La punción de los genitales

El “play piercing” o piercing temporal está ganando popularidad en ciertos ambientes kinkys. Esta práctica, no hace falta recalcarlo, entraña una peligrosidad que no la hace recomendable para nadie que no haya sido instruido convenientemente sobre cómo realizar las punciones y minimizar sus riesgos. La experimentación y el riesgo inconsciente pueden tener, aquí, consecuencias bastante desagradables. Dicho esto, debemos dejar claro que este artículo no es, en modo alguno, una receta sobre cómo practicar el piercing temporal, sino simplemente una información sobre el tema.

Cualquier escena en la que intervengan actividades invasoras tales como la perforación o la punción requiere un buen conocimiento de la actividad en sí y de las técnicas necesarias para llevarla a la práctica. Conocer las posibles consecuencias de una práctica sado mal ejecutada puede servir, también, para adquirir conciencia de la necesidad de ser cuidadosos en el ejercicio de la referida práctica.

Medidas preventivas

Cuando rompemos la piel, cuando la punzamos, estamos abriendo una pequeña puerta al interior del ser humano. Ni más ni menos. Esa puerta es todo lo que necesita una infección para invadir un cuerpo. El cuerpo humano está cubierto con una gran cantidad de microorganismos y bacterias que son inofensivas para nosotros porque están en el exterior de nuestro organismo. Su acceso al interior de nuestro cuerpo y a nuestra sangre puede resultar peligroso para nuestra salud.

Para reducir el riesgo de infección durante la práctica del piercing temporal hay que tomar una serie de precauciones. La primera de ellas es la de utilizar únicamente agujas esterilizadas desechables. Las agujas, que pueden conseguirse en farmacias o en tiendas de veterinaria, pueden ser de diferentes tamaños. Las agujas muy finas para inyectar insulina no son muy recomendables para practicar el piercing temporal. Son frágiles y pueden doblarse o romperse.

Las puntas de agujas hipodérmicas están cortadas en ángulo, lo que facilita la perforación cutánea. En el piercing temporal, el objetivo es crear un agujero que debe sanar casi de inmediato. Las agujas hipodérmicas son útiles para eso.

Otra medida preventiva a tener en cuenta es la de disponer de un contenedor de agujas, un recipiente de plástico duro diseñado para resistir las puntas de las agujas y otros objetos afilados o punzantes. Cuando el contenedor de agujas esté lleno (se puede conseguir en una farmacia) es conveniente sellarlo y llevarlo al lugar adecuado. En la farmacia de tu barrio pueden indicarte dónde se haya el área de reciclaje o de eliminación de residuos infecciosos.

Antes de comenzar la escena de perforación o punción es muy importante limpiar la piel de los genitales con jabón antibacteriano y secar el área lavada con una toalla limpia. Los genitales deben estar bien sujetos. Una buena idea es sujetar los testículos con un anillo o un cepo para, así, evitar que puedan retraerse en el momento de perforar el escroto.
Una vez bien sujetos los genitales hay que aplicar Betadine con un trozo de gasa estéril sobre el escroto y el pene. Una buena manera de aplicarlo es mediante movimientos circulares que vayan de dentro a fuera. Mientras el aire seca la zona impregnada de Betadine pueden ir preparándose las agujas. Las agujas deben estar cerca y colocadas sobre una bandeja limpia. Sobre la bandeja debe estar, también, el contenedor de agujas desechadas.

Para jugar al piercing temporal genital es importante disponer de unos guantes. Unos guantes quirúrgicos esterilizados son ideales, pero también pueden servir unos guantes de látex nuevos, recién extraídos de la caja. Es importante, también, cambiar estos guantes con frecuencia. Un mínimo de tres pares de guantes durante la escena sería lo deseable.
Una vez tengas los guantes puestos, asegúrate de no tocar nada que no haya sido desinfectado previamente. Esto implica no tocar nada que no sean las agujas y los genitales a punzar. Ni la propia ropa, ni la propia cara, ni el propio pelo pueden tocarse. Si se hace, es conveniente volver a cambiarse de guantes.

Uno de los peligros intrínsecos del jugo del piercing temporal es el de pincharse de manera accidental con una aguja. Hay que tener cuidado para no pincharse uno mismo antes y, sobre todo, después de la escena. Para evitarlo, es importante no intentar poner las agujas dentro de sus fundas de plástico una vez utilizadas. Para eso está el contenedor de plástico: para arrojarlas a él sin preocuparse de la funda de las mismas.

Cuando se perfora o se realiza una punción en el escroto o el pene debe tenerse cuidado y evitar perforar los grandes vasos sanguíneos o cualquier irregularidad de la piel del pene o el escroto. Para no errar, es fundamental contar con una buena iluminación que nos permita observar exactamente dónde vamos a punzar.

Vigilancia en la punción

Al hacerlo, hay que tener siempre presente que las agujas se usan para penetrar en la piel. Nunca debe insertarse la aguja en el tejido esponjoso del pene o en el testículo o en la uretra o en ningún órgano o conducto que se encuentre dentro del escroto. La separación de las agujas dependerá del número de ellas que se haya escogido para realizar la escena. Es recomendable no usar más de doce agujas sobre todo con aquellas personas que son nuevas en la práctica del piercing temporal.

Cuando se practica el piercing temporal con los genitales las sensaciones son muy intensas y el miedo juega un factor muy importante. Trabajando lentamente y con calma, los miedos se reducen de forma significativa y el cuerpo, poco a poco, va adaptándose a la sensación de sentir cómo se clava cada aguja. Para sacar las agujas lo mejor es realizar un movimiento suave. Una vez extraídas hay que lanzarlas cuanto antes al contenedor de objetos punzantes.

Una vez retiradas las agujas hay que volver a aplicar Betadine sobre las zonas perforadas. Una combinación de Betadine y alcohol puede servir para añadir un suave toque de tortura extra a la escena.

Si el juego del piercing genital temporal se practica de una manera adecuada la zona punzada no debe sangrar. Si lo hace, lo hará levemente. Bastará aplicar una gasa estéril para que el sangrado no exceda de una o dos gotas. Ese par de gotas, además, puede servir para arrastrar alguna sustancia extraña que haya quedado junto al punto de punción. Si el sangrado es profuso y no se detiene, lo mejor es solicitar atención médica. No hay que tener vergüenza cuando es la salud lo que está en juego.

También puede suceder que se sienta una especie de mareo tras practicar una escena de este tipo. La respuesta corporal a la descarga de endorfinas producida durante el juego será la que determine la mayor o menor duración de ese tiempo de prevención durante el cual pueden tener lugar esos leves mareos.

Limpiar la zona perforada durante las horas siguientes con jabón antibacteriano es también una medida recomendable para prevenir y evitar complicaciones infecciosas.