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Fetichismos del gigantismo, el enanismo y la inflamación

De entre los fetichismos que empiezan a hacerse más extendidos encontramos tres de los que vamos a hablar. El fetichismo centrado en mujeres gigantes, el orientado hacia personas que padecen enanismo y el que encauza sus ansias en la inflamación de alguna parte del cuerpo, son esos tres fetichismos.

Fetiches corporales (III): uñas, pelo y nariz

De entre los muchos tipos y categorías de fetichismo de carácter corporal (cualquier parte del cuerpo humano es susceptible de convertirse, a ojos de un fetichista puro, en obscuro objeto del deseo), vamos a fijarnos en este post en tres partes del cuerpo bastantes habituales entre los gustos fetichistas: las uñas, el pelo y la nariz.

Fetiches corporales (II): pies y piernas

Los dedos de los pies, el talón o el arco. Los calcetines, los zapatos o las uñas de los pies. Todos estos elementos pueden convertirse en fetiche, pero para serlo deben lucir de cierta manera, o ser de un tamaño determinado, o su forma debe ser especial, etc.

Fetiches corporales (I): culo, oreja y gordura

No sólo los senos gozan del prestigio de merecer el haberse convertido, para muchos fetichistas, en “territorio fetiche”. También otras partes del cuerpo merecen esa consideración. El culo y la oreja pueden ser dos de esas partes. Y el mismo cuerpo, engrandecido por la gordura, puede ser un fetiche insustituible para algunos fetichistas.

El seno como fetiche

En general toda nuestra cultura occidental ha convertido las mamas en un fetiche. Pero el fetichista verdadero y auténtico no centra su fetiche en la mama en general, sino en una mama muy específica según su forma y tamaño. Para el fetichista de la mama, no hay duda alguna: el seno (ese seno) es la parte más hermosa, sexy y deseable del cuerpo de una mujer.

Consejos para cuando es tu amante quien tiene el fetiche

Siéntete afortunado. Si tú no eres quien tiene el fetiche pero tu amante te ha comunicado el suyo es porque te dejó abiertas las puertas de acceso a lo más íntimo de su sexualidad y su mundo interior. Eres un visitante de lujo de ese espacio secreto y personal. Lo primero que debes tener en cuenta es que la aventura sexual es una de las cosas más divertidas que puede ofrecerte la vida. Simple y llanamente.

Consejos para el fetichista, jugando con el fetiche imposible

Si tu fetiche se centra principalmente en una determinada imagen o dibujo, en algo que, más que hacerse, debe ser visto, no es complicado incluir a otra persona en dicha sesión de sexo fetichista. Tampoco resulta complicado en exceso tomar el control del fetiche. Si estás ante el ordenador, controla la sesión desde el ratón. Si se trata de una película, el mando a distancia te dará ese poder controlador. Con un libro ilustrado, será tu mano la que decida cuándo cambiar de página y cuándo no.

Fetiches asociados al sexo, objetos físicos o partes del cuerpo

Muchos fetiches van más allá de la persona en sí. Lo son de una, pero necesitan o exigen la participación de otra para poder existir y realizarse. Pueden tener que ver con una parte corporal de esa otra persona, con un acto en sí (por ejemplo, verter jarabe de frambuesa sobre un cuerpo desnudo) o con algún objeto determinado (ropa interior usada, por ejemplo). El fetiche parece menos estrambótico y extraño cuando implica a otra persona. Convertirlo en una especie de juguete para dos hace que se vuelva más normal, que pueda ser más “comprendido”.

Juguetes sexuales, consejos y precauciones en la práctica del fetichismo

Para muchas personas, su fetiche es su juguete sexual. El hecho de que, de algún modo, el fetiche esté ahí, sirve a esas personas para que su excitación suba de nivel. Un ejemplo: tal vez el fetichista tiene la fantasía de ser un caballo que se cría con sementales. ¿Qué problema hay en comprar un consolador del tamaño adecuado para jugar con él mientras se está vestido con los arreos de una caballería.

Que hacer si tu pareja o amante tiene un fetiche o es una fetichista

El descubrir que tu pareja tiene un fetiche puede convertirse en un momento lleno de sorpresa, shock, ira, celos, confusión, temor, curiosidad, excitación, emoción o incluso (¿por qué no?) alivio. Esperamos que, si te llega ese momento, si tienes la ocasión de vivirlo, lo veas como una puerta abierta que te invita a entrar para comprender mejor a tu pareja.

Consejos para hablar con tu pareja sobre tu fetiche

Porque quieres hablar, ¿verdad? Si es así, plantéate los diferentes escenarios que puedes encontrarte para hacerlo y, sobre todo, imagina cómo puede reaccionar tu pareja. La anticipación y la previsión te servirán para estar preparado para afrontar cualquier desvío que pueda tomar la conversación. Ensáyalo todo bien en tu cabeza antes de que tenga lugar la conversación y hazte a la idea de que no todo fluirá tal y como tú lo hayas imaginado.