Uso de las pinzas en el BDSM

En su momento ya dedicamos un artículo al uso de las pinzas en el BDSM. En aquel artículo ya señalábamos cómo las pinzas pueden servir para realizar una sesión de BDSM en la que la tortura de pezones, genitales (escroto, testículos, clítoris, pene, labios vaginales…) u otras partes del cuerpo desempeñe un papel fundamental. En aquel artículo dábamos una serie de consejos de seguridad para evitar cualquier tipo de lesión o herida al utilizar pinzas en las prácticas BDSM y mencionábamos la posibilidad de utilizar diferentes tipos de pinzas para BDSM.

En esta ocasión queremos proporcionar una breve guía sobre los diferentes tipos de pinzas para BDSM que pueden utilizarse en una escena y las características y utilidades de cada una de ellos.

En ocasiones, obsesionándonos con la búsqueda del instrumento más sofisticado olvidamos los buenos resultados que puede darnos lo que tenemos más a mano. Y lo que tenemos más a mano para practicar ese movimiento básico que se conoce con el nombre de pinza son, sin duda, los dedos. Los dedos son nuestras herramientas naturales, idóneas, por ejemplo, para pellizcar pezones o labios vaginales, para estirar de éstos o del escroto o para retorcer la zona elegida. Los dedos, además, presentan una ventaja muy a tener en cuenta sobre cualquier otro tipo de pinzas para BDSM: nuestro control sobre la presión que ejercemos con ellos es superior a la que podemos tener sobre cualquier otro tipo de instrumento para pinzar durante las prácticas BDSM.

Más allá de los dedos, podemos encontrar los siguientes tipos de pinzas para BDSM:

  • Pinzas de madera. Éstas deberían ser, siempre, las primeras pinzas para BDSM que utilizara una persona inexperta en estas lides. De entre las pinzas de madera para BDSM que pueden utilizarse, lo mejor es utilizar las típicas pinzas de tender la ropa. De fácil adquisición y fácil uso, este tipo de pinzas para BDSM es un tipo de pinza muy apreciada por los sumisos. Siendo muy tolerables, pueden estar colocadas durante un tiempo relativamente prolongado.
  • Pinzas metálicas y de presión. Si las pinzas de madera son un tipo de pinzas para BDSM idóneas para neófitos, las pinzas metálicas están mayormente indicadas para practicantes de BDSM experimentados. Aunque también puedan ser toleradas por no iniciados, lo cierto es que, en esos casos, sólo deberían utilizarse por períodos de tiempo muy cortos. Este tipo de pinzas suele tener, en su extremo, una pequeña cuerda que puede servir para colgar de ella algún peso o para, tirando de ella, incrementar la presión de mordida de esta pinza para BDSM. Este tipo de pinza trabaja en una superficie menor. Eso significa que el dolor es mayor. Por eso es un tipo de pinza para BDSM especialmente indicado para jugadores más experimentados.
  • Pinzas recubiertas de látex. Este tipo de pinzas para BDSM ejerce la presión sobre una zona algo mayor que las pinzas metálicas y de presión. Esto hace que este tipo de pinza sea más soportable (el dolor que provoca es menor) y pueda estar colocada durante más tiempo. Este tipo de pinza para BDSM es la que se suele utilizar para colgar pesos. Por eso suele venderse con ellos o con algún tipo de cadenita de la que o bien pueda tirarse o bien puedan colgarse pesos. El látex impide que, al colgar dichos pesos, la pinza pueda resbalar sobre la piel. Este tipo de pinzas para BDSM sólo pueden comprarse en establecimientos especializados.
  • Pinzas con mecanismo de presión. Con diversas formas, las más comunes son esas pinzas pequeñas y estrechas con una ruedecilla con la que se aumenta la presión. Este tipo de pinzas para BDSM se suele utilizar en los pezones, y no son muy indicadas para colgar pesos de ellas. Aunque resulten muy estéticas, suelen escapar con relativa facilidad.
  • Pinzas de bricolaje. Este tipo de pinzas para BDSM pueden adquirirse, como por su nombre podemos deducir, en tiendas de bricolaje. De plástico, de metal… son varias las posibilidades que podemos encontrar a la hora de comprar este tipo de pinzas. Escoger unas u otras dependerá, finalmente, de la experiencia tanto de la parte dominante del juego como, principalmente, de la sumisa.

Finalmente, hay que tener siempre en cuenta que no pueden crearse unas reglas generales demasiado estrictas sobre el uso de los diferentes tipos de pinzas para BDSM. Las características y la experiencia de cada jugador marcarán, a la hora de la verdad, qué tipo de instrumento se usa y qué tipo no. Ni todas las personas tenemos la misma experiencia en la práctica del BDSM ni todas tenemos la misma tolerancia al dolor.