Castigos BDSM variados

Recientemente hemos dedicado algún que otro artículo a las diferentes penitencias que se pueden aplicar dentro de las relaciones D/s. Hemos hablado de las penitencias de escritura y de las penitencias posicionales. En este post vamos a recoger algunas penitencias variadas que pueden servir para conseguir que la parte sumisa no se desvíe del acatamiento de la disciplina que, en todo caso, es la base sobre la que se sostiene la relación D/s.

Penitencia de lavar la boca

Esta penitencia para prácticas BDSM, que tiene diversas variantes, no es de las penitencias más recomendables, pero la recogemos aquí porque hay practicantes de BDSM que la suelen incluir en sus prácticas.

Una de las variantes para esta penitencia para una relación D/s es la de frotar el interior de la boca, y en especial la lengua y los dientes, con un trozo de jabón para lavar. Dejar así al sub durante un rato sin dejar que éste pueda enjuagarse la boca puede ser una penitencia severa. En cualquier caso, tanto si se le deja enjuagarse rápidamente la boca como si no, hay que utilizar algún tipo de jabón que no posea perfumes o aditivos que puedan resultar tóxicos.

Otra variante de esta penitencia para juegos BDSM puede consistir en hacer gárgaras con un vaso de agua con un poco de detergente o, en otros casos, en echar un par de gotas de detergente dentro de la boca del sub.

Convertir un trocito de jabón (no hace falta que sea demasiado grande) en un caramelo para el sub puede ser una variante muy efectiva de esta penitencia para juegos D/s.

El sub debe tener cuidado al ser castigado con este tipo de penitencias. Para evitar molestias estomacales, lo mejor es que evite tragar jabón o detergente. Lo que el sub no podrá evitar en caso alguno es que el sabor del jabón dure bastante tiempo en su boca.

Penitencia de la boca ardiente

Una penitencia para juegos D/s que guarda relación directa con las penitencias recogidas en el apartado anterior es la que podríamos llamar penitencia de la boca ardiente. Como en aquélla, en ésta también la boca del sub desempeña una función fundamental.

El Dom que quiera imponer disciplina a su sub puede obligarle a abrir la boca para, a continuación, verter dentro de ella una salsa picante. El tabasco, por ejemplo, puede servir para ello. O el wasabi. O la salsa mole. O la tailandesa salsa sriracha. Sea cual sea la salsa picante escogida, el Dom se colocará un poco de ella en el pulgar y, con ella, frotará directamente la lengua del sub.

Al ejecutar esta penitencia para juegos BDSM hay que tener presente que, en algunos casos, en aquellos en los que la persona que actúa como sub posea un sentido del gusto más sensible o una boca más sensible, pueden llegar a producirse burbujas. Por eso hay que administrar esta penitencia para prácticas D/s con cuidado.

Del mismo modo, la aplicación de esta penitencia para BDSM puede resultar estéril cuando el sub o la sub sea una persona a la que le gusta la comida picante y está acostumbrado/a a comerla.

Penitencia de la reclusión

Fuera de los juegos BDSM, y en aquellos países en los que no esté legalizada la pena de muerte ni cualquier tipo de castigo que, de una manera u otra, guarde relación con la famosa Ley del Talión, el castigo más severo que puede aplicársele a un reo es el de la reclusión en un centro penitenciario.

En los juegos BDSM y en las relaciones D/s debemos buscar nuestro propio lugar de reclusión. No es necesario que éste sea una mazmorra de If ni una celda de Alcatraz. Basta un armario, un sótano, un altillo, un cuarto pequeño… Lo único que se exige para que un lugar de la casa pueda servir para convertirse en el lugar ideal para ejecutar una penitencia de reclusión en un juego D/s es que ese lugar permanezca a oscuras y tenga circulación de aire. Nunca hay que olvidar que el objetivo es imponer una disciplina al sub, nunca hacer que se asfixie.

Un buen lugar para ejecutar la penitencia de la reclusión dentro del juego BDSM sería una jaula. Tapada con una manta, la jaula sería un excelente lugar para castigar al sub con un tiempo de reclusión.

Tanto si es en una jaula como si es en un cuarto, un armario, etc. es importante poseer una llave del lugar en el que el sub ser halle prisionero para, de ese modo, impedir que el sub pueda salir de él cuando le apetezca. Este supuesto exige una obligación para el Dom: nunca debe marchar demasiado lejos de donde esté el sub. De hacerlo, incurriría en una grave irresponsabilidad.

Penitencia del desfile

Otra forma de penitencia que podría resultar de mucha utilidad en el seno de una sesión BDSM sería la de obligar al sub o a la sub a desfilar. El desfile se puede realizar con o sin música, con o sin ropa, vestido de una manera u otra.

A esta penitencia BDSM se le pueden añadir diversas variantes. Por ejemplo: al sub se le puede obligar a llevar un libro sobre la cabeza para, así, hacer que camine o se mantenga más erguido mientras desfila. O se le puede obligar a usar unos zapatos muy altos que le dificulten el caminar. O se pueden meter granos de arroz dentro de sus zapatos para, así, hacer que su caminar se vuelva más incómodo, molesto y, en algunos casos, incluso doloroso.

Como ves, son muchas las penitencias que un Dom o una Dómina pueden imponer a un o una sub en el seno de una relación D/s. Próximamente dedicaremos un artículo a algunas otras penitencias para BDSM. Hasta que ese momento llegue, ve poniendo en práctica alguna de las que te hemos explicado en este artículo y en algunos artículos anteriores. Antes de elegir una de ellas valora cuál es la que mejor puede adaptarse a la personalidad de tu sub. Escoger una penitencia BDSM a medida servirá, siempre, para haceros gozar más y mejor de vuestra relación.