dominante
Beneficios del control y retraso del orgasmo en el BDSM
El BDSM busca un enfoque más lento, más sexy. El erotismo se basa en la anticipación, en el disfrute de cada sensación física, en prologar la experiencia sexual para, al mismo tiempo, retardar el orgasmo y hacerlo más intenso. Para disfrutar al máximo de su juego BDSM, la parte dominante debe retrasar todo lo que pueda tanto el clímax de la parte sumisa como el suyo propio. Esto se puede conseguir incluyendo o no en la práctica del juego el uso de elementos diversos de control del orgasmo.
Juegos BDSM: normas y límites para la Dominación y sumisión
Uno de los componentes fundamentales de los juegos BDSM radica en la aceptación de que entre los dos miembros de la pareja existe un desequilibrio de energía y fuerza. Ese desequilibrio puede ir o no más allá de las cuatro paredes de la habitación, pero el juego exige que exista un miembro de la pareja que ejerza de dominante y otro que ejerza la sumisión.
Los diez mandamientos de la ley del Amo
Nosotros no queremos ser menos que todos aquéllos que alguna vez en la historia algún tipo de decálogo. Por eso vamos a dedicar este post a elaborar un decálogo muy particular y que nos atañe muy directamente: el decálogo del buen Amo. Y es que para ser un buen Amo no basta con la voluntad. Después de todo, y como suele decirse, de buenas voluntades el infierno está lleno. Hay que atenerse, pues, a las normas y seguirlas al pie de la letra para, así, saber qué hacer y qué no en el transcurso de una escena BDSM.
Las hormonas y su papel en la dominación erótica
Dolor, estrés, miedo, humillación… todos estos factores que intervienen en los juegos de dominación implican una reacción hormonal. Las hormonas se aceleran durante la práctica de los juegos de dominación y se aceleran tanto en la parte dominante como en la parte sumisa.
Las fases de la dominación
Al hablar de escena podemos pensar (erróneamente) que la escena de dominación está muy acotada en el tiempo, concretamente en ese espacio temporal en el que la escenificación se hace muy palpable. Los grandes y las grandes expertas en dominación, sin embargo, hablan de un período temporal mucho más laxo. La escena de dominación, así, empezaría en aquel instante en que el deseo empieza a construirse y finalizaría cuando, ya resuelta, los participantes en la misma hubieran recuperado la personalidad anterior al juego. Veamos cuáles son sus fases.
El facesitting
El facesitting es una de las prácticas más comunes de los juegos de dominación y sumisión en los que el hombre actúa como sumiso. En el facesitting o “trono de la reina”, la cara del hombre queda atrapada bajo las nalgas de la mujer, que se sienta sobre ella. En esta práctica no importa para nada el placer masculino. La relegación de sus deseos es total. Así, el hombre sólo debe cumplir una obligación: la de satisfacer a esa mujer que se ha sentado literalmente sobre su cara.
La feminización como técnica de dominación
Una de las técnicas más habituales en los juegos de dominación y sumisión entre un Ama y un sumiso es la de la feminización, es decir, la de incorporar al sumiso masculino una serie de comportamientos, ropas, etc. tradicionalmente asociadas al sexo femenino. Al término de feminización están asociados otros términos como pueden ser sissy, flamboyant, queen, Nelly, etc. Con estos nombres puede conocerse al hombre sumiso que, en el transcurso de una escena de dominación y sumisión, adquiere roles de comportamiento asociados tradicionalmente al género femenino.
Los collares virtuales en el BDSM
En un post anterior ya vimos los diferentes tipos de collares que podían encontrarse en el universo BDSM. Estos collares de los que hablamos, collares de cuero, cuerda o metal, son los collares clásicos de las relaciones BDSM. Gracias a las redes sociales ya no hace falta desplazarse a un local de ambiente BDSM para conocer a otros amantes del sexo no vainilla. Esto, que ha multiplicado para los practicantes del BDSM las posibilidades de encontrar compañero de juego, ha acabado provocando la aparición de un nuevo tipo de collar BDSM: los collares virtuales.
El juego de la carcelera y el prisionero
De entre los juegos de rol que pueden escogerse para escenificar una práctica de dominación y sumisión erótica hay uno que puede resultar especialmente atractivo tanto por su impacto visual como por las posibilidades de variación que ofrece a los jugadores: el del prisionero y su carcelera.
Felación y sumisión
Lo bueno de la felación, felatio, francés o mamada (de todas estas maneras se puede llamar al acto de estimular el pene con la boca, además de soplada, chupada, guagüis, comida…) es que en el placer que proporciona (siempre magnífico a poco que la persona que la ejecuta posea un mínimo interés en realizarla y un mínimo arte) no es sólo un placer de connotaciones físicas. En el gozo que el hombre experimenta con la felación intervienen también elementos de carácter psicológico. En el imaginario masculino, la mamada ha aparecido durante mucho tiempo como un acto de dominación.
El tiempo del PostBDSM
Del mismo modo que en un momento determinado personas como María Llopis empezaron a hablar del postporno, un movimiento que pretendía (y aún pretende) abrir los límites de la sexualidad para que dejen de estar marcados por una industria pornográfica hegemónica que, en la inmensa mayoría de sus producciones, mecaniza de manera antinatural el acto sexual y convierte a la mujer en un simple objeto al servicio del macho, también hay voces que, en los últimos tiempos, han empezado a hablar de PostBDSM.