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Dominación Femenina: la psique que se esconde tras el FemDom

Una vez establecidas las reglas del juego y el reparto de papeles, es muy probable que quien deba ejercer el control dominante no haya tenido fantasías de control masculino. Puede suceder que esa mujer a la que se le pide ser ama no esté interesada en jugar al equilibrio de poder dentro de las relaciones o puede, incluso, sentirse más sumisa que dominante.

La confianza en la Dominación/sumisión: un elemento clave

Sin confianza, una sana relación de dominación y sumisión es imposible. Sólo la confianza permite a los socios del juego discutir sus fantasías para después llevarlas a la práctica. Sin esa discusión y sin esa confianza casi ciega, el juego está abocado al fracaso.

Los placeres de la sumisión masculina en el BDSM y el FemDom

Los placeres de la sumisión se basan en la oposición de los dos polos que participan en el juego. Es un axioma que se expresa en todas la polaridades de la vida. Como el ying o el yang, las tinieblas y la luz, el macho sumiso y la hembra dominante son las dos caras de la misma moneda.

Dominación: autoestima y empoderamiento del Ama o Dominatrix

La práctica de la dominación permite al ama expresar su poder. Al asumir ese rol y todo lo que eso implica (nuevos comportamientos, nuevo lenguaje, nuevos rituales), la persona que ejerce de ama siente, psicológicamente, que se convierte en alguien más. Si escoges ese papel podrás hacer y decir cosas que, en la vida ordinaria, están estrictamente prohibidas.

Introducción al BDSM: Bondage, Dominación, sumisión y sadomaso

Hay que entender el sexo como un puñal, algo que nos traspasa y saca nuestras entrañas al aire. El deseo sexual nos obliga a decir y a hacer cosas que normalmente no se dicen ni hacen. El deseo sexual hace que olvidemos cualquier otra sensación física. Él impone la ley de un fuego que saca a la luz nuestro rostro más oculto.