La imaginación, clave en el BDSM
El BDSM puede practicarse utilizando muchos instrumentos. Palas de azotar, látigos, mordazas, la rueda de Wartenberg, todo tipo de cuerdas, cera ardiente, cuchillos… son muchos sin duda los utensilios que los amantes del BDSM pueden utilizar para escenificar sus juegos, pero ninguno de ellos tiene el valor que tiene un “instrumento” intangible: la imaginación. Es la imaginación quien pone en marcha los mecanismos del deseo y también es la imaginación quien diseña todo el mecanismo de una práctica BDSM y quien engrasa los engranajes del mismo.
La imaginación no sólo sirve en el BDSM para planificar un juego de rol o, si se prefiere, un armazón argumental para dar sentido o justificación a todas las prácticas que se ejecuten durante el desarrollo del juego BDSM. La imaginación sirve, o debería servir, también, para buscar la penitencia más adecuada a cada caso, el castigo más provechoso y efectivo.
En InfoBDSM hemos dedicado diversos artículos a analizar algunos de los castigos y penitencias más comunes de las prácticas BDSM. En “Penitencias variadas para aplicar en la relación D/s”, por ejemplo, hablábamos de penitencias BDSM consistentes en lavar la boca, en introducir en ella alimentos o salsas picantes, en hacer desfilar a la parte sumisa o en recluirla en un espacio especialmente dedicado a ello. Por su parte, en nuestros artículos “Penitencias posicionales en el BDSM” y “Penitencias de escritura en el BDSM” recogíamos, respectivamente, algunos tipos de penitencias que tenían que ver con la adopción de diversas posturas de castigo o la realización de diversos tipos de prácticas de escritura que se conciben como castigo y que sirven para imponer a la parte sumisa una penitencia BDSM.
En los tres artículos citados recogíamos, como hemos dicho, una amplia variedad de penitencias y castigos BDSM, pero en la práctica BDSM caben muchas más opciones de castigo. En este artículo vamos a recoger un buen puñado de penitencias y castigos con una finalidad: estimular tu imaginación. La imaginación, en cierto modo, es una especie de músculo. Funciona mejor cuanto más nutrido está y cuanto mejor entrenado.
Suele decirse que una idea tira de otra y ésta de otra y así sucesivamente. Nosotros queremos darte una idea primigenia de castigo o penitencia BDSM para que, a partir de ella, puedas echar a volar tu imaginación y puedas encontrar, entre las propuestas que te hacemos u otras semejantes, el castigo o penitencia que mejor le puede cuadrar a la escena BDSM que quieras representar.
Listado de penitencias y castigos BDSM
Los castigos/penitencias BDSM que te proponemos son los siguientes:
- Aguantar objetos. ¿Recuerdas la típica imagen de Zipi y Zape, arrodillados de cara a la pared con los brazos extendidos y sosteniendo sobre las palmas de sus manos algunos tomos de texto? Pues ese aguantar los libros podría considerarse, perfectamente y en otro contexto, un prototípico castigo BDSM. Pero a la hora de aguantar objetos se puede optar por muchas probabilidades. Se puede castigar a la parte sumisa para que aguante esos objetos sobre la cabeza. También se le puede imponer que, puesta a cuatro patas, aguante dichos objetos sobre su espalda. O que, con la nariz, sujete contra la pared pequeños objetos. A la parte sumisa también se le puede imponer que aguante cosas bajo la barbilla, o entre las rodillas, o apretando el culo. Como ves, aguantar objetos puede convertirse, perfectamente, en un castigo muy adecuado para ciertas prácticas BDSM.
- Aplicación de instrumentos BDSM. Pinzas, pesas, ventosas, succionadores, ruedas de Wartenberg… son muchos los instrumentos que se pueden utilizar y aplicar sobre el cuerpo de la parte sumisa en las prácticas BDSM. Del uso de electrodos (o picana) al de la varita violeta, son varias las opciones que un practicante de BDSM puede tener, por ejemplo, a la hora de aplicar descargas eléctricas al cuerpo de la persona sumisa. La aplicación de este tipo de penitencia o castigo BDSM sólo debe realizarse cuando se conocen perfectamente las prestaciones del tipo de aparato que se usa y se posee el dominio técnico suficiente como para utilizarlo sin peligro.
- Aplastar alimentos o cosas pastosas (miel, dentífrico, frutas muy maduras, etc.) sobre el cuerpo de la parte sumisa.
- Aplicación de calor sobre determinadas partes del cuerpo de la parte sumisa sirviéndose de la ayuda de un secador de pelo o acercando la llama de una vela, etc.
