Si algo diferencia al ser humano de los animales es la forma de disfrutar del sexo. Al instinto animal le sumamos nuestra capacidad imaginativa y el resultado es un amplio abanico de prácticas sexuales a nuestro alcance. Muchas de esas prácticas son tenidas por raras e, incluso, perversas y escabrosas. Hay quien afirma incluso que son enfermizas. Los psicólogos las llaman parafilias. Nosotros preferimos relacionarlas con el concepto de fetiche.

En este artículo abordaremos primeramente el significado de la palabra fetiche para, después, hacer una relación de los más raros. Por extraños y singulares que puedan parecer, todos ellos tienen su público. Y ese público disfruta con esas prácticas sexuales que, podríamos decir, no son demasiado habituales.

Fetiches raros

¿Qué es un fetiche sexual?

En nuestro artículo “Introducción al fetichismo” señalábamos hasta qué punto puede ser variada la sexualidad humana. El deseo, apuntábamos, podía habitar en nosotros de muy diversas maneras.

¿Quién creó el concepto de “fetichismo sexual”? Sigmund Freud. Desde entoces, el fetichismo sexual es concebido en Psicología como una manifestación sexual que consiste en tener alguna parte del cuerpo humano, una prenda o cualquier otro tipo de objeto como estímulo sexual que provoca deseo y excitación.

Muchos psicólogos, tal y como hemos señalado antes, llaman a los fetiches sexuales parafilias. Al hacerlo, incurren en pecado de generalización. ¿Por qué? Porque solo puede hablarse de parafilia cuando el objeto fetiche es imprescindible para conseguir el placer. Si no es imprescindible, es mejor hablar de fetichismo. El objeto actuaría en estos casos como una especie de potente afrodisíaco.

Vamos a ver a continuación algunos de los fetiches raros de la gente.

Fetiche sexual

Somnofilia

Mantener relaciones sexuales con una persona que está dormida. Éste es el significado de somnofilia.

Dentro de este fetichismo/parafilia podemos encontrar diferentes grados. Hay quien se limita a sentirse excitado. Hay quien se masturba al contemplar a un bello o a una bella durmiente. Hay quien, incapaz de refrenar el deseo, necesita practicar el acto sexual con la persona dormida.

Uno de los acicates que hace que la excitación aumente es que la persona despierte, por ejemplo, cuando el fetichista se está masturbando contemplándola.

Los somnofílicos pueden encontrar en internet muchos vídeos de somnofilia.

Somnofilia

Urolofilia y coprofilia

Orinas y heces son dos sustancias que, para la mayoría de las personas, no resultan en nada atrayentes. Pero para algunas personas son muy excitantes. Por eso figuran en lugar preferencial entre los fetiches raros.

La urolofilia es un tipo de fetichismo en el que la persona se excita contemplando cómo una persona orina, sintiendo cómo la orina cae sobre ella u orinando sobre su compañero o compañera de juegos. Esta práctica, que recibe el nombre de lluvia dorada, figura en el catálogo de servicios de algunas escorts, lo que da a entender que es una práctica más extendida de lo que podría parecer en un principio.

La coprofilia, por su parte, es un tipo de fetichismo en el que la excitación sexual se deriva del acto de oler, tocar o, incluso, saborear las heces (coprofagia). En algunos casos, la persona se excita simplemente contemplando cómo una persona defeca.

Urolofilia y coprofilia forman parte del grupo de prácticas sexuales que reciben el nombre de sexo sucio.

Urolofilia

Algamatofilia

Mannequin es un film de los ochenta. En él se cuenta la historia de un hombre que se enamora de un maniquí. En la película, el maniquí cobraba vida satisfaciendo así el sueño de todo algamatofílico.

La algamotofilia, así, sería el fetiche sexual de quien se excita contemplando maniquíes.

La atracción por las estatuas, que podría considerarse una forma de algamotofilia, recibiría el nombre de pigmalionismo.

Agalmatofilia

Ursusagalamatofilia o fetichismno del peluche

A algunas personas les gusta antropomorfizar animales. Es decir: darles cualidades humanas. ¿Hasta qué punto Disney y sus películas tiene la “culpa” de ello? Poco importa la respuesta a esta pregunta. Lo que importa es que hay muchas personas a las que les gusta vestirse de peluche.

El fetichismo furry está más extendido de lo que parece. Por eso se organizan fiestas a las que acuden hombres y mujeres vestidos y vestidas como animalitos de peluche.

En Japón, incluso, hay un tipo de anime basado en este fetichismo raro.

Fetiche furry

Parcialismo

En este caso, el interés sexual lo provoca una parte concreta del cuerpo. Esa part despierta tanto interés erótico como el que despiertan los genitales.

Entre los varones, éste es uno de los fetichismos más comunes. Las partes corporales pueden ser los pies (muy habitual), las manos, las axilas, los pechos, etc. La atracción por los genitales no debería entenderse como un parcialismo.

¿Qué produce la excitación en el caso de los parcialismos? El besar, chupar, lamer, acariciar, tocar u oler esa parte del cuerpo que se ha convertido en fetiche.

Entre los parcialismos más comunes podemos destacar:

  • Podofilia: la parte del cuerpo digna de adoración son los pies.
  • Maschalagnia: fetichismo de las axilas.
  • Nasofilia: atracción por las narices.
  • Tricofilia: obsesión sexual por el cabello.

Parcialismo

Otros fetiches raros

Entre los fetiches más raros del mundo también podemos encontrar los siguientes:

  • Acrotomofilia. Excitación causada por la contemplación de piernas y brazos amputados, especialmente si existe un muñón.
  • Clismafilia. En este caso, la excitación se produce al introducir líquidos en el ano. No suele ser un fetiche compartido. Es decir: las personas clismafílicas se ponen los enemas ellas mismas.
  • Altocalcifilia. El placer en este tipo de fetichismo se obtiene al ver o llevar puestos zapatos de tacón alto. Está relacionado directamente con el retifismo o fetichismo del calzado y con aquéllos que tienen que ver con alguna prenda de vestir.
  • Salirofilia. La excitación se deriva en este caso de ensuciarse durante el sexo o ensuciar a la pareja.
  • Infantilismo. Los pañales y actuar como bebés son, en este caso, el fetiche. Más común en hombres que en mujeres.
  • Hibristofilia. Común en mujeres, la atracción erótica se despierta en este caso por criminales de todo tipo. De este fetiche hablamos en nuestro artículo “La hibristofilia: una filia al otro lado de la ley”.
  • Hematofilia o hematolagnia. Esta práctica consiste en usar o incluso ingerir sangre durante las relaciones sexuales. También consiste en tener pensamientos eróticos sobre la sangre. Es, en cierto modo, el fetichismo del vampiro.
  • Odaxelagnia. La excitación se deriva en este caso de morder o ser mordido por la pareja.

Más allá de estos, seguro que encontraríamos muchos fetiches sexuales más, pero éstos bastan para hacernos una idea de hasta qué punto puede ser rica y variada la sexualidad humana.

Fetiche