El contrato de sumisión, en el juego BDSM, debe ser la plasmación por escrito de lo pactado en la negociación previa entre los jugadores de la escena BDSM. En él se deben articular las necesidades de los jugadores, así como sus límites y fronteras que no desean traspasar. El contrato de sumisión debe recoger lo que las personas que van a jugar a BDSM quieren, lo que les espera y lo que están dispuestos a asumir.

La ventaja de poner sobre el papel todos estos aspectos reside principalmente en que, al verse obligados a hacerlo, los jugadores de BDSM deben hacer examen de conciencia previo. Es decir: deben aclarar su postura de una manera concreta. Eso no quiere decir que todo lo que se registre en el contrato BDSM deba ser realizado una vez iniciada la escena. El contrato de sumisión no es un documento legal. Es un acuerdo erótico. Y tras ese acuerdo, lo que pesa fundamentalmente es la comunicación y el pacto.

Si estás interesado en escribir un contrato de sumisión, hay algunos puntos que quizás debieras considerar tratar:

  1. La función de cada participante
  2. Los objetivos que se quieren alcanzar con la relación BDSM
  3. Los límites físicos, psicológicos y emocionales de cada participante en el juego. Estos puntos podrían incluirse mediante la lista del sí o no a las diferentes prácticas que pueden realizarse dentro del universo BDSM.
  4. Safeword o palabra de seguridad de cada persona.
  5. Normas que se han aceptado.
  6. Dónde y durante cuánto tiempo las normas, roles y comportamientos que los acompañan deben tener efecto. Esto quiere decir si es durante un evento o en una fiesta kinky o si, por ejemplo, es sólo en el dormitorio o sólo en casa en una situación determinada.
  7. Tiempo de duración del contrato de sumisión (un día, una semana, un año). La mayor parte de los jugadores no quiere un tipo de contrato muy corto, ya que obliga constantemente a la negociación. Sí que es habitual que el primer contrato sea corto. Después, cuando ya los jugadores se conocen más o han experimentado en unas cuantas ocasiones la emoción del juego, se procede a la elaboración de un contrato BDSM de una duración un poco más larga.

Ejemplo de un contrato BDSM

Un contrato tipo a firmar entre las dos partes de un juego BDSM sería, por ejemplo, el siguiente:

Este documento está destinado a especificar las responsabilidades de (Persona A) , en adelante “la dominante” y de (Persona B), en adelante “la sumisa”, como parte de un acuerdo consensuado entre ellos.

Este acuerdo, que es un acuerdo privado entre las partes y que sólo debe ser leído por ellas, es válido hasta la medianoche del (fecha).

Según este contrato:
1. La parte sumisa deberá dedicarse en mente, cuerpo y espíritu a los deseos de la parte dominante. La parte sumisa centrará toda su atención, completa y devota, en servir a la parte dominante.
2. Cuando la parte sumisa está en presencia de la parte dominante, debe dirigirse a ella con respeto y tratarla siempre y en todo momento como (título honorífico elegido).
3. Cuando la parte sumisa esté en presencia de la parte dominante, bien sea en casa, bien en un lugar privada, bien en un evento BDSM, deberá llevar en todo momento el collar que ésta le dio. Ese collar simboliza el dominio de la parte dominante sobre la sumisa y la devoción de ésta sobre aquélla.
4. El acuerdo obliga a satisfacer las necesidades físicas, emocionales y mentales de la parte sumisa. Para que pueda hacerlo, la sumisa debe responder clara y honestamente a cualquier pregunta que la parte dominante le haga.
5. La parte sumisa debe esforzarse por mantener en perfecto estado su salud y su vitalidad para, así, poder servir mejor a la parte dominante. La parte sumisa asume y debe notificar a la parte dominante cualquier tipo de malestar físico o cualquier enfermedad que, en el transcurso del jugo, pudiera afectarla.
6. La parte sumisa acepta poner su cuerpo a disposición de la parte dominante siempre, como y donde quiera ésta. La parte dominante, por su parte, acepta la plena responsabilidad sobre la seguridad del sumiso.
7. La parte dominante se compromete a acatar las fronteras y límites establecidos en la lista adjunta. Ambas partes entienden que dicha lista está sujeta a posibles modificaciones. La parte sumisa tiene la obligación de informar a la parte dominante de cualquiera de dichas modificaciones. Al mismo tiempo, la parte sumisa se compromete a ampliar sus fronteras y límites durante todo el tiempo que permanezca al servicio de la parte dominante.
8. La parte dominante acepta que no hará marcas en el cuerpo de la parte sumisa ni en pecho, cuello, cara o antebrazos.
9. Las partes reconocen la palabra “rojo” como safeword para poner fin a una determinada actividad y la palabra “amarillo” como safeword para disminuir la intensidad de alguna práctica.
10. Cuando la parte sumisa está en presencia de la parte dominante, debe siempre pedir permiso para hacer lo siguiente… (Puede referirse a hablar a la parte dominante o a otra persona, a abandonar la presencia del dominante, a ir al baño, a comer, a beber, a ir a dormir, a tocar al dominante, a tener un orgasmo, etc.).
11. Cuando la parte sumisa esté en presencia de la parte dominante, tendrá en su poder los siguientes elementos… (Puede ser un collar, aceite de masaje, lubricante, preservativos, guantes de látex, juguetes eróticos, etc.).
12. Si la parte sumisa ofende a la parte dominante de algún modo, aquélla aceptará someterse a cualquier castigo que ésta considere necesaria. Las penas impuestas siempre serán penas correctivas destinadas a reeducar a la parte sumisa, nunca podrán ser fruto de la cólera de la parte dominante.
13. Dentro de las cuarenta y ocho horas anteriores al vencimiento del contrato de sumisión, la parte dominante y la parte sumisa deberán negociar y tomar decisiones por consenso para renovar el contrato por un período igual o superior de tiempo. Cualquiera de las partes tiene derecho de modificar cualquier parte del contrato de sumisión antes de que se haya firmado, así como de declararlo nulo y sin valor. Antes de hacerlo, sin embargo, deberá dirigirse a la otra parte con una explicación razonable.