Vestimenta BDSM

Debido a su impresionante impacto visual, la ropa BDSM puede aportar una sensación extra a vuestros juegos sexuales. Una mujer dominante o sumisa puede usar tacones altos, medias, ligueros, corsés ajustados, bragas abiertas en la entrepierna o cubre-pezones adhesivos. Con esas ropas, pueden despertar y encender al hombre más frío. Eso sí: si eres mujer y te gusta el rosa, olvídate de ese color para el BDSM. ¿Desde cuándo las vamp han parecido un mantelito?

Para el hombre, bien sea dominante, bien sumiso, también se ha ideado una buena cantidad de ropa BDSM. Alguna sirven para realzar su erección del mismo modo que las mujeres cuentan con sujetadores que sirven para realzar sus senos y elevarlos, en ocasiones, a alturas vertiginosas.

La ropa BDSM también está diseñada para añadir una mayor diversión táctil a tus juegos eróticos. La piel, el PVC, el látex o incluso la ropa de caucho pueden resultar muy sensuales tanto para el portador como para su pareja. Gran parte de esa ropa está diseñada y elaborada para que se ajuste bien al cuerpo. Muchos dominantes encuentran un gran placer al disfrutar con una sumisa vestida con esos materiales. A menudo, la ropa interior diseñada para el BDSM, agrega un punto de fricción a los genitales masculinos que resulta muy agradable y placentero para los hombres.

Los uniformes también pueden ser usados en el BDSM para mejorar la representación de la fantasía en los juegos de rol. Quizás para mejorar la imagen de una excitante prostituta de fantasía una mujer prefiera recurrir a usar un vestido de vampiresa de PVC mientras que su pareja, representando el papel de cliente, opte por aparecer elegantemente vestido de traje y corbata. Las ropas diseñadas para BDSM ofrecen múltiples recursos y prendas para ayudar a que tu fantasía se haga realidad.

Voyeurismo y exhibicionismo

El voyeurismo (el deseo de ver a una persona desprevenida desnudarse y tener relaciones sexuales) y el exhibicionismo (el deseo de ser visto desnudándose o manteniendo relaciones sexuales) a menudo juegan un papel importante en el BDSM. Para activar su control en un juego de BDSM, un dominante puede ordenar a un sumiso que realice el acto sexual en público. Evidentemente, este juego acostumbra a ser mucho más discreto; pero esa posibilidad siempre existe y está ahí, palpitando en las sombras. Por ejemplo, una mujer dominante podría exigir a su sumiso que llevara los genitales al aire mientras, por ejemplo, conduce. O un hombre dominante puede pedir a su sumisa que lo haga con los pechos al aire. Esto suscita un hormigueo de nerviosismo que puede venirle bien a un determinado juego.

Para jugar con la idea de voyeurismo, algunas parejas BDSM asisten a espectáculos de sptriptease. Al revés que sucede con la pornografía y su consumo, el observar una experiencia sexual en directo aporta un grado mayor de voyeurismo. Una alternativa edulcorada es visitar los chat en línea y observar sexo en vivo a través de webcams eróticas. El observar esas escenas invita al dominante a ordenar al sumiso que realice para él las mismas escenas que, en la pantalla, están efectuando los artistas.

Humillación erótica

Aunque no puede generalizarse, muchas parejas de BDSM optan por la humillación erótica como una de sus opciones de juego preferidas. Estas escenas, lógicamente, deben ser escenas seguras, sensatas y consensuadas. La humillación puede incluir cualquier cosa: desde que una persona realice un acto vergonzoso en público como que el dominante se burle de alguna parte física del sumiso o de todo el cuerpo del sumiso en sí. Lo normal es que las parejas sólo incorporen este elemento de humillación en privado. En esa privacidad el elemento dominante puede ordenar al sumiso que realice algún acto sexual determinado o, simplemente, que se masturbe delante suyo.