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sadismo

Anatomía de la teta

La tortura de las tetas es una práctica muy extendida entre los amantes de los juegos BDSM. No en vano, la teta ocupa un lugar principal en el universo fetichista. Incluso el hombre no fetichista siente una atracción especial por la teta. La teta es el símbolo perfecto de la feminidad. Más allá de las lecturas psicoanalíticas que quieran hacerse de esta atracción hay que entender esta fijación por el seno como algo intrínseco a la naturaleza masculina. Por eso hay que entender como natural que el hombre sueñe con acariciarlas, besarlas, morderlas, magrearlas y, por supuesto, torturarlas.

¿Tendencia sexual o parafilia?

Por mucho que se haya avanzado en el conocimiento de nuestra sexualidad y en la comprensión y aceptación de sus mecanismos, para una gran parte de la sociedad impera aún la idea clasificatoria y excluyente de que hay tendencias sexuales normales y tendencias sexuales desviadas. A estas tendencias sexuales menos habituales y, por tanto, consideradas como desviaciones, se las llamó durante mucho tiempo perversiones sexuales. Entre ellas se incluían el voyeurismo, el masoquismo, el sadismo y, por supuesto, el fetichismo. Hoy en día, en estos tiempos tendentes a buscar por encima de todo un lenguaje que resulte políticamente correcto, el término que se ha escogido para referirse a todas esas tendencias es el de parafilia.

Sobre el ballbusting

¿De qué hablamos cuando hablamos de ballbusting? Si tuviéramos que traducir esta palabra tendríamos que emplear la expresión “pelotas reventadas” o algo por el estilo. Con ello haríamos referencia a una práctica típicamente CBT (cock and ball torture, es decir: tortura de pene y testículos) y que consiste en torturar los testículos utilizando una serie de golpes o ejerciendo presión sobre ellos.

El juego uretral

Cuando hablamos de juego uretral o “medical play” lo estamos haciendo de aquél en el que se insertan en la uretra catéteres blandos (que pueden ser introducidos muy profundamente, hasta la vejiga urinaria) o cánulas rígidas (que acostumbran a ser introducidas hasta la mitad del pene). No hace falta decir que el juego uretral es un tipo de juego sadomasoquista que presenta múltiples riesgos. Por eso es necesario practicarlo extremando las medidas de seguridad e higiene.

CBT: la tortura genital masculina

Dentro de las prácticas sado brilla con luz propia la tortura genital masculina o CBT. Este acrónimo viene de la expresión inglesa “Cock and Ball Torture” (tortura de pene y testículos) e incluye una serie de prácticas que entre las que se incluyen el verter cera tibia sobre los genitales, la flagelación, la opresión testicular, el estrujamiento, la inserción de elementos en la uretra, la electro-estimulación, el pisar o la tortura de cosquillas.

Breve historia del sadismo

La gratificación sexual gracias al sufrimiento de los demás no se ha inventado hoy. El comportamiento propio de lo que hoy conocemos como sadismo ha existido desde hace miles de años pero no ha sido hasta hace muy poco que a dicho comportamiento se la concedido un nombre.

Fisting: rozando el límite de la vagina

Ciertamente, la imagen, vista en más de una película pornográfica, asusta un poco. ¿Cómo no va a asustar el ver cómo un puño entero desaparece dentro de una vagina? Sin embargo, esta práctica no deja de ser habitual dentro del mundo BDSM. Después de todo, piensa en el placer que puede ser sentir los latidos de tu socio en tu mano a través de sus paredes vaginales. Piensa en la presión que las paredes húmedas y calientes de esa vagina pueden hacer sobre tu brazo.

¿De qué hablamos cuando hablamos de BDSM?

El BDSM es un mundo complejo como complejas son las necesidades y los gustos sexuales de las personas. La sexualidad humana es tan rica y compleja que, en ocasiones, es preciso acotar perfectamente de qué estamos hablando cuando hablamos de un tipo determinado de sexo. Para realizar esa acotación no disponemos de otra cosa que las palabras. Ellas son las que deben servirnos para ponernos de acuerdo sobre aquello de lo que estamos hablando.

Sade: bicentenario de la muerte del gran recopilador del sadismo

El bicentenario de la muerte del Marqués de Sade vuelve a traer su nombre a la palestra. Autor maldito, prohibido durante muchos años, de vida disoluta y contenidos escandalosos, Donatien Alphonse François de Sade no inventó el sadismo, pero le dio nombre a algo que ya existía: la tendencia de algunas personas a sentir placer sexual al observar el dolor en otra persona.

Instrumentos de flagelación, abrazaderas de pezón y otros juguetes

Mientras que juguetes como las palas están diseñadas especialmente para golpear las nalgas, los látigos y los bastones pueden servir para golpear otras partes del cuerpo. Los látigos de piel son mucho más suaves que los de goma, aunque muchos jugadores expertos prefieran éstos últimos al sentir con ellos un picor mayor y un mayor calor tras el azote. Los látigos de borlas, por su parte, son también muy apreciados al ofrecer una mayor gama de estimulación.

Perder los sentidos con el Bondage, suspensión y azote erótico

Las nalgadas, esos cachetes en las nalgas, es una práctica común que combina el dolor y el placer, sadismo y masoquismo. El dominante puede golpear al sumiso de muchas maneras, obligándole a adoptar muchas posturas. Sea cual sea la que se utilice (sobre las rodillas, doblado sobre un mueble, a cuatro patas, de pie…), la acción de dar un cachete en el culo siempre simboliza un cierto dominio y explotación sexual.