Fantasía erótica de la Diosa

La fantasía erótica de dominación y sumisión de la Diosa se fundamenta en el mantenimiento continuo de un adorador a los pies del Ama. Ama y sumiso encuentran un gran placer en la escenificación de esta fantasía. Ella recibe una gran cantidad de contacto afectivo y sexual. Él puede claramente mostrar su indignidad y rendir pleitesía a una mujer superior. En esta relación no es exclusivamente necesario que intervenga el dolor, aunque éste no tiene porqué excluirse por principio de la relación. Puede tener su hueco en determinadas variantes de la fantasía.

El elemento principal sobre el que se iza el andamiaje de esta fantasía erótica es la adoración, y la adoración tiene una clara y principal manera de plasmarse: la de acariciar y lamer el cuerpo de la Diosa. O sus pies. Mientras se produce esa adoración, el Ama-Diosa debe preservar una distancia emocional que le permita gozar de la escenificación de la fantasía erótica sin implicar ni exponer sus sentimientos. Para ello, nada mejor que crear un guión adecuado y buscar la mejor ambientación posible.

El guión puede girar alrededor de un eje argumental muy simple (el esclavo desea rendir culto a su Diosa) o un poco más complejo (el esclavo desea obtener un bien de la Diosa pero para ello debe soportar un calvario que lo convierta en merecedor de sus favores). Para que el desarrollo de la fantasía sea satisfactorio para Ama y sumiso debe conseguirse el equilibrio adecuado entre lo sensual, los elementos de culto al cuerpo, los castigos físicos, la feminización, las humillaciones verbales o cualquier otro tipo de acto que pueda tener cabida en el juego. La preponderancia de unos factores u otros dependerá principalmente de las características propias del Ama y, por supuesto, del esclavo. Hay esclavos que exigen un tormento especialmente intenso y esclavos que prefieren pasar el tiempo rindiendo pleitesía a la Diosa mientras acarician sus pies. Tener en cuenta las características del sumiso y lo que busca en la escenificación de la fantasía es fundamental a la hora de elaborar un guión que, llevado a la práctica, satisfaga las necesidades de Ama y esclavo.

Dentro del abanico de opciones que se despliega ante un Ama y un esclavo a la hora de elaborar y consensuar un guión para escenificar una fantasía erótica de dominio y sumisión está la de optar por una época histórica determinada. Nada impide que la Diosa pueda ser una Diosa de la modernidad, pero qué duda cabe que puede resultar mucho más estimulante visualmente la de optar por una Diosa de la Antigüedad. Desde Egipto a las culturas celtas, desde la mitología griega a las culturas escandinavas, las opciones que se ofrecen son muchas. La Diosa puede ser Isis. O Afrodita. O Ceridwen, diosa galesa que poseía el caldero de la Inspiración y de la Sabiduría y que en ocasiones era considerada una especie de bruja.

Ambientación de la fantasía erótica

Escoger a cualquiera de estos últimos tipos de Diosa ofrece una ventaja de ambientación: la de proveer al juego de un encanto visual que puede venir muy bien a la hora de interiorizar los papeles. Los disfraces de Diosa pueden ser muchos y muy variados. O tirando a griegos o con resonancias medievales. También pueden tener un cierto aire alejandrino. El prototipo de Cleopatra sigue impregnando muchas escenas con su innegable aroma a erotismo. Intenta buscar en cualquier caso el que mejor se adapte a tus propias características y, por supuesto, a las de las demandas emocionales de tu esclavo.

Él irá vestido como tú ordenes. Quizás con un simple taparrabo. O sólo con un collar y un aparato de castidad para sus genitales. En muchos rituales, la ropa femenina va muy bien para vestir al esclavo. Esos ropajes servirán para reforzar su feminización y, con ello, para hacer más humillante su papel.

Los decorados, qué duda cabe, deben estar en concordancia con la fantasía que se escenifica y, por supuesto, con la ropa escogida para hacerlo. Una Diosa griega puede ser adorada al aire libre. A la diosa Artemisa le sienta bien el campo y los lagos y las orillas de un río. El incienso, por su parte, sería más adecuado para escenificar escenas en las que intervenga una diosa egipcia. La clave para una buena ambientación está en utilizar la imaginación. Con ella puedes conseguir complementos a buen precio que te permitan una sugerente ambientación.

La Diosa debe tener una firme convicción de merecer todo el placer y la adoración. Ese convencimiento será el que le permita exigir ese placer y esa adoración de la manera más adecuada y más incuestionable posible. Desde la adoración de tu divino pie hasta la adoración oral que pueda conducirte hasta los límites mismos del orgasmo, todo ello puede ser exigido a tu sumiso.

A los pies de la diosa

Esa adoración de los pies es fundamental en esta fantasía erótica. El baño de los pies de la Diosa y su unción no sólo tiene múltiples resonancias bíblicas, también es una escena sugerentemente erótica. Finalizado el baño, la fantasía erótica puede avanzar por varios derroteros. Se puede iniciar un tiempo de masaje corporal u oral o se puede iniciar un tiempo de castigo del esclavo por no haber realizado correctamente sus tareas. También se puede ampliar el tiempo del baño y extenderlo al cuerpo entero si se dispone de una bañera lo suficientemente amplia como para que quepa la Diosa.

Uno de los comandos más habituales en esta fantasía erótica de dominación y sumisión es el que hace referencia a la adoración del pie. Una vez bañado y perfumado, el pie de la Diosa puede ser besado, acariciado o lamido. Los dedos de esos pies pueden ser un delicioso caramelo en la boca de su esclavo, sobre todo si este esclavo es un fetichista de los pies. No debe extrañar, y debido a la posición que el esclavo adopta para realizar este homenaje al pie de la Diosa, a sus pies, arrodillado ante ella, observando, si alza la vista, su divina entrepierna, que esta adoración finalice con un espléndido cunnilingus que proporcione a la Diosa ese delicioso placer que ella, sin duda, merece.

Los rituales de castigo, por su parte, pueden centrarse en diferentes pruebas y rituales de limpieza. Pueden ser nalgadas, claro. Y juegos de cera. Y cualquier tipo de tortura que hayamos visto en algún post anterior. Cualquiera de esos sistemas puede servir para escenificar un ritual de castigo. Lo importante, en cada fantasía, es tener claro la finalidad del mismo. En esta fantasía el castigo y las pruebas a las que la Diosa somete al esclavo están destinadas a probar la solvencia espiritual del esclavo y su valor como adorador de la Diosa.

Un tipo de comandos muy útiles para probar esta solvencia es el de los rituales de limpieza. Éstos tienen como fin purificar al esclavo. Los enemas, por ejemplo, formarían parte de estos rituales de limpieza. Sólo cuando el esclavo esté convenientemente limpio la Diosa aceptará su adoración y la considerará adecuada a su divino rango.