Riesgos del CBT

Dentro de las prácticas BDSM, el CBT, Cock and Ball Torture o tortura de los genitales masculinos, es una de las más agresivas. Tanto cuando se realiza con las manos como cuando se realiza con los múltiples instrumentos diseñados para aplicar este tipo de tortura (paracaídas, ball stretcher, ball butcher, humbler…), el CBT implica, si no se practica con las prevenciones necesarias y extremando al máximo las medidas de seguridad, un riesgo evidente para una zona de la anatomía masculina especialmente sensible.

En este artículo de InfoBDSM queremos realizar un repaso de cuáles son las lesiones más comunes asociadas a la práctica del CBT y también señalar cuáles son las precauciones mínimas que debe tomar toda persona que participe en una sesión CBT para evitar todo tipo de problemas.

La primera cuestión que hay que tener en cuenta cuando se practica CBT es ser conscientes de que el dolor que experimente el sumiso al que se le está infligiendo la tortura genital no debe ser considerado un indicador fiable. ¿Por qué? Más allá de la tolerancia que pueda tener cada persona al dolor, no podemos olvidar nunca que un tejido privado de sangre durante un tiempo prologado deja de doler, lo que no significa, en modo alguno, que dicho tejido se encuentre bien en esas condiciones. Por eso es de una importancia capital prestar atención a los cambios de color que puedan experimentar los testículos o el pene durante la práctica del CBT. La aparición de un edema, la pérdida de color, una hinchazón visible en las partes blandas del pene o en el escroto por debajo o alrededor de un nudo o una cuerda son señales que deben ser tenidas en cuenta, pues indican que algo no va como debiera en la práctica del CBT. Si no atendemos a dichas señales, las lesiones derivadas de la práctica del CBT pueden ser muy variadas.

Lesiones leves producidas por el CBT

Entre las lesiones más comunes y menos importantes que pueden derivarse de la práctica del CBT podemos destacar las siguientes:

  • Abrasiones. Éstas suelen producirse cuando se utiliza cuerda de cuero cruda o áspera o cuando se usan instrumentos (por ejemplo, paracaídas de cuero) de baja calidad. Un paracaídas para los testículos con los bordes mal terminados puede causar abrasiones en los genitales durante la práctica CBT.
  • Pequeños cortes. Estos pequeños cortes pueden producirse no sólo cuando se afeitan los testículos del sumiso. También se pueden producir cuando, por ejemplo, su usan cuerdas demasiado finas o cuando, de forma más o menos involuntaria, se produce un arañazo.
  • Hematomas. En caso de que se produzca un hematoma en los testículos a consecuencia de una práctica CBT es necesario acudir a un especialista médico para que diagnostique la posible lesión y aplique un tratamiento. En estos casos, se puede aplicar hielo en la zona del hematoma (siempre envuelto en un paño) o algún tipo de pomada tiendo siempre en cuenta que la piel de esa zona es mucho más sensible y delicada que la de otras zonas del cuerpo.

Lesiones más graves producidas por el CBT

Más allá de estas lesiones de carácter leve o menos grave, la práctica del CBT puede ocasionar lesiones de mayor consideración y más preocupantes. Entre esas lesiones debidas a la práctica del CBT encontramos la torsión testicular, la fractura del pene, el hidrocele o, la más grave de todas, la rotura de un testículo. Veamos en qué consiste cada una de estas lesiones genitales masculinas.

La torsión testicular

Este tipo de lesión por práctica de CBT es más probable cuando los testículos cuelgan más. Cuando hablamos de la torsión testicular estamos hablando, más concretamente, de la torsión del cordón espermático, es decir, del cordón que sostiene el testículo al resto del tracto genital. La torsión testicular produce una isquemia testicular que va asociada aun dolor súbito y que puede provocar vómitos y náuseas. Para tratar la torsión testicular hay que recurrir urgentemente a la cirugía. En estos casos, lo mejor es operar el testículo antes de que transcurran seis horas desde que se haya producido la lesión, ya que de no hacerlo se puede perder el mismo.

Fractura de pene

Del mismo modo que cuando hablamos de torsión testicular hablamos de torsión del cordón espermático, cuando hablamos de fractura de pene estamos hablando, en propiedad, de fractura de la túnica albugínea, un tejido que envuelve los cuerpos cavernosos del pene. Este tipo de lesión de los genitales masculinos suele producirse, durante el acto sexual, cuando el pene está erecto. Al producirse esta lesión genital se escucha un chasquido. Tras él, el dolor invade a la persona a la que se le ha roto el pene y éste pierde de inmediato su erección y se inflama a consecuencia del hematoma. La enseñanza que se puede extraer de esto es que, durante la práctica del CBT, hay que evitar golpear con excesiva rudeza el pene cuando éste se encuentra erecto.

Hidrocele

Esta lesión genital masculina es una de las más habituales cuando se practica CBT sin cumplir las prevenciones de seguridad mínimas. El hidrocele podría definirse como un aumento del volumen del testículo o testículos debida a la acumulación de líquido en el interior del escroto. El hidrocele puede ser debido a la acumulación de líquido debida a la inflamación de uno o de ambos testículos o a la obstrucción de un vaso sanguíneo o de un vaso linfático. Por regla general, los hidroceles no acostumbran a ser dolorosos y suelen remitir solos, pero siempre es conveniente vigilarlos, pues, aparte de poder ser debidos a un traumatismo genital producido por la práctica del CBT, también pueden estar relacionados con alguna enfermedad testicular oculta como puede ser una infección, un tumor o, en algunos casos, una hernia inguinal. La hernia inguinal, de no tratarse, puede derivar en el estrangulamiento del lazo intestinal por la pared abdominal, lo que, en caso de que se produjeran complicaciones, pondría en riesgo la vida.

Rotura de un testículo

De entre todas las lesiones genitales por práctica del CBT, la rotura de un testículo es, sin duda, la peor de todas. Se llama rotura de un testículo a la rotura de la cubierta exterior del mismo. Cuando eso se produce, el contenido del testículo se derrama por todo el saco escrotal. La rotura de un testículo provoca un gran dolor, acompañado de náuseas y vómitos, la rápida hinchazón del escroto debido a una hemorragia interna y la aparición de un gran hematoma. Ante la simple sospecha de haber padecido una rotura del testículo, hay que acudir inmediatamente a urgencias médicas para ser tratados cuanto antes.