sumiso
Las reglas de oro de la buena sumisa
Hace un tiempo dedicamos en nuestra web un artículo destinado a recoger las reglas que forman parte de lo que podríamos llamar el decálogo del buen Amo. En esta ocasión queremos fijar nuestra mirada en la otra parte. Es decir: queremos recoger cuáles son los mandamientos que debe seguir una sumisa para poder ser catalogada como una buena sumisa.
Los diez mandamientos de la ley del Amo
Nosotros no queremos ser menos que todos aquéllos que alguna vez en la historia algún tipo de decálogo. Por eso vamos a dedicar este post a elaborar un decálogo muy particular y que nos atañe muy directamente: el decálogo del buen Amo. Y es que para ser un buen Amo no basta con la voluntad. Después de todo, y como suele decirse, de buenas voluntades el infierno está lleno. Hay que atenerse, pues, a las normas y seguirlas al pie de la letra para, así, saber qué hacer y qué no en el transcurso de una escena BDSM.
Marcas de propiedad en el BDSM
El de la propiedad es un concepto fundamental en el universo BDSM. Un sumiso o esclavo lo es siempre en relación a una parte dominante. Si esta relación es una relación estable (esto es, si el esclavo lo es siempre para el mismo Amo), esta relación de dominio o propiedad del segundo sobre el primero se simboliza con el empleo de una marca. Este post te ayudará a conocer los diferentes tipos de marcas de propiedad BDSM que existen.
Las hormonas y su papel en la dominación erótica
Dolor, estrés, miedo, humillación… todos estos factores que intervienen en los juegos de dominación implican una reacción hormonal. Las hormonas se aceleran durante la práctica de los juegos de dominación y se aceleran tanto en la parte dominante como en la parte sumisa.
Las fases de la dominación
Al hablar de escena podemos pensar (erróneamente) que la escena de dominación está muy acotada en el tiempo, concretamente en ese espacio temporal en el que la escenificación se hace muy palpable. Los grandes y las grandes expertas en dominación, sin embargo, hablan de un período temporal mucho más laxo. La escena de dominación, así, empezaría en aquel instante en que el deseo empieza a construirse y finalizaría cuando, ya resuelta, los participantes en la misma hubieran recuperado la personalidad anterior al juego. Veamos cuáles son sus fases.
La ceremonia de las rosas
De entre todas las tradiciones y ceremonias propias del mundo BDSM, una de las más llamativas y simbólicas es la ceremonia de unión que se conoce como ceremonia de las rosas. La ceremonia de las rosas es la ceremonia escogida por todos aquellos amantes del BDSM que quieren simbolizar de alguna manera su deseo de permanecer juntos durante el resto de sus vidas. También es una ceremonia muy apreciada por aquellas parejas que han superado una crisis que ha puesto en peligro su relación.
El facesitting
El facesitting es una de las prácticas más comunes de los juegos de dominación y sumisión en los que el hombre actúa como sumiso. En el facesitting o “trono de la reina”, la cara del hombre queda atrapada bajo las nalgas de la mujer, que se sienta sobre ella. En esta práctica no importa para nada el placer masculino. La relegación de sus deseos es total. Así, el hombre sólo debe cumplir una obligación: la de satisfacer a esa mujer que se ha sentado literalmente sobre su cara.
La feminización como técnica de dominación
Una de las técnicas más habituales en los juegos de dominación y sumisión entre un Ama y un sumiso es la de la feminización, es decir, la de incorporar al sumiso masculino una serie de comportamientos, ropas, etc. tradicionalmente asociadas al sexo femenino. Al término de feminización están asociados otros términos como pueden ser sissy, flamboyant, queen, Nelly, etc. Con estos nombres puede conocerse al hombre sumiso que, en el transcurso de una escena de dominación y sumisión, adquiere roles de comportamiento asociados tradicionalmente al género femenino.
Los collares virtuales en el BDSM
En un post anterior ya vimos los diferentes tipos de collares que podían encontrarse en el universo BDSM. Estos collares de los que hablamos, collares de cuero, cuerda o metal, son los collares clásicos de las relaciones BDSM. Gracias a las redes sociales ya no hace falta desplazarse a un local de ambiente BDSM para conocer a otros amantes del sexo no vainilla. Esto, que ha multiplicado para los practicantes del BDSM las posibilidades de encontrar compañero de juego, ha acabado provocando la aparición de un nuevo tipo de collar BDSM: los collares virtuales.
El juego de la carcelera y el prisionero
De entre los juegos de rol que pueden escogerse para escenificar una práctica de dominación y sumisión erótica hay uno que puede resultar especialmente atractivo tanto por su impacto visual como por las posibilidades de variación que ofrece a los jugadores: el del prisionero y su carcelera.
Felación y sumisión
Lo bueno de la felación, felatio, francés o mamada (de todas estas maneras se puede llamar al acto de estimular el pene con la boca, además de soplada, chupada, guagüis, comida…) es que en el placer que proporciona (siempre magnífico a poco que la persona que la ejecuta posea un mínimo interés en realizarla y un mínimo arte) no es sólo un placer de connotaciones físicas. En el gozo que el hombre experimenta con la felación intervienen también elementos de carácter psicológico. En el imaginario masculino, la mamada ha aparecido durante mucho tiempo como un acto de dominación.