Un juego de poder
La dominación erótica no está restringida a un dormitorio a una mazmorra diseñada para juegos BDSM. Puede ser que las parejas deseen jugar a juegos de rol en el exterior. El hacerlo añade un punto de aventura que puede venirle muy bien al juego.
Afortunadamente, los actual tecnología del juguete erótico puede hacer de la discreción un elemento a aprovechar por quien quiera aventurarse a jugar fuera de las paredes de la privacidad. Vibradores con control remoto pueden convertir una cena en otra cosa. Que el dominador juguetee a su antojo con el mando a distancia implica dos cosas. La primera, que la sumisa se encuentra completamente incapacitada para otra cosa que no sea estar pendiente de los caprichos del dueño del mando, sorprendida por las inesperadas ráfagas de intensa estimulación genital. La segunda, que la parte dominante puede deleitarse con el poder que ejerce sobre su compañera de juegos, especialmente al ejercer dicho poder en público.
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Los juegos de rol en el BDSM
En BDSM, con frecuencia se llevan a cabo rituales para ayudar a los socios ordinarios a realizar su transición desde su papel como esposos, padres, trabajadores, etc. a su papel en el juego BDSM como dominantes o sumisos. Los rituales también pueden ayudar a las parejas a distraerse de su día a día al sumergirse en la dinámica del juego.Los rituales también pueden servir como una forma de excitación sexual.
Los juegos de rol deben adaptarse a las preferencias de la pareja y a su estilo de vida. Algunos dominantes pueden ordenar a sus sumisos que lleven un determinado elemento de ropa durante el día para que el sexo se mantenga mentalmente sobre el cerebro del sumiso durante su jornada laboral. Un dominante también puede pedir a su sumisa que prepare una determinada comida o que se afeite el vello púbico. Otras parejas pueden intercambiar correos electrónicos o mensajes de alto contenido erótico para caldear el ambiente previo al juego. Otros pueden compartir baño o ducha. Algunas mujeres dominantes pueden pintar sus uñas de un color determinado para, así, anunciar a su sumiso sus intenciones para las próximas horas. Como ves, la imaginación no tiene límites, y cada pareja puede ir componiendo el esquema de su propio ritual.?