- Arañar.
- Arrancar vello o pelo.
- Babeo forzado. Se puede hacer babear a la parte sumisa, por ejemplo, haciéndole sostener un caramelo entre los dientes.
- Caricias con objetos afilados, cortantes o punzantes.
- Utilización de la parte sumisa como plato sobre el que depositar la comida que vamos a comer. El sushi corporal o nyotaimori estaría incluido dentro de estas prácticas BDSM.
- Cosquillas. Las cosquillas son divertidas, sí, pero pueden convertirse en una auténtica tortura. La parte Dominante puede torturar a la parte sumisa con cosquillas hechas con los dedos, con plumas, soplando, etc.
- Depilación láser obligatoria de la pare inguinal. La parte Dominante puede optar, también, por el afeitado de esa zona. A la hora de aplicar este castigo o penitencia BDSM, la parte Dominante puede optar por ejecutarlo ella misma o por aplicar el castigo por persona interpuesta.
- Derramar líquidos sobre el cuerpo de la parte sumisa o hacerlos gotear sobre ella. También puede optarse por ensuciarla con barro, heces, etc. o por realizar fricciones con líquidos, cremas, dentífricos o pomadas mentoladas o alcanforadas.
- Deslumbrar a la parte sumisa sirviéndose de alguna luz potente.
- Practicar dilataciones anales y/o vaginales.
- Obligar a la parte sumisa a dormir en el suelo.
- Obligar a la parte sumisa a tomar baños o duchas de agua fría. También se puede emplear una manguera para “regarla” o para irrigarla con chorros a presión.
- Escupir a la parte sumisa.
- Alternar estimulaciones basadas en la aplicación de frío y calor.
- Estimulación con jengibre (figging).
- Estiramientos.
- Práctica del facesiting o, lo que es lo mismo, de sentarse sobre el rostro de la persona sumisa.
- Gritar junto al rostro de la parte sumisa.
- Obligar a la parte sumisa a hacerse sus necesidades encimas o sobre la cama.
- Lanzar humo a la cara.
- Introducción de objetos molestos en el calzado o entre la ropa.
- Obligar a la parte sumisa a llevar pañales.
- Masajear a la parte sumisa con sus propias babas o con sus flujos.
- Morder a la parte sumisa.
- Obligar a la parte sumisa a oler ropa sudada o zapatos sucios.
- Dejar a la parte sumisa simuladamente olvidada o abandonada.
- Omisión de castigos que la parte sumisa desee. La parte sumisa puede retar a la parte Dominante esperando que ésta aplique el castigo que le gusta especialmente a la primera. Está en la preparación, la experiencia y la valía de la parte Dominante el evitar “caer en la trampa” que le tiende la parte sumisa. El omitir el castigo BDSM que la parte sumisa anhela es, en el fondo, el mejor castigo que a ésta le puede aplicar la parte Dominante.
- Pellizcar o pinchar a la parte sumisa.
- Práctica de los pisotones o trampling. La aplicación de presiones, compresiones o aplastamientos puede resultar, en algunos casos, un castigo muy efectivo en los juegos BDSM.
- Provocar en la parte sumisa sensaciones de tensión o alerta.
- Rascar a la parte sumisa con papel de lija, cepillos, limas para uñas, etc.
- Utilizar implementos diversos (gags, cuerdas, etc.) para restringir el habla o el movimiento del cuerpo.
- Utilizar insectos, reptiles, roedores, etc. para provocar ataques de fobia en la parte sumisa.
- Sobreestimular a la parte sumisa.
- Utilización de plantas urticantes (ortigas, etc.) sobre el cuerpo de la parte sumisa.
- Utilización de cilicios.
- Utilización de la parte sumisa como mueble o fornifilia.
Como ves, son muchas las opciones que tienes a tu alcance para castigar o imponer una penitencia o un castigo a tu sumiso o sumisa. Intenta buscar siempre la que mejor se acomode al juego que hayáis planeado y, sobre todo, consensua con tu compañero/a de juego el tipo de castigo que pueda imponerse en el transcurso del juego. Saber en qué momento del juego aplicar los castigos BDSM elegidos determinará tu valía como Dominante. Aunque no te angusties pensando en eso. La experiencia y el mantenimiento de una misma pareja de juego BDSM son los mejores caminos para llegar a esa sabiduría a la hora de utilizar los castigos y penitencias que adorna a los mejores Dominantes.
es lo maximo soy sumiso y me encanto todo lo que escribieron ahi me encanta que me hagan todo eso menos lo de las heces