Fantasías infinitas

Las fantasías propias de la dominación femenina pueden ser infinitas. Desde una sirena que embauca a un joven marinero para llevarlo a su trampa del fondo del mar hasta una elegante dama que acepta el homenaje de un caballero enamorado, son muchas las variantes que pueden darse. Sin duda, cada una de estas fantasías necesita un enfoque distinto para poder ser llevada a la práctica. Esto puede hacer pensar en una cadena infinita de enfoques y planteamientos, pero lo cierto es que todos ellos pueden agruparse en un manojo de fantasías prototípicas, cinco arquetipos de fantasía de dominación.

Estos arquetipos de fantasía de dominación exigen comportamientos determinados por parte de los sumisos. En unos casos éstos deben comportarse como lactantes; en otros, como un colegial; en algunos, como un simple esclavo.

Una fantasía de dominación puede participar de varios arquetipos. Un Ama puede disfrutar del servicio debido a una Reina y, en un momento determinado de la escena, exigir la adoración propia de la Diosa. Del mismo modo, un sumiso masculino puede anhelar en un momento dado ser azotado como si de un travieso colegial se tratara y en otro puede desear otro tipo de tratamiento. Las posibilidades son infinitas. Por eso no hay que ser demasiado estrictos mentalmente. Ni el Ama ni el sumiso deben ponerse barreras mentales ni ajustarse a un guión demasiado preestablecido. No está mal probar nuevas técnicas. Quizás ellas aporten un mayor placer a los participantes en la escena de dominio y sumisión.

La elección del arquetipo debe ayudar a que la fantasía sexual pueda ser llevada a cabo satisfactoriamente y a que tanto Ama como sumiso encuentren la gratificación deseada. Sin embargo, se puede decir en cierto modo que nosotros no escogemos las fantasías de dominación; son las fantasías las que nos escogen a nosotros. Esas fantasías, sin duda, acuden a nosotros desde lo más profundo de nuestro inconsciente. Y acuden, seguramente, completamente impuras, es decir, formadas por deseos y anhelos propios de varios arquetipos.

Los cinco arquetipos de dominación femenina

¿Qué arquetipos de dominación femenina son ésos de los que venimos hablando?

Los arquetipos de dominio femenino son cinco. La mayor parte de las fantasías de dominación podrían quedar englobadas en uno de esos cinco arquetipos, pero ellos no se excluyen entre sí. Al igual que los colores, éstos pueden mostrarse puros o matizados de alguna manera por su infinita manera de mezclarse con otros.

Los cinco arquetipos de la dominación femenina son los siguientes:

  • La niñera. Éste es el arquetipo más dulce. El sumiso finge ser un pícaro pero adorable niño de una edad que oscilará entre los cuatro y los cinco años. En esta fantasía el Ama debe abrazar, alimentar y enseñar disciplina al niño. También debe cuidarlo cuando esté enfermo. La curación de esa enfermedad, seguramente, exigirá el uso de algún tipo de enema.
  • La institutriz. Esta fantasía permite una libertad que no es baladí: la de la edad del sumiso. Éste puede ser un colegial (es lo más habitual) o un estudiante preuniversitario. En este arquetipo de fantasía no suele haber contacto sexual y tampoco caricias como sí las hay en el anterior arquetipo. En esta fantasía de dominación femenina, la disciplina física es el elemento central.
  • La Reina. No hace falta decirlo: los deseos de la Reina deben ser cumplidos sin excusa. También los sexuales. Cualquier incumplimiento del decoro debe ser castigado. Esta fantasía, además, permite una variedad que puede dar mucho juego: la de convertir al sumiso, previa feminización, en una asistente de la Reina.
  • La Amazona. La relación entre la Amazona y el esclavo variará dependiendo del escenario elegido. En algunas fantasías de dominación ambos son casi iguales, pero ella le ha capturado y se prepara para poner a prueba su temple como hombre atormentado. Esto exigirá la aplicación de ciertas técnicas de dominación física, que se incrementarán cuando el hombre se muestre rebelde o intente escapar, lo que merecerá el castigo del Ama. Este castigo incluirá el infligir dolor.
  • La Diosa. Es ésta, sin duda, la más dulce de los arquetipos de dominación femenina. La Diosa debe ser adorada, por eso hay que masajear sus pies, servirla convenientemente y, cuando ella lo exija, ofrendarle el mejor cunnilingus que se pueda imaginar. Puede haber rebelión por parte del sumiso, por lo que, posiblemente, sea necesario atormentarlo para recuperar o aumentar su devoción hacia una Diosa que, lógicamente, se mostrará en todo momento completamente distante hacia su adorador.