Posturas bondage
Extendido con los brazos en cruz, atado en decúbito supino a una otomana, sentado y atado a una silla o inmovilizado con cuerdas y suspendido del techo con los brazos sobre la cabeza… Éstas son algunas de las posturas más comunes del bondage. Pero el juego BDSM avanza y, las parejas que ya llevan un cierto recorrido en la práctica de los juegos BDSM pueden querer experimentar con posturas más físicas y dramáticas.
Ortigas y sado
¿Has tocado alguna vez unas hojas de ortiga? ¿Has paseado en short por el campo y has tenido la mala suerte de sentir su caricia en tus piernas? Si lo has hecho, recordarás todavía, seguramente, esa intensa sensación de escozor que se apodera de la zona corporal que ha sido tocada por la ortiga. El amante de las prácticas sado y BDSM no puede permanecer ajeno a esos efectos y por eso son muchos los practicantes del sado que han fijado su vista en las posibilidades de juego que puede proporcionar esta planta.
Nudo de Bondage “The Catch”
La atadura que vamos a proponerte en este post es una atadura un tanto sofisticada en la que utilizarás dos cuerdas y una serie de nudos que deberán ser realizados con cierta precisión. En cierto modo, esta atadura es una evolución de la atadura “El cofre del tesoro”. Gracias a ella podrás elaborar un conjunto muy adecuado para representar una escena típica del género burlesque. El conjunto pone de relieve los pechos y los muslos de la persona que lo luce.
Fetichismo del mueble humano o fornifilia
Hay un fetichismo muy asociado a las prácticas BDSM y que tiene muchos puntos en contacto con los juegos de dominio y sumisión más intensos. Ese fetichismo es el fetichismo de los muebles humanos o fornifilia. Para el fetichista fornifílico, nada más excitante que ver convertida a su pareja de juegos eróticos en un mueble. Este mueble, qué duda cabe, es un mueble que puede resultar especialmente funcional: lo mismo puede servir para sostener una bebida como para ser penetrado por el fetichista excitado.
El erotismo del vampiro
¿Por qué los vampiros son tan sexys? ¿Es debido, quizás, al aire noctámbulo que arrastran? ¿Es tal vez por causa de esa elegancia, tan asociada al color negro, que acostumbran a transmitir? ¿O es la idea de peligro que, de manera indefectible, va ligada a ellos, la que hace que tantas mujeres sientan una atracción, vertiginosa y húmeda, hacia esos seres misteriosos? Lo más probable es que no sea ninguno de esos factores (o que ninguno lo sea en exclusiva) el responsable de dicha atracción tenebrosa.
Barras separadoras, cruz en X y BDSM
Las barras separadoras y las cruces en X o cruces de San Andrés son dos instrumentos muy útiles a la hora de jugar al dominio y la sumisión. Unas y otras permiten la inmovilización del sumiso. En un caso y en otro deben extremarse las medidas de seguridad. Como en todos los juegos BDSM, la seguridad es fundamental para que el juego cumpla su función y proporcione a los jugadores la satisfacción esperada.
La lluvia dorada
Lluvia dorada. El simple nombre sirve tanto para despertar la repulsa más extrema en una persona como para hacer a una fetichista de la misma temblar de emoción ante el simple hecho de imaginar cómo un chorro de orina está cayendo sobre su rostro o su cuerpo. La orina y la micción son, individualmente o al unísono, los objetos que centralizan y contienen la esencia de este fetichismo tan asociado a las prácticas BDSM.
Normas de seguridad para practicar el fisting anal
El fisting anal, como práctica extrema que es, puede ocasionar una serie de problemas. Por eso, cuando se va a practicar el fisting anal hay que estar preparados para afrontarlos y saber que, aunque la parte pasiva es la más expuesta a sufrirlos, también la parte activa está expuesta a padecerlos. Extremar las precauciones es uno de los requisitos imprescindibles antes de practicar el fisting anal. Dichas precauciones no sólo tienen que ver con cómo se realiza el fisting anal. También tienen que ver con el estado de salud de los practicantes del mismo.
Nudo de Bondage “El cofre del tesoro”
Combinar el arte del Bondage con la sensualidad sinuosa del striptease puede resultar una experiencia verdaderamente sugerente. Aquí, sin embargo, el acto no consiste tanto en vestirse como en desvestirse. Es decir: la mujer, desnuda, va vistiéndose con la cuerda, trenzando con ella la estructura que servirá para realzar sus encantos mientras ella se cimbree al compás de una música que la inspire y que, al mismo tiempo, saque de ella su lado más sexy.
El fetichismo del cuerpo inerte
La erotización del cuerpo humano en reposo, tanto si éste quiere representar la imagen de una muñeca sexual realista como si pretende dar la apariencia de dormido o muerto, es una práctica sexual fetichista en la que confluyen el terror y la atracción, el miedo y lo excitante. Los fetiches centrados en ese reposo o en esa inmovilidad del cuerpo humano son fetiches controvertidos que son considerados tabús por muchas personas.
El switch: el rol alterno en el BDSM
Hay personas que se acercan a las prácticas de dominio y sumisión escogiendo un rol determinado y fijo. Esas personas o son dominantes o son sumisas. Nunca cambian de rol jueguen con quien jueguen. Hay otras personas, sin embargo, que, dependiendo de los intereses del momento o de determinadas preferencias, alternan su rol. Estas personas que en ocasiones ejercen el rol de dominantes y en ocasiones el de sumisas reciben, dentro del mundo del BDSM, el nombre de “switch”.