Debemos decirlo cuanto antes para que quede bien claro: la confianza en la Dominación/sumisión lo es todo. Sólo la confianza permite a los socios del juego discutir sus fantasías para después llevarlas a la práctica. Sólo ella permite la interacción dentro del universo BDSM.
Sin esa discusión o negociación y sin esa confianza casi ciega en el otro, el juego D/s está abocado al fracaso, máxime si la fantasía que se quiere practicar implica servidumbre, humillación y, hasta cierto punto, dolor.
En este artículo vamos a destacar la importancia de la confianza y vamos a intentar definir en qué consiste exactamente dentro del ámbito D/s.
¿Qué es la confianza desde una visión BDSM
Aunque existen personas a las que no les resulta complicado compartir sus deseos sexuales con desconocidos, lo normal es que, en mayor o menor grado, la mayoría necesite un tiempo para construir esa confianza en la que deberá basarse el juego.
Para todas esas personas, una sola noche es algo imposible de imaginar. Es imposible conocer las necesidades de otro, cumplir su satisfacción y la propia y luego desaparecer, todo ello en unas pocas horas.
Al entregar su cuerpo al Ama, un hombre sumiso está diciendo: “yo confío plenamente en ti”. ¿Pero de qué confianza estamos hablando?
Si echamos mano del diccionario, éste nos da la siguiente definición de confianza: “esperanza firme que se tiene de algo o de alguien”.
En los terrenos del BDSM eso se convierte en una sensación: la de pensar que nuestro compañero de juegos (y en especial nuestra Ama) es alguien de fiar, alguien que, por decirlo de algún modo, va a “hacer las cosas bien” y no va a causarnos daños irreparables cuando realicemos cualquier tipo de práctica bedesemera.
Que la parte sumisa confíe en la parte Dominante implica que aquélla reconozca en Ésta la experiencia suficiente como para llevar a cabo un juego determinado, bien sea, por ejemplo, jugar con cera, practicar el CBT o realizar cualquier tipo de juego con sangre.
Que la parte sumisa confíe en la parte Dominante implica, sin duda, que aquélla tiene la esperanza “fundada” de que el Ama o Dominatrix (o, en su caso, no va a traspasar los límites que se hayan pactado en la negociación, previa, tan importante en cualquier tipo de práctica D/s.
No todos los tipos de juegos BDSM exigen el mismo nivel de confianza entre los participantes en el mismo. La confianza en el BDSM también tiene sus grados. No es lo mismo practicar el spanking que zambullirse de lleno en una relación D/s. En este segundo caso, para que exista conexión y todo vaya sobre ruedas se necesita confianza, por supuesto, pero también compatibilidad personal.
La confianza en la Dominación/sumisión: el papel del Ama
Todo sumiso debe tener presente que la primera obligación o responsabilidad del Ama para con su pareja es la de conocer sus límites. La segunda, por supuesto, es respetarlos.
Si tu Dómina se queda demasiado lejos del marco de tus límites, es probable que te sientas frustrado, decepcionado e insatisfecho. También lo hará ella. Si, por el contrario, ella va más allá de esos límites, es muy seguro que te sientas dolido emocional o físicamente. Ella debe saber llevarte a tus límites.
Este proceso no es sencillo. Su complejidad requiere tiempo. Sin embargo, una vez que la confianza se ha establecido, ella es una de las fuentes de alegría más grande de la relación.
Tu pareja, actuando de Ama, debe llegar a pensar: mi sumiso confía en mí su cuerpo y sabe que no voy a perjudicarlo más que lo que él me pida; sabe que soy sensible y amorosa, que persigo su placer, y que puede confiar en mí su vida, así como una navaja, un poco de jabón y… sus testículos.
Compartir fantasías profundiza los lazos entre los socios. Éste es uno de los conceptos clave del juego. Un hombre sumiso sabe que su Ama conoce y entiende sus más profundas necesidades sexuales, ésas que, por vergüenza o miedo, no se ha atrevido nunca a confesar.
Una mujer dominante que comprende las fantasías sexuales de su sumiso será capaz de construir un escenario en el que esas fantasías se hagan realidad y, al hacerlo, se sentirá lo suficientemente fuerte como para exigir sus derechos.
