Un juego de rol muy excitante

De entre los juegos de rol que pueden escogerse para escenificar una práctica de dominación y sumisión erótica hay uno que puede resultar especialmente atractivo tanto por su impacto visual como por las posibilidades de variación que ofrece a los jugadores: el del prisionero y su carcelera.

En el juego de la carcelera y el prisionero el sometimiento físico desempeña un papel muy importante. Esto, que sin duda puede resultar muy excitante para ambos miembros de la pareja, impone una serie de condiciones que deben cumplirse sin excusas para que el juego pueda desarrollarse de una manera adecuada. La principal de esas condiciones es que exista un absoluto dominio de los instrumentos que vayan a utilizarse. Jugar con un látigo, unas fustas, unas pinzas para pezones, cuerdas con las que atar, esposas o cera caliente sin conocer las técnicas de uso de cada uno de esos instrumentos puede acabar ocasionando algún tipo de daño o lesión a la persona que actúe como sumisa.

Un espacio ideal

Una vez dominadas las diferentes técnicas para utilizar correctamente todos estos instrumentos de castigo, lo ideal sería, para practicar el juego de la carcelera y el sumiso, disponer de un espacio adecuado para ello. ¿Qué mejor que un sótano para ambientarlo como una prisión en la que pudieran colocarse los instrumentos necesarios para dar a ese espacio una apariencia de realismo? Un sótano puede convertirse en una sala de tortura o en una prisión en la que pasar mucho tiempo.

Para jugar al juego de dominación y sumisión de la carcelera y el sumiso podría resultar muy interesante el contar con algunas argollas en la pared. Ellas bastarán para atar al prisionero por tobillos y muñecas para colocarlo con los brazos y las piernas en cruz. Atado ahí, el prisionero podrá ser azotado en espalda, nalgas o piernas.

Otro de los instrumentos que pueden utilizarse en el juego de la carcelera y el prisionero es la llamada jaula para el pene. Los dispositivos de castidad masculina (bien sean de plástico, silicona o acero inoxidable) servirán para que la carcelera impida que el prisionero pueda masturbarse o, incluso, y según sea el tamaño y la forma del dispositivo, impida la erección del prisionero. Estos dispositivos son muy útiles cuando, en el juego, el prisionero permanece desnudo.

La desnudez del prisionero favorece el hecho de que éste se sienta vulnerable y desamparado, lo que siempre resultará muy útil para el juego de dominación y sumisión y para que el sumiso consiga experimentar las sensaciones que busca en él. Sintiéndose un prisionero, el sumiso podrá abandonarse y, resignado a la incapacidad de ejercer su voluntad, podrá experimentar una mayor sensación de auto-liberación.

Para que la escena resulte mucho más atractiva visualmente, la carcelera deberá escoger un atuendo acorde con la misma. Como sabemos, hay una infinidad de disfraces para juegos de rol de dominación y sumisión que pueden resultar idóneos para convertir una escena de este tipo en un impactante espectáculo muy atractivo visualmente. Tops de cuero y botas de caña alta serán, por ejemplo, unos complementos especialmente indicados para escenificar un juego de dominación y sumisión en el que la parte dominante interprete el papel de carcelera. Sea cual sea la ropa escogida, lo fundamental es que la carcelera se sienta cómoda con ella y que el prisionero la encuentre atractiva. Sobre el tipo de ropa que debería usar tanto el prisionero como la carcelera no hay nada escrito. Dependerá, siempre, de los gustos de uno y otra. ¿Qué impide que esa ropa no pueda ser un seductor y sexy conjunto de lencería erótica?

Instrumentos para juegos de dominación

Junto a los instrumentos ya citados, los cepos son, también, unos instrumentos muy apropiados para poder representar la escena de la carcelera y el prisionero. Tanto si se han construido de manera casera como si se han comprado en algún sex-shop, los cepos deben servir para mantener al sumiso en una posición forzada e incómoda.

Otro instrumento y aparato que pueden servir para ambientar la “prisión” en la que el sumiso está detenido puede ser un somier sin colchón sobre el que el prisionero sea inmovilizado. Colocado así, en postura horizontal y a merced de la voluntad torturadora de su carcelera, ésta podrá experimentar con el uso de cera caliente para, escogiendo los puntos idóneos de la anatomía del prisionero, dejar caer gotas de ellas sobre esos puntos.

Atado así, el prisionero podrá ser “forzado” por su carcelera, que podrá disfrutar de su desnudez masturbándolo y controlando su orgasmo para que éste sólo llegue a producirse cuando ella decida que deba ser así.

Otras múltiples cosas que una carcelera puede hacer con su prisionero pueden ser, por ejemplo, fustigarlo, mojarlo mientras duerme, arrojarle la comida al suelo, pincharle con algún tipo de espada…

Un último instrumento que puede servir para añadir unas dosis extras de realismo al juego de dominación y sumisión de la carcelera y el prisionero es una jaula. Para que la ambientación sea completa y perfecta, dicha jaula debería estar suspendida del techo. Lógicamente, esto no es fácilmente realizable en una vivienda normal. Por eso se necesita un espacio dedicado ex profeso para ello. Nada mejor, en estos casos, que alquilar locales ya destinados a este uso. En las grandes ciudades puedes encontrar locales de este tipo. En ellos, los amantes de los juegos de dominación y sumisión encuentran en estos lugares un espacio pulcro, limpio y organizado para poder practicar sus juegos. La mayor parte de ellos ponen a disposición de los clientes un completo equipo de floggers, fustas, varas, etc. Todos ellos suelen imponer tres condiciones. La primera de ellas es que no se acuda en estado de embriaguez. La segunda, que no se fume dentro de ellos. La tercera, que se respeten las tres características que deben cumplirse para que podamos hablar de BDSM. Y es que todo juego de dominación y sumisión debe ser seguro, sensato y consensuado.

¿Te has planteado alguna vez alquilar uno de estos locales para disfrutar de una fantástica sesión de dominación y sumisión? Quizás ahora sea el momento de hacerlo.