Preparando tu equipo

Que la configuración de la escena es algo que debe realizarse meticulosamente es algo que ya ha quedado claro. Hemos hablado de ello en alguna ocasión. Y para que esa configuración quede convenientemente planificada es de vital importancia la elección del equipaje y ropa que se necesitará para escenificar la misma y plasmar el guión que hayáis imaginado.

Una vez imaginado y plasmado el guión, debéis haceros una pregunta fundamental: ¿tenéis ya los juguetes adecuados o debéis buscar juguetes nuevos para poder cumplir vuestra fantasía?

Comprar la ropa y el equipo para llevar a cabo vuestra fantasía sexual puede ser una excelente experiencia erótica para ambos. Si debes dominar, hazlo ya desde el principio. Cuando vayáis de tiendas, exhibe tu posición dominante y ordena los elementos que llevará. Serán los que tú selecciones. Puedes oír su opinión e incluso dejar que elija un juguete entre varios, pero debe quedar meridianamente claro tu dominio. Puedes obligarle a llevar ropa interior satinada, o un dispositivo de castidad bajo la ropa, o hacer que se vista como una niña. Tu capricho es orden y tu gusto, ley.

Puede ser que prefieras realizar la compra por internet. Seguramente tendrás muchas opciones. Los sex-shops on-line están a la orden del día y en ello puedes encontrar todo lo que satisfaga tus deseos y tus gustos. Estas tiendas on-line tienen un maravilloso catálogo en el que, navegando, encontrarás lo que se ajuste a tu fantasía.

Si eres una persona ordenada, con afán catalogador, y tienes un buen número de juguetes eróticos, puedes pasar un buen rato catalogándolos. Busca tarjetas y escribe en ellas el nombre, tamaño, color y uso de cada juguete. Asigna a cada tarjeta un número. Dicta los números a tu sumiso y que te traiga los juguetes correspondientes a cada número. Por ejemplo, puede llevarse las tarjetas correspondientes al 8, al 12, al 15 y al veinte y regresar con un collar, una correa, un látigo o unos guantes determinados.

Algunos sumisos consideran este juego algo muy erótico, pues, buscando los juguetes, ya imaginan el uso que puede dárseles y eso ayuda a que se pongan a tono. Aunque también puede suceder que tú, como persona dominante del juego, prefieras mantener el misterio y el poder en todo momento y, para hacerlo, optes por elegir los equipos sin dejar que tu sumiso participe en la elección. Si es así, el papel de tu sumiso quedará limitado única y exclusivamente a vestirse como tú ordenes y a presentarse ante ti siguiendo tus más estrictas instrucciones.

Planifica bien qué juguetes necesitarás y déjalos al alcance de la mano. Es muy molesto, en mitad de una sesión, tener que desplazarse al armario, la bodega o el baúl a buscar el juguete que el juego requiere en ese instante. Que todo esté al alcance de la mano. Que todo esté limpio. Si no es así, tu rol dominador puede verse afectado. Una Dómina desorganizada pierde la mitad de su autoridad. Y sin autoridad un Ama es poca cosa.

Señales de aviso

A veces las Amas inexpertas se preguntan de qué modo hacer saber a su sumiso que se está planeando una escena. ¿Cómo hacerle saber, por ejemplo, que se necesita una alfombra? La comunicación con el sumiso debe ser fluida y, para que eso sea así, debe crearse un código claro que sea conocido tanto por el Ama como por el sumiso. Como dicen las reglas básicas de la comunicación, emisor y receptor deben estar en posesión de un código compartido que les permita comunicarse.

Una señal clara de invitación abierta y sin tapujos a una sesión es llamar al otro por su nombre de juego. Más clara todavía es que el sumiso llegue a casa y se encuentre a su ama vestida con su ropa de dominio, “vestida para matar”.

Sea como sea la señal, el Ama debe estar dispuesta a aceptar un no de su sumiso. Puede estar enfermo. Puede estar cansado de trabajar. O puede, simplemente, no tener ganas. Que no esté en su ánimo en ese momento participar en uno de esos juegos que tanto os divierten. No siempre se tienen ganas de sexo. Tampoco siempre tienes ganas de comer, ¿no? La negativa no tiene porqué ser, en principio, una señal de resquebrajamiento de tu autoridad. La negativa es humana. Ya verás cómo llega un momento (más pronto que tarde) en que su no se convierte en sí. Y entonces podrás volver a ser dominadora y tirana.

Otra manera de enviar una señal es llamar al trabajo y dejar un mensaje codificado, algo que sólo podáis comprender cabalmente vosotros dos. Puede ser que en el momento en que reciba la nota no esté con el ánimo predispuesto, pero la nota le acompañará durante todo el día y, al pensar en ella, crecerá en él y, muy probablemente, crecerán también las ganas de llegar a casa para someterse a los caprichos de su Ama. Quizás le veas llegar después jadeando, suplicando su ración de sumisión y lujuria.

Puede ser que prefiráis programar un tiempo planificado y regular para dedicar a vuestros juegos. Puede ser que para vosotros el miércoles o el segundo fin de semana de cada mes, por poner un ejemplo, sea el tiempo que destináis a tener una de vuestras sesiones. La virtud de la programación es que podéis planificar y preparar el escenario BDSM a conciencia. Podéis, también, cuadrar vuestras agendas. Ninguna otra obligación social debe hallar hueco en esos días que vosotros reserváis para vuestro juego y placer.