sumisión
BDSM: herramientas de corrección
La disciplina correctiva puede administrarse con instrumentos muy variados, algunos muy formales e ideados para la función, otros mucho más improvisados. Los instrumentos utilizados para ejecutar la corrección se pueden dividir en tres categorías: la propia mano humana, los implementos rígidos y los flexibles.
Los límites del castigo
Todo castigo debe tener sus límites y ser proporcional al “pecado” cometido por el sumiso. Tampoco cada sumiso es igual. El nivel de tolerancia al dolor es diferente en cada uno. Atender a las reacciones que el sumiso tenga antes el castigo y encontrar el nivel justo del mismo es responsabilidad de toda Ama que se precie. La experiencia, como siempre, es un grado.
Dosificando el dolor en la escena BDSM
En el desarrollo de la escena BDSM es fundamental la dosificación del dolor. El manejo de los recursos que la parte dominante tiene en sus manos es fundamental para que el castigo se desarrolle del modo adecuado. No es lo mismo, por ejemplo, la nalgada con finalidad disciplinaria que la nalgada entendida como un recurso erótico para excitar. Esos conceptos hay que tenerlos muy claros y presentes cuando se inicia la escena de dominio y sumisión.
Técnicas de dominio en la escena BDSM
El castigo ante público, el uso adecuado de la voz y la combinación de correcciones y métodos de castigo son instrumentos perfectos para conseguir la obediencia y la humillación del sumiso dentro de la escena BDSM. Si concluye con el sumiso besando el instrumento castigador, mejor que mejor.
Preparando la nalgada
Dentro del desarrollo de la escena BDSM pueden darse diferentes situaciones. Una de ellas es que el sumiso o sumisa suplique un castigo o, en cierto modo, se le obligue a suplicarlo. Todo forma parte de un proceso que debe concluir en el castigo. Cuando éste llegue, las nalgas deben haber sido preparadas convenientemente.
Disciplina y nalgada
Comúnmente, cuando hablamos de “disciplina” en los juegos de dominio y sumisión, lo estamos haciendo de “nalgadas”. Las nalgadas pueden variar mucho. Desde el cachete infantil a algo mucho más intenso, es muy amplia la gama de castigos infligidos a las nalgas.
La escena de dominio y sumisión. Segundo y tercer acto.
Él tercer acto es el tiempo del castigo. En esta fase, pocos sumisos optan por la rebelión y la insumisión. Dentro de su cerebro ya han aceptado que una insumisión es sólo el preludio de otro castigo mayor.
La escena de dominio y sumisión. Primer acto.
Venimos hablando de los preparativos, del escenario, del guión, del pacto y el diálogo que debe presidir todo el juego de la dominación y la sumisión desde hace tiempo. Ha llegado, por fin, el momento que tanto se ha hecho esperar: el de la escena en sí misma y su desarrollo.
El lado más suave del BDSM
Las fantasías sexuales asociadas al BDSM ofrecen una forma fácil y eficaz a todas aquellas parejas que, de un modo u otro, y a través del sexo, desean disfrutar de una experiencia de escapismo erótico. Los juegos de rol y las fantasías teatralizadas pueden reforzar las posiciones de dominante y sumiso, y son la base y el trasfondo de todo juego BDSM.
Safeword o palabras de seguridad
Es imprescindible que el sumiso tenga unas palabras claves para dar información vital sobre cómo se encuentra durante el desarrollo del juego. Esas palabras deben tener un principio rector que las guíe y ese principio rector no es otro que el de seguir a rajatabla los principios de seguridad, sensatez y consenso.
Todo a punto para empezar a jugar
Que la configuración de la escena es algo que debe realizarse meticulosamente es algo que ya ha quedado claro. Hemos hablado de ello en alguna ocasión. Y para que esa configuración quede convenientemente planificada es de vital importancia la elección del equipaje y ropa que se necesitará para escenificar la misma y plasmar el guión que hayáis imaginado.