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Posturas para el spanking

Son muchas las posturas que pueden utilizarse en una sesión de spanking. La mayor parte de ellas, sin embargo, pueden agruparse en dos grandes grupos. Uno de ellos recibe el nombre de OTK (iniciales de la expresión anglófona “over the knee”, sobre las ordillas). El nombre del otro grupo es OTS (“over the shoulder”, sobre los hombros). Elegir una u otra depende de los gustos de cada cual. Sin duda, la primera es la más habitual y también la que más variantes ofrece.

La varita violeta

La varita violeta, como instrumento de juego sado, podríamos decir que es una especie de transformador eléctrico que, dotado de mango y electrodo, es utilizado en juegos de estimulación sexual. Este instrumento convierte la electricidad doméstica en una electricidad de frecuencia y voltaje adecuados para ser aplicados sobre la piel humana generando así una serie de sensaciones más o menos gratificantes para la persona sumisa que siente sobre sí las descargas eléctricas generadas por la varita violeta.

Factores físicos en la suspensión bondage

La suspensión como toda práctica BDSM debe realizarse con conocimiento de causa y, por supuesto, extremando todas las medidas de seguridad. Una suspensión mal realizada puede causar una grave y dolorosa lesión. Visualmente muy atractiva, la suspensión no es un juego de niños. Debe ser realizada siempre por alguien muy experimentado o bajo la supervisión de alguien que posea esa experiencia. Ese alguien sabrá cómo y en qué punto del cuerpo puede colocarse una determinada cuerda para hacer una suspensión.

¿Soy fetichista?

Puede suceder. De repente se tienen dudas. Uno nota una atracción más intensa hacia determinadas partes de la anatomía femenina o hacia alguna de sus prendas de vestir y se pregunta, ¿soy fetichista? Antes de contestar a esa pregunta hay que plantearse varias cuestiones. La primera de ellas es que el fetichismo no nace de la noche a la mañana.

Cómo iniciarse en el BDSM

Puede ser que, de golpe y porrazo, bien sea porque alguien te ha animado a ello, bien porque has visto alguna película que te ha metido el gusanillo en el cuerpo, estás interesado en iniciarte en algún tipo de práctica BDSM. Si te encuentras en dicha situación, si has fantaseado con la posibilidad de participar en algún juego BDSM, el primer consejo que tenemos que darte es el de no precipitarte. Los impulsos son impulsos, y no está del todo mal dejarse llevar, de tanto en tanto, por ellos (¿no crees que la vida puede resultar demasiado aburrida si no se abre una puerta a la improvisación?), pero hay situaciones en las que hay que tener un cierto control para evitar problemas.

Establecimiento de una relación entre Amo y sumiso

¿Has tenido alguna vez algún tipo de inclinación hacia alguna de las disciplinas del BDSM? ¿Te ha atraído alguna vez el sadomasoquismo, las nalgadas, las ataduras, el fetichismo o la dominación y sumisión? Si ha sido así, hazte esta pregunta: ¿cómo descubriste esa inclinación?, ¿qué fue lo que despertó en ti ese interés? ¿Fue una conversación? ¿Un libro? ¿Fue acaso una película?
Sea cual sea la respuesta, debes saber que lo más probable es que hayas adquirido una imagen errónea o distorsionada de lo que en verdad es esta forma de vivir la sexualidad

Botiquín para una sesión BDSM

El BDSM exige seguridad. Sin seguridad no existe BDSM. Esa seguridad que el BDSM exige tiene que venir proporcionada, en su mayor parte, por la sensatez de los practicantes. El BDSM no es una búsqueda alocada del límite más lejano. El BDSM es una búsqueda pactada del placer, pero siempre existe la posibilidad de que, por una inconsciencia de sus practicantes o un error de éstos, pueda ocasionar algún problema de salud. Por eso es necesario tener a mano un botiquín de emergencia para hacer frente a cualquier imprevisto.

Sobre el ballbusting

¿De qué hablamos cuando hablamos de ballbusting? Si tuviéramos que traducir esta palabra tendríamos que emplear la expresión “pelotas reventadas” o algo por el estilo. Con ello haríamos referencia a una práctica típicamente CBT (cock and ball torture, es decir: tortura de pene y testículos) y que consiste en torturar los testículos utilizando una serie de golpes o ejerciendo presión sobre ellos.

El shibari

Si queremos decir qué es el shibari de manera resumida diremos que el shibari es el bondage japonés. Lo diremos y nos entenderán, pero no estaremos diciendo toda la verdad, pues el shibari y el bondage presentan algunos rasgos diferenciales. Por ejemplo: en el shibari no es necesario que la persona sea inmovilizada. En el shibari no se persigue tanto la inmovilización del sumiso como una calidad estética del conjunto y que ese conjunto resulte visualmente atractivo a una tercera persona, que es el espectador.

Consentimiento y fetichismo

Compartir un fetiche exige un consentimiento mutuo entre las personas que lo comparten. No importa si el fetiche es compartido por una pareja sexual o por dos personas que acaban de conocerse en ese mismo momento y cuya relación gira única y exclusivamente alrededor del fetiche. El consentimiento es un requisito sine qua non para compartir un fetiche. Ese consentimiento debe partir, por supuesto, de la información.

La momificación en el BDSM

Privar totalmente de los sentidos y, al mismo tiempo, conseguir la inmovilidad total de la parte sumisa: ésas son los objetivos de la momificación, una forma de bondage con reminiscencias del Antiguo Egipto que lleva a la parte sumisa a un estado en el que lo único que se siente es, en muchas ocasiones, la propia respiración. La persecución de un sentimiento de vacío en el que el tiempo parezca detenido es el objetivo principal de esta práctica BDSM que debe ser realizada extremando al máximo las precauciones.