El juego, en definitiva, hará crecer su relación cotidiana. Las parejas D/s en los que la mujer está en una posición Dominante acostumbran a ser las parejas más igualitarias y, al tiempo, las más satisfactorios. La confianza y la intimidad que el juego fomenta hacen que así sea.
Un matrimonio que se convierte en pareja dentro del ámbito de este tipo de juegos alcanza un nivel de compenetración difícil de encontrar en otros matrimonios.
¿Cómo saber si la otra parte da confianza en la Dominación/sumisión?
Para descubrir si nuestro sumiso o nuestra Dominatrix nos da confianza hay que conocerla bien. Para ello hay que hablar mucho y descubrir cómo es y cómo piensa tanto en referencia al BDSM como a otros aspectos de la vida.
Para avanzar en ese conocimiento es muy importante saber cómo se maneja en el universo de las redes sociales, cómo participa en ellas y de qué forma, qué opiniones suele expresar y cómo suele interactuar con los demás… Hay quien dice que ver cómo una persona se comporta con los camareros de un bar es muy útil para descubrir cómo es esa persona. La forma según la cual tratamos a los demás dice mucho de cómo somos.
Si ya habéis decidido una persona y tú compartir alguna experiencia BDSM y ya habéis repartido los roles, explicaos con sinceridad.
Imaginemos que vais a realizar una práctica de spank y que tú eres la parte que va a recibir. Si es así, háblale de tu experiencia previa (si la tienes; si no la tienes no la inventes) y, sobre todo, de tu tolerancia al dolor.
Si, por el contrario, eres tú quien va a encargarse de azotar, dile a tu sumiso qué tipo de instrumento te gustaría usar y pregúntale hasta qué punto desearía guardar marcas corporales de la práctica.
Es muy importante también que la parte Dominante conozca a la perfección cuál será la safeword o palabra de seguridad que servirá para indicar que la práctica no se desarrolla por el camino apetecido o esperado. Es decir: las palabras o actos que deben servir para reconducir la acción o para detenerla.
Todo esto debe servir para incrementar la confianza en el juego de Dominación/sumisión.
Por supuesto, debería quedar incapacitado para practicar juegos de este tipo quien haya abusado del alcohol, se haya drogado o no se encuentre en un estado emocional adecuado.
El Ama reticente: aprender a ser Domina
¿Tienes algún conflicto interno para ejercer tu papel de Ama? ¿Te sientes internamente sumisa y por eso te cuesta tanto imaginarte en una posición de dominio? ¿Te resulta posible aprender a amar de una nueva manera? ¿Puedes convertirte en una feliz, eficaz y satisfecha ama? Ni lo dudes un instante. ¡Pues claro que sí!
No todas las Amas empezaron sus días fantaseando con la posibilidad de castigar controladamente a hombres sumisos e impotentes. La mayor parte de ellas aprendieron las técnicas de Dominación y fue después cuando empezaron a disfrutar de la experiencia.
Si sigues nuestros consejos conseguirás ambas cosas: convertirte en un Domina y, al mismo tiempo, divertirte mientras lo haces.
Lógicamente, la intención de estos consejos no es, en ningún caso, introducir en la vida de la mujeres una obligación contraída para con los hombres.
Si después de escuchar nuestras sugerencias y poner alguna de ella en práctica compruebas que no disfrutas con los juegos FemDom o de Dominación Femenina, pues no dudes en abandonar el juego.
Si el sumiso macho sigue insistiendo en jugar, déjalo. Sin cortarte un pelo. Nadie tiene derecho a obligar a otro a realizar actos sexuales que le provoquen incomodidad. Sin embargo, creemos sinceramente que no estaría mal que te dieras una oportunidad de entender y disfrutar de este nuevo mundo de experiencia. Puedes llegar a disfrutar mucho.
Si tienes temores muy arraigados o serios conflictos sobre cuestiones de carácter sexual, lo mejor es que acudas a un terapeuta. El proceso puede no resultar fácil. Incluso puede ser doloroso (siempre es doloroso enfrentarse a los propios fantasmas y a las propias fobias). Pero con un buen terapeuta y con ganas de trabajar, puedes cambiar positivamente tu vida.
Buenas soy un hombre de 22 años y quería decirle si podría ser su esclavo acepto la lluvia dorada y las cargadas
Un saludo