fetichista
La robofilia: algo más que ciencia ficción
Quizás dentro de tres décadas la relación erótica entre personas y robots especialmente diseñados para ellos no sea una cuestión de ciencia ficción. Según algunos autores, la robofilia está llamando a la puerta y pueden ser muchas las personas que, en esas tres décadas, se sumen a las filas de seguidores de esta manera tan especial de concebir y disfrutar las relaciones sexuales.
Fetichismo del cornudo o Cuckolding
A nadie escapa que internet es un gran chivato. Basta con bucear en el océano de las búsquedas para conocer por dónde van los tiros de los gustos de la gente. Y las estadísticas hablan de esa búsqueda de escenas en las que un hombre contempla cómo su mujer se lo hace con otro. El fetichismo del cornudo o cuckolding está de moda. En este artículo intentamos analizar las motivaciones que puede poseer quien goza contemplando cómo su mujer disfruta sexualmente con otra persona.
Sobre el feederismo
Lo habitual es querer perder peso, librarse de las cartucheras, luchar contra la celulitis… Y, sin embargo, hay personas que se pirran por lo contrario. Para ellas, decir fitness es nombrar al Demonio y la palabra dieta suena en sus oídos como sinónimo de una especie de tortura. Estas personas de las que hablamos son las fanáticas del michelín y la grasa, de las lorzas y la talla XXL. Estas personas tienen un tipo peculiar de fetichismo: el feederismo.
‘Sploshing’ o sobre cómo mezclar alimentos y erotismo
La lengua inglesa, siempre tan rápida a la hora de crear neologismos, ha creado un maravilloso vocablo, splosh (o sploshing), que hace referencia al uso de alimentos para tener mejor sexo. ¿Qué alimentos pueden ser utilizados en la práctica del sploshing? Mermeladas, helado, miel, salsas, huevos, leche, zumo, refrescos con gas, flan…
Maskers y dollers: los hombres-muñeca
Son hombres. Heterosexuales en su mayoría. Pero les gusta disfrazarse de mujer. Lo hacen utilizando máscaras y prótesis, exagerando los rasgos femeninos hasta, finalmente, proyectar una imagen que recuerda poderosamente a una muñeca hinchable. No son transexuales ni lo hacen, todos, por un impulso erótico. Son conocidos como maskers o dollers. También como hombres muñeca. Conoce algo más este fetichismo.
El fetiche como instrumento para animar la vida de pareja
Es a estas parejas que no se resignan al adormecimiento de la pasión a quienes proponemos otra opción a la hora de insuflar nuevas energías a su sexualidad: la de incorporar un fetiche a su vida sexual. Un fetiche puede convertirse en un aderezo muy adecuado para una relación sexual que está comenzando a padecer el anquilosamiento de la rutina.
El puppy play o juego del perrito
No busques la palabra “follar” en el mundo del fetiche. Busca la palabra jugar. Es la que acostumbran a usar los fetichistas (o al menos determinados fetichistas) cuando se refieren a la práctica sexual. Y de entre todos los fetichismos que podemos encontrar quizás ninguno da al factor lúdico la importancia que le de el puppy play. En este fetichismo, uno de los miembros de la pareja se convierte en puppy, un cachorro al que hay que educar y cuidar.
Samir Abady, un fotógrafo en busca de la esencia del BDSM
De manera ritual, el BDSM atrae de tanto en tanto la mirada de algún fotógrafo que, subyugado por alguna de sus prácticas, la convierte en temática habitual o puntual de sus trabajos. Nacido en el neoyorquino distrito de Queens, Samir Abady ha realizado una crónica del mundo del BDSM y de las mujeres y hombres que disfrutan de las prácticas propias de ese modo de entender la sexualidad y su disfrute.
La hierofilia o el fetichismo de lo sagrado
Entre religión y sexo siempre han existido más relaciones de las que en apariencia podrían parecer. Esto se hace especialmente evidente en el caso de uno de los fetichismos más curiosos y, sin duda, polémicos que existen: la hierofilia. Con ese nombre se conoce aquel fetichismo en el que el placer sexual es alcanzado gracias a la intermediación o intervención de objetos sagrados o religiosos.
Fetichismos de los nuevos tiempos
Al igual que cada nuevo tiempo y cada cultura posee sus propios cánones de belleza, cada época y cada rincón del planeta posee elementos que adquieren una especial relevancia fetichista. Si tuviéramos que buscar fetichismos propios de nuestro tiempo o, cuanto menos, detalles que hacen que una mujer pueda volverse irresistible para un buen número de coetáneos, ¿qué elementos y tipos de ropaje seleccionaríamos?
El nyotaimori o sushi corporal
Cercana a la fornifilia podemos encontrar una práctica con claras connotaciones fetichistas en la que el cuerpo femenino queda, también, absolutamente cosificado. Esa práctica de la que hablamos se conoce con el nombre de nyotaimori o sushi corporal y consiste en convertir el cuerpo de la mujer (si fuera el del hombre hablaríamos de nantaimori) en una especie de bandeja sobre la que servir el sushi o el sashimi que se va a comer en una reunión. Estos alimentos deberán ser comidos sobre la piel desnuda de la persona.