Instrumentos de flagelación
Mientras que juguetes como las palas están diseñadas especialmente para golpear las nalgas, los látigos y los bastones pueden servir para golpear otras partes del cuerpo. Los látigos de piel son mucho más suaves que los de goma, aunque muchos jugadores expertos prefieran éstos últimos al sentir con ellos un picor mayor y un mayor calor tras el azote. Los látigos de borlas, por su parte, son también muy apreciados al ofrecer una mayor gama de estimulación.
Las cañas, por su parte, pueden estar hechas de bambú, caña, plástico o incluso acero inoxidable, y su golpe puede ser más nítido y certero.
Como hemos dicho en alguna otra ocasión, también podemos encontrar en nuestra vida cotidiana artículos que puedan servirnos para flagelar. En una tienda de artesanía y decoración puedes encontrar esos motivos florales que suelen adornar jarrones y pasillos (varitas con flores u hojas) y que bien pueden servirte para flagelar a tu pareja o para ser flagelado por ella.
Si hay algo que hay que pedir de antemano, antes de empezar una escena de flagelación, es moderación. El dominante puede azotar al sumiso en el pecho, en los pezones (esto tienta mucho, habitualmente) o, directamente, en los genitales. Estos golpes pueden alternarse también con golpes esporádicos en torsos y extremidades. Imagina a tu pareja con las piernas separadas. Hay que aprovechar ese momento para abofetear con cariño sus genitales. Primero suavemente, claro. Después, con la fuerza que decidáis en consenso. El látigo de borlas puede servir a las mil maravillas para golpear delicadamente esos genitales que, seguro, hervirán de excitación.
Abrazaderas de pezón y otros juguetes
Las abrazaderas de pezón son algunos de los ingredientes básicos del catálogo de juguetes BDSM. Su objetivo principal es estimular el pezón mientras permite que las manos del dominante queden libres de esa tarea para poder estimular simultáneamente otras partes del cuerpo.
Entre estas abrazaderas hay de muchos tipos, unas más agresivas y salvajes y las otras, menos. Algunas de estas abrazaderas tienen, también, vibración. Con esa vibración, lógicamente, se consigue una mayor estimulación de esa zona ya de por sí sensible. Otras de estas abrazaderas de pezón están, gracias a una cadena fina, conectadas directamente con los genitales gracias a una abrazadera de clítoris o a un anillo de pene.
Puedes encontrar también succionadores de pezón que harán sobre tu pezón la misma acción que efectuaría la boca succionadoramente activa de tu pareja. Ese succionador persigue el mismo efecto que esa boca: volver tu pezón más erecto y sensible.
Aunque habitualmente este tipo de juguetes eróticos suelen utilizarlos los hombres dominantes, también es cierto que las mujeres dominantes pueden usarlos para proporcionar dolor y placer a un hombre sumiso. Llevados de esas abrazaderas, un sumiso puede parecer un perrito que sigue a su dueña, que lo saca de paseo. Al manipular esos instrumentos, la parte dominante puede orientar, torturar o castigar a su pareja.
Si consideras demasiado duro estimular así el pezón de tu pareja, puedes recurrir a geles estimulantes, lociones o cremas. Ellos proporcionan calor a esos pezones y, al presentarse en diferentes sabores, pueden proporcionar a tus papilas gustativas un placer añadido al de lamer y chupetear los pezones de tu pareja.
Como acostumbra a pasar con la mayoría de juguetes BDSM, hay muchas alternativas disponibles, unas más caras y otras menos. Pero lo que se necesita en el fondo es imaginación. Busca cosas a tu alcance. Con las pinzas de cocina, seguramente, podrás estimular convenientemente los pezones de tu pareja. Si puedes, úsalas de goma o plástico; correrás menos riesgos. Como siempre decimos: prevención y moderación deben guiar vuestros pasos por los laberintos de placer del BDSM.