bdsm
El juego con fuego en el sado
Es peligroso, sin duda; pero también tiene cabida en el juego sado. El fuego puede convertirse en protagonista estelar de una escena sadomasoquista, pero debe hacerlo, como todas las formas extremas del juego, contando con todas las garantías de seguridad necesarias para impedir un daño indeseado.
Riesgos del BDSM
Muchos practicantes del BDSM afirman que el BDSM es una especie de droga. Cuanto más lo practicas más deseas practicarlo. Cuantas más veces llegas al límite, más lejos deseas colocarlo. Esto, en términos estrictos de seguridad, se traduce en un aumento significativo de los riesgos. ¿Quiere decir esto que, llegados a ese punto de enganche al BDSM, hay que evitar todo tipo de práctica? Ni mucho menos. Lo que quiere decir es, simplemente, que deben extremarse las medidas de seguridad.
La pareja BDSM: fases de su relación
La confianza que la relación entre un Amo y un sumiso exige no surge de la nada. Necesita su tiempo para fraguarse. El conocimiento mutuo es determinante para que esa confianza pueda brotar y fortalecerse. La valoración mutua y la reflexión sobre los pros y los contras de la otra persona debe ser un paso imprescindible para firmar un primer contrato por un tiempo prudencial de conocimiento.
Posturas para el spanking
Son muchas las posturas que pueden utilizarse en una sesión de spanking. La mayor parte de ellas, sin embargo, pueden agruparse en dos grandes grupos. Uno de ellos recibe el nombre de OTK (iniciales de la expresión anglófona “over the knee”, sobre las ordillas). El nombre del otro grupo es OTS (“over the shoulder”, sobre los hombros). Elegir una u otra depende de los gustos de cada cual. Sin duda, la primera es la más habitual y también la que más variantes ofrece.
Cómo iniciarse en el BDSM
Puede ser que, de golpe y porrazo, bien sea porque alguien te ha animado a ello, bien porque has visto alguna película que te ha metido el gusanillo en el cuerpo, estás interesado en iniciarte en algún tipo de práctica BDSM. Si te encuentras en dicha situación, si has fantaseado con la posibilidad de participar en algún juego BDSM, el primer consejo que tenemos que darte es el de no precipitarte. Los impulsos son impulsos, y no está del todo mal dejarse llevar, de tanto en tanto, por ellos (¿no crees que la vida puede resultar demasiado aburrida si no se abre una puerta a la improvisación?), pero hay situaciones en las que hay que tener un cierto control para evitar problemas.
Botiquín para una sesión BDSM
El BDSM exige seguridad. Sin seguridad no existe BDSM. Esa seguridad que el BDSM exige tiene que venir proporcionada, en su mayor parte, por la sensatez de los practicantes. El BDSM no es una búsqueda alocada del límite más lejano. El BDSM es una búsqueda pactada del placer, pero siempre existe la posibilidad de que, por una inconsciencia de sus practicantes o un error de éstos, pueda ocasionar algún problema de salud. Por eso es necesario tener a mano un botiquín de emergencia para hacer frente a cualquier imprevisto.
La momificación en el BDSM
Privar totalmente de los sentidos y, al mismo tiempo, conseguir la inmovilidad total de la parte sumisa: ésas son los objetivos de la momificación, una forma de bondage con reminiscencias del Antiguo Egipto que lleva a la parte sumisa a un estado en el que lo único que se siente es, en muchas ocasiones, la propia respiración. La persecución de un sentimiento de vacío en el que el tiempo parezca detenido es el objetivo principal de esta práctica BDSM que debe ser realizada extremando al máximo las precauciones.
Branding: marcando la piel al rojo vivo
Una de las maneras más claras de demostrar y plasmar el dominio que una parte dominante tiene sobre un sumiso es el branding, esto es, el dejar sobre la piel una marca al rojo vivo. En la actualidad, los practicantes del branding pueden escoger entre dos tipos de técnicas. La primera es la que recibe el nombre de strike y es la más tradicional. Se realiza con hierro forjado. La segunda recibe el nombre de cautery y se realiza con un electro-cauterizador. Sin duda, esta segunda opción resulta mucho menos elegante que la primera y mucho menos atractiva a la hora de realizar una ceremonia BDSM en el que marcar al rojo vivo sea parte fundamental de la misma.
Tipos de practicantes de BDSM
La variedad de prácticas incluidas en el BDSM es puro reflejo de la variedad de practicantes de BDSM existentes. La tipología del practicante de BDSM incluye, por ejemplo, a personas a las que simplemente les atrae el bondage, a amantes de los juegos de rol de dominio y sumisión, a practicantes de los juegos del sado, a apasionados del spanking y a hombres y mujeres a los que les gusta combinar diversos tipos de prácticas.
El Triskel, símbolo universal del BDSM
El BDSM tiene sus propias normas de funcionamiento no escritas. En cierto modo, a quienes están iniciados en la práctica del BDSM les gusta mantener una cierta aura de misterio alrededor de sus prácticas y su modo de vida. Esto no es incompatible, sin embargo, con el hecho de querer identificar a quien comparte esas prácticas y gusta de mantener ese mismo estilo de vida y, al mismo tiempo, de identificarse ante él. Con esa doble intención (servir de contraseña o seña de identidad para simpatizantes e iniciados y, al mismo tiempo, mostrarse precavido frente a una identificación general de toda una sociedad que, en su mayor parte, desaprueba dichas prácticas) se utiliza un símbolo de inspiración casi mitológica: el Triskel.
Uso de las pinzas en el BDSM
Nada mejor que unas buenas pinzas para realizar una buena sesión de tortura de pezones, de genitales (labios vaginales, escroto, clítoris, testículos o pene) y de otras partes del cuerpo. En los sexshops pueden conseguirse fantásticas pinzas de materiales diversos que ofrecen todas las garantías para reducir al mínimo la posibilidad de realizar alguna herida en la piel o en la carne del sumiso o sumisa, pero si no se dispone de pinzas especializadas también pueden utilizarse las típicas pinzas de colgar la ropa, preferiblemente de madera.