Un juego CBT muy especial

No se puede entender el sado sin que exista en él los juegos CBT. A esas prácticas en las que se torturan los genitales masculinos ya hemos dedicado algún que otro artículo en esta web. En esos artículos hemos visto como se utilizan instrumentos como pueden ser los aplastadores de testículos, los humblers, las esposas testiculares o los paracaídas, hemos dedicado un artículo al ballbusting y hemos resaltado en todos esos artículos destinados a los juegos CBT la necesidad de extremar las medidas de seguridad al practicar cualquier tipo de juego en el que pene o testículos sean pisados, retorcidos, atados, etc.

En esta ocasión vamos a prestar atención a una práctica no demasiado recomendable pero que algunas personas gustan de introducir en sus juegos sado: la infusión escrotal y la infusión en el pene.

Al inyectar una solución salina (suero fisiológico) en la piel del pene, éste aumenta de tamaño. La infusión en el pene hace que éste se cubra de pequeñas ampollas. Lo normal es que éstas ampollas, al decir de las Amas y Maestros que practican la infusión en el pene, desaparezcan a los poco minutos. La reabsorción de dicha solución salina por el cuerpo hace que sea así.

La infusión en el pene puede producir una sensación de frescor, agradable y placentera, pero también picor, escozor o, directamente, dolor. Éste puede ser mayor si se incorpora al suero algún tipo de líquido de provoque directamente dichas sensaciones. El dolor dependerá también, lógicamente, del tipo de aguja que se utilice a la hora de realizar la infusión en el pene.

La práctica más habitual a la hora de inyectar líquido en los genitales masculinos es la infusión en el escroto. Esta práctica consiste en introducir suero fisiológico en el escroto. La infusión en el escroto hace que éste aumente de tamaño.

No hace falta decir que la infusión escrotal no puede ser practicada por cualquiera. La persona que practique la infusión en el escroto debe poseer los conocimientos médicos necesarios para poder realizar dicha infusión. Al practicar la infusión en el escroto deben extremarse (como siempre que hay que aplicar alguna inyección o cortar en mayor o menor grado la epidermis) las medidas de higiene.

El sumiso o esclavo que sufre la infusión escrotal siente frescor e hinchazón en los testículos. La intensidad de esta sensación dependerá de la cantidad de solución salina inyectada. Ésta puede ir desde el cuarto de litro al medio litro. En teoría, y cuando la infusión escrotal se practica sin que se produzca complicación alguna, el organismo reabsorbe la solución salina en unas horas.

Riesgos de la infusión en el pene

La infusión en el escroto conlleva una serie de riesgos verdaderamente importantes. Entre ellas encontramos las siguientes:

  • Celulitis escrotal.
  • Enfisema subcutáneo.
  • Gangrena de Fournier. La gangrena de Fournier es una enfermedad bacteriana de la piel que puede llegar a ser mortal. Una simple inflamación del escroto puede ser la señal de alerta. No hay que fiarse del dolor causado. Éste puede ser intenso al inicio de la enfermedad, pero disminuye a medida que la misma progresa. El empeoramiento rápido de la enfermedad viene acompañado de un desagradable olor a carne putrefacta. Si la infección bacteriana llega a la sangre el desenlace puede ser fatal.
  • Embolia gaseosa. Hay personas que practican la infusión en el escroto sin utilizar un líquido salino. Estas personas inyectan aire en el escroto para conseguir ese efecto de hinchazón perseguido en esta práctica sado. La inyección de aire dentro del cuerpo puede llegar a provocar la llamada embolia gaseosa, es decir, la obstrucción del flujo de sangre a los órganos causada por la presencia de burbujas en una arteria.

Como ves, la práctica de la infusión en el escroto es una práctica sumamente arriesgada. Nosotros no la recomendamos, pero creíamos que era necesario hablarte de ella igual que te hemos hablado de muchas otras prácticas sado y CBT. El practicarla o no depende de ti. Si lo haces, ya sabes: extrema todas las medidas de higiene y seguridad. Y recuerda que toda práctica BDSM (y la infusión escrotal es una más de ellas) debe ser “segura”. Sin seguridad no existe el BDSM. Existe algo parecido a la ruleta rusa. Y jugar en exceso a la ruleta rusa se acaba pagando caro.