Estamos en el mundo de las siglas. Una de las que más nos apasionan son las de BDSM. Ya sabemos lo que significan y sabemos las prácticas de sexo alternativo que incluyen. Dentro de esas prácticas encontramos unas que también son nombradas con unas siglas: CBT.
¿Qué es CBT? Si acudimos a Google podemos encontrar tres opciones de significado de CBT.
Una de ellas nos remite al mundo de los juegos de ordenador. Estas tres consonantes unidas en un acrónimo harían referencia al Closed Beta Test o test de prueba cerrado, es decir, a una versión de prueba de un videojuego que el desarrollador pone disponible a un público cerrado y limitado.
Otra de ellas proviene del mundo de la Psicología y hace referencia a la Terapia Cognitiva Conductual.
Finalmente, la tercera, que es la que a nosotros nos interesa, hace referencia a una práctica BDSM que podría definirse como la “tortura de pene y testículos”. No en vano, las siglas CBT vienen de la expresión “Cock and Ball Torture”.
En el mundo anglosajón, “cock” es la expresión popular para referirse al pene. Decir “cock” en inglés es, pues, como decir polla en castellano. “Ball”, por su parte, hace referencia a los testículos o, lo que es lo mismo, las pelotas o bolas.
En este artículo vamos a realizar una pequeña introducción al CBT y a sus características principales. Te hablaremos del CBT sex y también de las precauciones que hay que tomar para practicar juegos de este tipo.
¡Quién sabe! Quizás después de leerlo te animes a participar en un juego de este tipo. No serías el primero en hacerlo. Y tampoco serías el último.
¿Qué es CBT?
Como hemos indicado anteriormente, este tipo de prácticas se basa en torturar el pene y los testículos. Dentro del universo BDSM, está considerada, al igual que el fisting vaginal o anal, una práctica propia del sexo extremo.
Mucha gente cree que éstas de las que hablamos son unas experiencias exclusivamente ligadas el mundo homosexual. Si se habla en público de esto, mucha gente se mostrará reacia, pero ya sabemos que la sinceridad no acostumbra a ser una de las características primordiales del ser humano cuando, en sociedad, se habla de cualquier tipo de relación sexual.
Si de lo que se habla es de las prácticas BDSM, a la falta de sinceridad se une la extrañeza. ¿Cómo algo que, es cierto, es en mayor o menor intensidad, doloroso, puede, al mismo tiempo, resultar divertido?
Lo primero que hay que asumir es que los genitales masculinos son bastante sensitivos pero también bastante resistentes. O sea: que pueden soportar más estrés del que nos imaginamos. Esto favorece que haya hombres que, iniciados en este tipo de juegos, no pueden dejarlos. Encuentran en ellos sensaciones que no encuentran en el mantenimiento de otros tipos de relaciones sexuales.
La llegada al universo de la Cock and Ball Torture es, después de todo, consecuencia directa y hacia lógica de ese deseo de buscar nuevos caminos que nos lleven a nuevos placeres y a nuevas sensaciones en nuestros genitales.
Al hombre al que le gusta jugar a estos juegos puede ser homosexual, sí, (el gay CBT está muy extendido) pero también puede ser bisexual, pansexual o célibe; puede ser un miembro activo de la comunidad BDSM o no serlo, puede buscar exclusivamente el jugar con otros o, por el contrario, puede limitarse a experimentar consigo mismo gracias a la muy variada gama de juguetes e instrumentos de tortura genital que pueden encontrarse en el mercado.
Los intereses sexuales de las personas son muy variados. Por ejemplo: una Dominatrix o una Ama puede encontrar en el Femdom CBT una buena manera de ejercer su dominio sobre su sumiso o su esclavo. Eso sí: hay un factor común que une a todas estos diferentes tipos de persona y ese factor es la búsqueda de la diversión y del placer. Para llegar a una mayor intensidad en ambas cosas, es fundamental saber todas las travesuras que podemos hacer allá donde alcanzan nuestras terminaciones nerviosas.
