Siempre hay una primera vez. Atraídos por la práctica del BDSM, nos decidimos al final un paso adelante e intentamos contactar con una Dómina. Quizás nos hemos informado antes sobre el origen de la figura de la Dominatrix. Tenemos, incluso, una visión más o menos estereotipada sobre cómo va vestida una Dómina, pero… ¿sabemos exactamente lo que podemos esperar de una Ama en una primera cita? En este artículo vamos a intentar explicar qué puede esperarse de una primera cita con una Dómina.
Lo primero que hay que tener presente es que en el BDSM no hay nada escrito. Es decir: pueden darse infinidad de escenarios y situaciones. Lo segundo que no hay que olvidar nunca al hablar de BDSM es que éste se fundamenta, siempre, sobre un pacto. Sin pacto no existe BDSM. Así, lo más normal es que Dómina y nosotros, en nuestra primera cita, y antes de empezar la sesión, fijemos los límites dentro de los cuales debe desarrollarse la misma.
Saludo y exploración
El primer contacto con una Dómina será, lógicamente, el saludo mutuo y, sobre todo, el saludo que Ella nos dé. Si antes no hemos tenido contacto alguno (telefónico, por ejemplo) y Ella no sabe nada de nuestros deseos, necesidades y, por supuesto, límites, deberá aprovechar esta toma de contacto inicial para bucear en ellos y, en base a ello, poder después estructurar la escena que vamos a compartir.
En algunos casos, podemos encontrarnos con que, en nuestra primera cita con una Ama, Ésta nos entregue un formulario por escrito para que en él detallemos cuáles son nuestras preferencias, cuáles nuestras limitaciones, cuál nuestra experiencia. En muchas ocasiones, las Dominatrices aprovechan estos formularios para exponer a su sumiso sus especialidades (escenarios y formas de juego) para que, así, aquél pueda optar por aquellas prácticas o experiencias que más le atraigan o estimulen.
Esta especie de croquis de las características y gustos personales de Dómina y sumiso también se realiza, como un esbozo previo, cuando se contacta con la Dómina por internet o por teléfono. Ser absolutamente sincero en la contestación de estos formularios por escrito o hablados es fundamental para garantizar el éxito de una sesión BDSM y para que la misma sea placentera y enriquecedora para ambas partes.
Formularios de gustos y límites
En sus formularios para una primera cita con una Dominatrix, Éstas ofrecen un amplio abanico de escenarios, juegos y fetiches dominados por Ellas. Si uno de ellos nos llama la atención o nos atrae sin que sepamos muy bien por qué, escojámoslo. Ésa es la mejor manera de garantizar el éxito de una escena.
Muchos sumisos primerizos al contactar por vez primera con una Dómina se sienten atraídos por los juegos de dolor. Habitualmente, el sumiso primerizo opta por escoger un dolor suave. Las petición de una experiencia de dolor fuerte es más habitual en sumisos ya más experimentados.
Los sumisos novatos, por ejemplo, suelen escoger juegos de pinzas o prácticas suaves dentro del universo CBT, esto es, la tortura de los testículos y el pene. Este tipo de prácticas (poner pinzas en los pezones o la polla o atar testículos y pene con una cuerda de algodón) acostumbran a figurar en el repertorio de prácticas que las Dóminas profesionales ofrecen a sus clientes sumisos. Una buena Dómina sabrá llevar la experiencia del dolor solo hasta el límite que su sumiso neófito le haya marcado, y nunca más allá.
Humillación, bondage y negación del orgasmo
La humillación erótica puede realizarse de muchas maneras. Una buena Dómina domina una cantidad ingente de ellas y la incluye, siempre, en ese formulario que extiende a su sumiso novato. Entre dichas formas de humillación erótica en esa primera cita con una Dominatrix podemos encontrar, entre otras, las siguientes:
- Forzar al sumiso a travestirse. Es decir: feminizarlo. De la feminización como técnica de humillación ya hablamos en nuestro artículo “La feminización como técnica de dominación”.
- Burlarse del pene del sumiso y tratarlo como un simple objeto.
- Ridiculizar al sumiso verbalmente.
Para la inmensa mayoría de los sumisos, el sentirse humillados es fuente de gran placer.
Otros sumisos, por su parte, optan en su primera cita por experimentar qué se siente al ser atados. En una versión suave de lo que es todo un arte (el Bondage) el sumiso puede ser atado a una silla o una cama. Las Dóminas de categoría, sin embargo, disponen de medios para realizar ataduras más duras y, ciertamente, artísticas y llamativas. En este caso estamos hablando del uso de cruces de San Andrés, de potros o, incluso, de ruedas.
Otra de las opciones que las Dóminas profesionales ofrecen a sus sumisos/clientes es la de la negación del orgasmo. En algunos casos, tras un tiempo de “tortura”, las Amas dejan que sus sumisos se corran. En otras, esta posibilidad está absolutamente vedada. En algunas, incluso, llega a colocar al sumiso dispositivos de castidad. Todos estos extremos, lógicamente, deben ser pactados por Dómina y sumiso.
Muchas posibilidades de juego
Como ves, son muchas las posibilidades de juego por las que puede optar un sumiso en una primera cita con una Dómina profesional y muchos los diferentes tipos de prácticas propias del universo BDSM de las que se pueden disfrutar. De la imaginación de la Dómina en cuestión y de nuestras ganas de experimentar dependerá, en última instancia, hasta dónde pueda llegarse. El éxito final de la experiencia dependerá en gran medida de la sinceridad al contestar ese cuestionario y, sobre todo, de la comunicación que establezcamos con nuestra Dómina y de nuestra confianza en ella.