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Anatomía de la teta

La tortura de las tetas es una práctica muy extendida entre los amantes de los juegos BDSM. No en vano, la teta ocupa un lugar principal en el universo fetichista. Incluso el hombre no fetichista siente una atracción especial por la teta. La teta es el símbolo perfecto de la feminidad. Más allá de las lecturas psicoanalíticas que quieran hacerse de esta atracción hay que entender esta fijación por el seno como algo intrínseco a la naturaleza masculina. Por eso hay que entender como natural que el hombre sueñe con acariciarlas, besarlas, morderlas, magrearlas y, por supuesto, torturarlas.

Novatos en el Bondage

¿Has decidido ya dar el paso y experimentar por vez primera las sensaciones de una sesión bondage? ¿Ya lo has hablado con tu pareja y queréis dar el paso? Muy bien. Entonces ha llegado la hora de determinar quién quiere ser atado. Es posible que los dos deseéis disfrutar de esa experiencia. No hay problema. Podéis alternaros los papeles. Eso sí: es preferible que representéis el papel en dos días distintos y que una sesión no siga inmediatamente a la otra.

¿Tendencia sexual o parafilia?

Por mucho que se haya avanzado en el conocimiento de nuestra sexualidad y en la comprensión y aceptación de sus mecanismos, para una gran parte de la sociedad impera aún la idea clasificatoria y excluyente de que hay tendencias sexuales normales y tendencias sexuales desviadas. A estas tendencias sexuales menos habituales y, por tanto, consideradas como desviaciones, se las llamó durante mucho tiempo perversiones sexuales. Entre ellas se incluían el voyeurismo, el masoquismo, el sadismo y, por supuesto, el fetichismo. Hoy en día, en estos tiempos tendentes a buscar por encima de todo un lenguaje que resulte políticamente correcto, el término que se ha escogido para referirse a todas esas tendencias es el de parafilia.

Golpes eróticos en los pechos

La pasión es eso: que poco a poco se disparen las pulsaciones, que las endorfinas fluyan como un torrente desbordado y que el cuerpo pida más y más. Ese más pueden ser, ¿por qué no?, unos azotes, un golpe ligero, cualquier pequeño impacto que fomente la generación de adrenalina y el incremento del nivel de sensibilidad de la zona que esté siendo azotada o golpeada. Este tipo de golpes, que acostumbra a estar dirigido a las nalgas, también puede destinarse a los pechos.

Las cinco fantasías arquetípicas de la dominación femenina

Las fantasías propias de la dominación femenina pueden ser infinitas. Desde una sirena que embauca a un joven marinero para llevarlo a su trampa del fondo del mar hasta una elegante dama que acepta el homenaje de un caballero enamorado, son muchas las variantes que pueden darse. Sin duda, cada una de estas fantasías necesita un enfoque distinto para poder ser llevada a la práctica. Esto puede hacer pensar en una cadena infinita de enfoques y planteamientos, pero lo cierto es que todos ellos pueden agruparse en un manojo de fantasías prototípicas, cinco arquetipos de fantasía de dominación.

Quemaduras y su tratamiento en el juego BDSM

Los juegos con fuego o con instrumentos que puedan quemar entrañan sus riesgos. Las antorchas, las varitas violetas o la cera derretida son, entre otros, algunos de los instrumentos o medios que, en el universo BDSM, pueden causar algún tipo de quemadura. Extremar las medidas de precaución es fundamental para evitar cualquier tipo de accidente. Saber reaccionar ante ellos es fundamental, y todo practicante de BDSM debe estar preparado para solventar cualquier situación que se presente. Una de ellas son las quemaduras. Tratarlas convenientemente para su curación es algo que quien practica BDSM debe saber o sobre lo que, al menos, debe tener unas ciertas nociones.

El juego con fuego en el sado

Es peligroso, sin duda; pero también tiene cabida en el juego sado. El fuego puede convertirse en protagonista estelar de una escena sadomasoquista, pero debe hacerlo, como todas las formas extremas del juego, contando con todas las garantías de seguridad necesarias para impedir un daño indeseado.

Atadura de tetas

La teta figura en lugar preferencial entre los gustos eróticos masculinos. Una teta es algo más que un simple órgano. Es el símbolo perfecto de lo femenino. Es la feminidad hecha órgano. Por eso juega un papel fundamental en todo tipo de relación erótica, también en todas aquéllas en las que las prácticas entran de lleno en el territorio del BDSM. Dentro de los amantes del BDSM, los fanáticos del bondage no suelen escapar al influjo de la teta. Por eso convierten su atadura en parte importante de sus juegos.

El fetichismo del pelo

El nombre culto puede asustar. Tricofilia. Parece que se esté hablando de una enfermedad grave, de ésas que sólo pueden curarse a base de grandes dosis de antibióticos y mucho reposo. Pero no. La tricofilia es un fetichismo y, además, un fetichismo bastante extendido. La tricofilia es el fetichismo de todos aquellos fetichistas que sienten adoración por el pelo. Ver, tocar, comer cabello o pelo bien sea de la cabeza, de las axilas, del pecho, de la piel o de la zona púbica: ésa puede ser la fijación de los fetichistas del pelo.

Riesgos del BDSM

Muchos practicantes del BDSM afirman que el BDSM es una especie de droga. Cuanto más lo practicas más deseas practicarlo. Cuantas más veces llegas al límite, más lejos deseas colocarlo. Esto, en términos estrictos de seguridad, se traduce en un aumento significativo de los riesgos. ¿Quiere decir esto que, llegados a ese punto de enganche al BDSM, hay que evitar todo tipo de práctica? Ni mucho menos. Lo que quiere decir es, simplemente, que deben extremarse las medidas de seguridad.

La pareja BDSM: fases de su relación

La confianza que la relación entre un Amo y un sumiso exige no surge de la nada. Necesita su tiempo para fraguarse. El conocimiento mutuo es determinante para que esa confianza pueda brotar y fortalecerse. La valoración mutua y la reflexión sobre los pros y los contras de la otra persona debe ser un paso imprescindible para firmar un primer contrato por un tiempo prudencial de conocimiento.