Tipos de tortura genital masculina
Sabemos ya el significado de CBT y que esta práctica propia del BDSM se basa en maltratar el pene y los testículos. Ahora bien… ¿de qué manera? Simple y llanamente: de todas las imaginables.
¿Qué es lo que hace la gente, por tanto, con sus genitales, cuando juega a estos juegos? ¡Un montón de cosas! Puede ser algo tan leve como apretar un poco el pene en escenas intensas con un equipo especializado. O algo tan sencillo como que tu pareja te apriete y haga girar tus pelotas mientras te la está mamando.
O puede buscar, por ejemplo, una especie de abrazadera que, colocada hábilmente en el escroto, puede presionar tus testículos. O puede haber alguien a quien le guste pasear atado, a cuatro patas, con algún tipo de peso colgando de sus pelotas bajo la orientación sabia y experimentada de un tutor especializado.
La variedad de juegos CBT en el BDSM es tan amplia como el espectro de personas que tienen polla y pelotas para jugar.
Así, en general, las prácticas de tortura de pene y testículos consisten en estimular, de una manera directa, los genitales, bien sea con la flagelación, la compresión, la constricción, la aplicación de pequeñas descargas eléctricas, la inserción de catéteres o cánulas en la uretra, etc.
Hay multitud de juguetes seuxales e instrumentos para CBT diseñados y a la venta para poder ejecutar correctamente todos estos juegos.
También, si se tiene la suficiente imaginación, pueden utilizarse juguetes “caseros”. Una cuerda, vendas elásticas, pinzas de la ropa, un cepillo de dientes… son muchas las cosas que tenemos por casa que pueden servir para maltratar un poco unos genitales masculinos.
La cuerda puede servir para inmovilizar pene y testículos; el cepillo de dientes, para rozar con él el glande (si es de cerdas suaves) o el tronco (si las cerdas son más duras); las pinzas… las pinzas no hace falta decir para qué pueden servir en estos juegos. Seguro que se te ocurre algo.
Consejos básicos para practicar CBT
El primer consejo para practicar Cock and Ball Torture o cualquier tipo de práctica sexual extrema es extremar al máximo la comunicación con la pareja con la que se participa en este tipo de juegos BDSM.
Si las dos personas son del mismo sexo (es decir: si las dos tienen pene y testículos), puede ser más sencillo imaginar lo que está experimentando el otro. Eso, claro, teniendo en todo momento presente que cada cuerpo es un mundo y que cada persona experimenta el dolor de una forma distinta.
Es por este motivo por lo que es fundamental extremar la comunicación para saber lo que está funcionando y lo que no durante la sesión.
Quienes se aproximen a este universo para jugar a la porno tortura de pene deben saber que es necesario contar con una cierta experiencia para disfrutar al máximo de una práctica así. Por eso es importante empezar poco a poco. Un dolor excesivo en la primera sesión dificultaría la existencia de más.
Y es que, por mucho que los testículos y el pene sean más resistente de lo que parecen, pueden lesionarse con relativa facilidad. Para evitar lesiones durante este tipo de prácticas deben extremarse las precauciones.
Dicho todo esto, tenemos que reafirmar una idea que debemos tener muy clara: los juegos de este tipo no tienen porqué resultar dolorosos. Pero los límites entre el dolor y el placer acostumbran a volverse muy borrosos en este tipo de prácticas, tal y como ocurre con otros muchos juegos sexuales.
Ésa es, precisamente, la paradoja de que el CBT resulte tan agradable para muchas personas. Que algunas de las que se acerquen a estas prácticas sean masoquistas no quiere decir que todos los que quieran practicar estos juegos deseen, de un modo u otro, sentir dolor.
Recuérdalo siempre: las aspiraciones son tantas como las personas y cada sexualidad es distinta. Tus anhelos no tienen porqué ser los míos.