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Bondage con cinta

Imagina por un momento que estás con tu pareja y que de repente os apetece disfrutar de una experiencia bondage. Tenéis el deseo y también la decisión, pero no tenéis unas cuerdas a mano para poder proceder a realizar vuestras ataduras. ¿Qué hacer en ese caso? ¿Vais a tener que renunciar a la satisfacción de ese deseo de atar o ser atado que poco a poco ha ido creciendo en vosotros? Piensa en que el bondage también puede practicarse sin cuerda. Basta con que tengas a mano una cinta en tu caja de herramientas o en tu caja de costura. Una cinta puede ser un gran instrumento para disfrutar de una fantástica experiencia bondage.

Alergia al látex: una alergia fastidiosa para el mundo fetish

El látex es un material indisolublemente unido al fetichismo. El fetish no podría ser entendido sin el látex. Máscaras, monos, minifaldas, ropa interior, pantalones, chalecos… son muchas las prendas de vestir realizadas con látex que sirven para dar al fetish una imagen fácilmente reconocible por todo el mundo. El látex, sin duda, es un material atractivo y limpio, pero en ocasiones trae consigo un problema de no muy fácil solución: provoca reacciones alérgicas en aquellas personas que contactan durante un tiempo más o menos largo con él.

El Triskel, símbolo universal del BDSM

El BDSM tiene sus propias normas de funcionamiento no escritas. En cierto modo, a quienes están iniciados en la práctica del BDSM les gusta mantener una cierta aura de misterio alrededor de sus prácticas y su modo de vida. Esto no es incompatible, sin embargo, con el hecho de querer identificar a quien comparte esas prácticas y gusta de mantener ese mismo estilo de vida y, al mismo tiempo, de identificarse ante él. Con esa doble intención (servir de contraseña o seña de identidad para simpatizantes e iniciados y, al mismo tiempo, mostrarse precavido frente a una identificación general de toda una sociedad que, en su mayor parte, desaprueba dichas prácticas) se utiliza un símbolo de inspiración casi mitológica: el Triskel.

Tipos de collar BDSM

Que el collar es uno de los elementos esenciales del BDSM es algo que puede fácilmente imaginarse, pero el BDSM tiene sus propios rituales y cada ritual exige su propia representación iconográfica y simbólica. Por eso hay varios tipos de collar BDSM. ¿Cuáles son esos tipos? Las voces más autorizadas señalan que hay tres tipos de collar BDSM: el collar de la consideración, el del entrenamiento y el del esclavo.

Uso de las pinzas en el BDSM

Nada mejor que unas buenas pinzas para realizar una buena sesión de tortura de pezones, de genitales (labios vaginales, escroto, clítoris, testículos o pene) y de otras partes del cuerpo. En los sexshops pueden conseguirse fantásticas pinzas de materiales diversos que ofrecen todas las garantías para reducir al mínimo la posibilidad de realizar alguna herida en la piel o en la carne del sumiso o sumisa, pero si no se dispone de pinzas especializadas también pueden utilizarse las típicas pinzas de colgar la ropa, preferiblemente de madera.

El juego uretral

Cuando hablamos de juego uretral o “medical play” lo estamos haciendo de aquél en el que se insertan en la uretra catéteres blandos (que pueden ser introducidos muy profundamente, hasta la vejiga urinaria) o cánulas rígidas (que acostumbran a ser introducidas hasta la mitad del pene). No hace falta decir que el juego uretral es un tipo de juego sadomasoquista que presenta múltiples riesgos. Por eso es necesario practicarlo extremando las medidas de seguridad e higiene.

Mantenimiento de las cuerdas bondage

Todo juego exige un correcto mantenimiento del material con el que dicho juego se practica. Del mismo modo que no se puede jugar un partido de fútbol o baloncesto con un balón pinchado, no se puede practicar bondage con unas cuerdas en mal estado. No importa si nos hemos decantado por el nylon, el algodón, el cáñamo o el sisal. Si no realizamos un buen mantenimiento de las cuerdas, éstas no podrán cumplir su función como es debido y el juego bondage perderá gran parte de su encanto.

Látex líquido y fetish

Uno de los elementos que para el amante del fetish puede alcanzar la categoría de oro líquido es el látex líquido. Aplicado sobre la piel, el látex líquido se solidifica convirtiéndose en una segunda piel para aquella persona sobre la que se ha aplicado. La amplia variedad de colores (también hay látex líquido fluorescente o metálico) ofrecen una amplia libertad al usuario a la hora de crear una imagen.

Maltrato y BDSM

El riesgo siempre está ahí y nunca hay que obviarlo. Después de todo, los límites entre una práctica sexual consentida y sana y una situación de abuso pueden ser muy débiles y permeables. Siempre puede suceder que, al abrigo de un juego BDSM o de una relación de dominio y sumisión, un dominante camufle lo que no es otra cosa que abuso y maltrato. Para diferenciar una cosa de la otra es fundamental, ante todo, atender a la característica principal de todos los juegos de dominio y sumisión. Como juegos que son, se basan en unas reglas y esas reglas se atienen, en todo momento, a unos parámetros de consenso, sensatez y seguridad que nunca deben faltar.

Formas de castigo indoloras en los juegos de dominio y sumisión

En los juegos de dominio y sumisión suelen utilizarse algunos de los instrumentos propios del sadomasoquismo para imponer los castigos propios del juego. Látigos, correas, pinzas, fustas, varas, etc. son instrumentos muy valorados por todos los dominantes del universo BDSM, pero estos mismos dominantes demostrarán ser muy poco imaginativos y un poco escasos de recursos si renuncian a todas aquellas formas de castigo que, sin estar íntimamente ligadas con el hecho de causar dolor, pueden ser muy útiles a la hora de establecer claramente el dominio de la parte dominante sobre la sumisa.

Límites del juego BDSM y palabra de seguridad

El juego BDSM tiene sus límites y esos límites deben ser pactados por los intervinientes en el juego. Que sean pactados quiere decir que deben ser comentados. Obligatoriamente se debe hablar de ellos. Ninguno de los intervinientes en el juego debe presuponer que el otro participante va a conocer o a intuir cuáles son sus límites. En el establecimiento de los límites del juego BDSM en el que se va a participar no hay intuiciones que valgan.