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fetichismo

El candaulismo

Hay quien lo llama candalagnia, pero la manera habitual de referirse a este fetichismo del que vamos a hablar en este artículo de InfoBDSM es candaulismo . Al decir candaulismo estamos hablando de un fetichismo consistente en experimentar la necesidad de exponer a nuestra pareja o algunas imágenes de ellas ante otras personas para, así, obtener gratificación erótica.

La ilustración fetichista y BDSM de John Willie

John Willie fue un importante dibujante de pin-ups, pero su prestigio como ilustrador lo consiguió gracias a su obra más marcadamente erótica y fetichista. En su publicación “Bizarre”, John Willie editó “Las aventuras de la dulce Gwendoline”, una de las obras más emblemáticas de la historia de la ilustración BDSM. En este artículo te presentamos la obra de John Willie.

Prácticas BDSM durante el embarazo

Asumiendo los cambios físicos experimentados por la mujer durante su embarazo, y teniendo en cuenta que el deseo sexual de la mujer cambiará durante el mismo y que los cambios hormonales inherentes a él harán variar la predisposición de la amante del BDSM a gozar de sus prácticas, vamos a ver en este artículo cómo deben utilizarse las diferentes técnicas BDSM cuando se desea disfrutar del BDSM durante el embarazo.

Complementos del juego del rol equino

Asumiendo que la imaginación debe desempeñar un papel capital tanto en el ponyplay como en cualquier otro juego de dominación, el utilizar una serie de complementos acordes al tipo de juego siempre ayuda a dar verosimilitud a éste o, cuanto menos, a ambientarlo. ¿Qué complementos son ésos en el caso del juego equino? Los que vamos a destacar en este artículo.

Consejos para vestir a una Dómina

El hábito no hace al monje, desde luego. Ninguna Dómina lo será por la simple razón de ir vestida de una manera determinada. Será el carácter y su savoire faire dentro de los juegos FemDom lo que convertirá a la Dómina en tal. Pero lo cierto es que, en el BDSM, la ambientación es un grado. No es lo mismo realizar cierta práctica BDSM en el comedor de casa que en una mazmorra convenientemente equipada. Del mismo modo, el modo que haya escogido la Dómina para vestirse servirá para incrementar o reducir la potencia de su imagen.

El fetichismo, reflejo de nuestra personalidad

Que todos seamos fetichistas en mayor o menor grado tal y como afirman psicólogos como Alfred Binet o psiquiatras como Krafft-Ebing no hace sino demostrar que el fetichismo, lejos de ser una extravagancia o una extrañeza, es algo natural. Todos tenemos nuestras filias sexuales. Todos tenemos nuestros gustos. Y esos gustos nos retratan. En este artículo vamos a analizar brevemente la personalidad que se oculta tras diferentes tipos de fetichismo.

Fetiches gais más habituales

El fetichismo no es algo exclusivo de los heterosexuales. Los homosexuales también tienen sus propios fetiches. Basta pasearse por las páginas especializadas en el ambiente gay para poder realizar un inventario de los fetiches gais más habituales. En este artículo vamos a realizar una sucinta relación de algunos de esos fetiches más comunes entre los homosexuales.

La estigmatofilia o el fetichismo de las cicatrices

Más allá del carácter simbólico de tatuajes, piercings y perforaciones y de su uso como “embellecedores” hay que evaluar su valor como elementos fetichistas. Y es que no hay que obviar en ningún momento que hay personas que se sienten profundamente atraídos por tatuajes, piercings y perforaciones y personas que, incluso, llegan a sentir una excitación que va más allá de la simple atracción y que se puede hacer extensiva a las cicatrices y marcas en la piel. Estas personas “padecen” estigmatofilia o, dicho de otro modo, son fetichistas de los “estigmas”.

Anastimafilia o el deseo de la gordura

Que ser impreciso no es deseable ya lo sabemos. Basta con que cantemos aquello de “ellos las prefieren muy, muy gordas, gordas, gordas, supergordas…” para darnos cuenta de hasta qué puntos puede ser imprecisa la utilización del “ellos”. ¿Que quiénes son los anastimáfilos? Aquellos que gozan con la gordura de su pareja, las personas que tienen la filia o fetiche sexual que conocemos con el nombre de anastimafilia.

Efebofilia: un fetichismo cronofílico

Imposible olvidar un arranque de novela como éste. Es el inicio de la novela Lolita, del autor de origen ruso nacionalizado estadounidense Vladimir Nabokov. En ella, Nabokov cuenta la historia de Humbert Humbert, profesor de literatura francesa y que tiene una obsesión sexual: las muchachas pubescentes, es decir, que aquéllas que se encuentran en el inicio de la adolescencia o, dicho de otro modo, de la pubertad.