Tease and Denial

Tease and Denial. Con esta expresión anglófona se conoce una práctica habitual en el universo BDSM, la de la negación sexual erótica o negación del orgasmo, una de las formas que puede adoptar el control del orgasmo.

Al control del orgasmo ya dedicamos en su momento un post en nuestra web. Allí hicimos hincapié en cómo una práctica de control del orgasmo puede servir para crear vínculos muy fuertes en el interior de pareja. El control del orgasmo sirve, también, para proporcionar al Ama un control sexual absoluto sobre su sumiso o su esclavo, lo que puede traducirse en el mantenimiento de un estado casi permanente de excitación sexual durante toda la práctica BDSM.

La práctica que, explícitamente, recibe el nombre Tease and Denial o negación del orgasmo, consiste en estimular los genitales hasta el punto de llegar hasta el límite mismo del orgasmo pero sin llegar a traspasarlo nunca. Llegado a ese punto, el Ama reduce o elimina toda estimulación. Transcurrido un determinado tiempo, la persona dominante puede volver, de nuevo, a proseguir con la estimulación de la sumisa para, otra vez, detener la misma al borde mismo del orgasmo. La realización de este proceso en diversas ocasiones convierte a la parte Dominante en la fuente de placer más grande con la puede soñar la parte sumisa. El deseo, así, se vuelve muy intenso.

La variación controlada tanto de la intensidad como de la velocidad de la estimulación deben tener un objetivo: mantener al hombre en el punto más alto de la fase de meseta. Llegado a ese punto es relativamente sencillo profundizar en la psique del sumiso y conocer su funcionamiento más profundamente para, así, poder dominarlo mejor.

Las intensas sensaciones que van asociadas a esta práctica de la negación del orgasmo pueden incrementarse más aún si la misma se combina con la práctica del bondage, el shibari u otras formas de inmovilización del sumiso/esclavo.

Orgasmo estropeado

Una de las modalidades del control del orgasmo cercana a la negación del orgasmo es lo que se conoce como ruined orgasm, orgasmo estropeado u orgasmo arruinado. En este caso, la estimulación no se retira instantes antes de llegar al orgasmo, sino que se detiene y retira justo en el momento del llegar al orgasmo. Así, el orgasmo no es un orgasmo completamente satisfactorio, sino un orgasmo a medias. El hombre eyacula, sí, pero su eyaculación no viene acompañada de esa explosión de placer y satisfacción que tiene lugar cuando se disfruta de un orgasmo completo. Es más que una explosión, un lento derramarse, un manso fluir de semen.

El orgasmo arruinado puede ser (y de hecho lo es) un magnífico método de tortura. ¿Qué puede resultar más torturador para un sumiso/esclavo que esperar el gozo de un orgasmo completo y tener que conformarse con esta aproximación vicaria al mismo?

Negación total del orgasmo

La negación total del orgasmo va, como su nombre indica, un pasito más allá de la negación del orgasmo. Ésta puede ser temporal y resolverse en un orgasmo arruinado o en un “regalo” hacia el sumiso/esclavo en forma de orgasmo finalmente concedido. Éste, tras haber sido negado en diversas ocasiones, puede convertirse en un orgasmo de especial intensidad.

En el caso de la negación total del orgasmo, ese “premio” no existe en modo alguno. Para ejecutar la negación total del orgasmo, la parte dominante no sólo suprime, llegado el momento, todo tipo de estimulación genital. También impide que el sumiso/esclavo pueda tocarse. Atarle las manos o impedir, mediante cualquier tipo de atadura o sujeción, que “se frote” con algo, pueden ser buenas maneras de negar totalmente el orgasmo a un sumiso/esclavo. Otra buena manera es utilizar un cinturón de castidad masculino. De ellos ya hablamos en nuestro post “La castidad forzada”. Castigarle el pene a la reclusión de una “jaula” es una excelente manera de dominar al sumiso/esclavo.

Negación del orgasmo a largo plazo

Los cinturones de castidad masculinos pueden servir para llevar la negación del orgasmo un grado más allá, a una dimensión en que la dominación se fundamenta en un mayor compromiso entre las partes tanto a nivel psíquico como a nivel sexual.

Gracias a esta práctica se consigue un dominio total sobre la sexualidad del sumiso. Ignorar cuándo le puede ser concedida la libertad de disponer de su propio orgasmo o cuándo puede ser usado como juguete sexual puede resultar terriblemente excitante para un sumiso/esclavo.

El tiempo que se indique como tiempo de negación del orgasmo es algo que depende de cada pareja. De la misma manera, cada persona reacciona física y psicológicamente de diferente manera a la prolongación del tiempo de negación del orgasmo.