Una segunda piel

Uno de los elementos que para el amante del fetish puede alcanzar la categoría de oro líquido es el látex líquido. Aplicado sobre la piel, el látex líquido se solidifica convirtiéndose en una segunda piel para aquella persona sobre la que se ha aplicado. Puede servir para aparentar estar vestido con un mono mientras se está desnudo. Puede servir para crear cicatrices. Puede servir para crear zombies o monstruos. Por eso es un material muy apreciado no sólo entre los fetichistas del látex, sino también en la industria de los efectos especiales. La amplia variedad de colores en los que el látex líquido puede encontrarse (también hay látex líquido fluorescente o metálico) ofrecen una amplia libertad al usuario a la hora de crear una imagen determinada.

Los amantes de este tipo de producto, además, tienen la opción de preparar un látex líquido casero con prestaciones semejantes a los del látex líquido comercializado. Estos amantes del bricolage y la pretecnología pueden recurrir al pegamento blanco para, mezclándolo con agua, fécula de maíz y con algún tinte que le proporcione el color deseado, fabricar su propio látex líquido casero.

El látex líquido es un material de muy fácil aplicación. Puede bastar un pincel de espuma para colocarlo sobre la piel como si se estuviera pintando o se estuviera extendiendo un poco de cera depilatoria. También puede aplicarse con las manos. Quizás con una única capa no baste para dar apariencia de uniformidad y sean necesarias varias. Si se opta por dar varias capas hay que esperar a que una capa esté perfectamente seca antes de dar la siguiente. Tres capas de látex líquido es un buen número de capas para dar fortaleza y restar transparencia a esa segunda piel. El proceso de secado y solidificación de una capa de látex líquido puede acelerarse con el uso de un secador.

Una vez solidificado, el látex líquido puede quitarse muy fácilmente. Basta con “pelar” la piel. Loción o aceite para bebés pueden ayudar a quitar aquellos trozos de látex que quedan enganchados a la piel o al pelo.

Nunca arrojes al desagüe ni a la ducha los fragmentos de piel de látex que hayas retirado de tu piel: pueden obstruir las tuberías.

Otra de las aplicaciones que los fetichistas del látex han encontrado para su oro líquido es la de convertir una prenda de ropa en una prenda de látex. Revestir una ropa con una capa de caucho puede ser muy sencillo siempre que la ropa no sea de un material elástico o de un tipo de tejido muy absorbente. Pintarla mientras se lleva puesta o sumergirla en el látex líquido pueden ser dos opciones muy aptas para todos aquellos que quieran experimentar con la conversión en una prenda de látex de una prenda de otro material.

Precauciones al usar el látex líquido

Como sucede con todo uso de cualquier tipo de producto no natural, el proceso de utilización del látex líquido debe desarrollarse siguiendo unas pautas de orden que impidan que pueda salpicarse alguna ropa que no queramos “customizar” o algún tipo de mueble tapizado.

Una de las características del látex líquido es que tiene un leve aroma a amoníaco que puede resultar molesto para todas aquellas personas que sean especialmente sensibles a los vapores del amoníaco. El amoníaco figura como conservante en la composición del látex líquido. Su olor, sin embargo, desaparece una vez que aquél se ha secado.

Si el látex líquido va a ser aplicado sobre la piel es conveniente que ésta se halle perfectamente depilada o, en su defecto, cubierta con alguna capa de crema acondicionadora o loción que prepare la piel para la aplicación sobre ella del látex.

¿Cuánto tiempo puede llevarse sobre la piel el látex líquido? Las características propias de la piel de cada persona determinarán ese tiempo. No todas las personas, por ejemplo, tienen la misma sudoración. Teniendo en cuenta que el sudor ayuda a levantar la capa de látex, la apariencia de la segunda piel de látex líquido sobre el cuerpo de la persona será mucho mejor durante más tiempo en aquellas personas que suden menos que en aquéllas que suden más. La sensibilidad de la piel de cada usuario determinará también el tiempo conveniente para mantener el contacto del látex sobre la piel. Las personas alérgicas a los productos a base de amoníaco, por ejemplo, deberían abstenerse de utilizar este producto. Si no sabes si eres alérgico al amoníaco puedes realizar una sencilla prueba para comprobarlo: aplica látex líquido a un área muy pequeña de tu piel y déjalo aplicado durante cuatro horas. Si se produce cualquier tipo de reacción lo mejor es que no utilices látex líquido ya que eres hipersensible a él.

El tema de la sudoración tiene también una influencia directa sobre las sensaciones que pueda experimentar la persona que se haya aplicado el látex líquido. La acumulación de transpiración bajo la piel de látex puede hacer que la persona que la lleve puesta experimente una cierta sensación de frescor.