dos de los elementos que son, para muchas personas, la esencia misma de la masculinidad: la testosterona (que también es producida por las glándulas suprarrenales) y los espermatozoides.

Los testículos están situados dentro del escroto y son dos órganos semiduros, básicamente ovalados y que pueden gozar de cierta libertad de movimiento dentro del escroto. Esta libertad de movimiento es muy importante. Cuando se recibe un golpe en los genitales masculinos, esa movilidad de los testículos dentro del escroto permite que el daño no sea tan lesivo. De hecho, los hombres lo sabéis, el acto de apretar un testículo puede causar mucho daño en el mismo. Lo mismo sucede con el epidídimo y los conductos deferentes. Tanto uno como otros sirven para transportar el esperma que los testículos producen.

Es normal que un testículo cuelgue más que otro. No te asustes si lo ves en ti o en tu socio de cama. Es absolutamente normal. Nada se ha desprendido de su sitio.