Planes fetish

Sabemos que la espontaneidad es algo que se valora mucho al hablar de las relaciones sexuales. Parece como si el único valor a tener en cuenta fuera la pérdida de la parte más racional de nosotros mismos que la pasión más exacerbada lleva consigo. No hay que hacerse fanático de nada. De la espontaneidad, tampoco. Un poco de planificación no viene nunca mal. Ni siquiera cuando se habla de encuentros sexuales. Un pequeño guión sobre lo que se desea y el camino que se va a seguir hasta obtenerlo no tiene porqué matar el ardor de ese encuentro.

En el juego fetichista, esa planificación se hace más importante que nunca. Será esa planificación quien fije la estrategia. Para que ésta sea buena, hay que fijarse un tiempo. No hay que ser cicatero en el tema del tiempo. Los juegos fetish no pueden practicarse deprisa y corriendo. No tenemos nada en contra del polvo rápido. Hay polvos rápidos de acontecer y lentos de olvidar. Su duración y su capacidad de permanecer en nuestra memoria son inversamente proporcionales. Los recordamos mucho tiempo después, seguramente porque nos hablan de un momento de apasionamiento tal que era imposible no sentirse absolutamente vivos. Pero en el fetish eso no puede suceder. El fetish necesita su ritual y un ritual necesita su tiempo para poder practicarse.

Una hora podría ser un buen período de tiempo para una escena fetish. Hay que saborearla. Hay que captar todos sus matices de placer.

Consejos para la escena fetichista

Cuando te reserves esa hora (o ese tiempo), asegúrate de que no habrá interrupciones. Silencia el móvil y aparta de ti todo lo que pueda distraer tu atención. Si la escena va a tener algunos sonidos elevados (gritos, ladridos, nalgadas, azotes, etc.) cierra bien puertas y ventanas. Lo ideal es estar en un lugar insonorizado. Nadie tiene porqué saber de tus gustos sexuales y, no lo olvides, siempre hay vecinas y vecinos cotillas a las que les gusta husmear en la vida de los demás.

Date también un tiempo para relajarte una vez haya tenido lugar la escena. Mucha agua, tus juguetes eróticos preferidos, algunos cd’s de porno, lubricante, toallas y el decorado adecuado no pueden faltar a la hora del juego fetish. Tras él, siempre va bien tener unos platos con alimentos ligeros y una buena provisión de bebidas. Si la escena ha ido bien, tendrás ganas de recargar las baterías gastadas. Si la escena fetish no ha tenido éxito, desearás recuperar las fuerzas cuanto antes para poder volver a jugar en el menor tiempo posible. Comida, bebida y una buena película sirven siempre para un buen aterrizaje tras la escena fetichista, independientemente de cómo haya ido ésta.

Las escenas deben planificarse con mucho cuidado. Ambos miembros de la pareja deben saber lo que va a suceder. Explica a tu pareja lo que deseas escenificar y lo que esperas del juego fetish. Para practicar un juego de rol (o, mejor dicho, para jugar a cualquier tipo de juego) es necesario que todos los jugadores conozcan las reglas del mismo.

Si la sesión de fetish se planifica con algún día de antelación, escoged cuidadosamente el día y la hora en la que deseáis jugar. Lo ideal es tener tiempo por delante no sólo para jugar, sino para comentar qué tal ha ido la cosa. La comunicación, como siempre decimos, es fundamental en este tipo de juegos, máxime cuando la escena incluye partes en público, violencia implícita o escenas de fuerza.