Fetiches asociados al sexo, objetos físicos o partes del cuerpo
Muchos fetiches van más allá de la persona en sí. Lo son de una, pero necesitan o exigen la participación de otra para poder existir y realizarse. Pueden tener que ver con una parte corporal de esa otra persona, con un acto en sí (por ejemplo, verter jarabe de frambuesa sobre un cuerpo desnudo) o con algún objeto determinado (ropa interior usada, por ejemplo). El fetiche parece menos estrambótico y extraño cuando implica a otra persona. Convertirlo en una especie de juguete para dos hace que se vuelva más normal, que pueda ser más “comprendido”.
BDSM y poder, manejar al sumiso al antojo del dominante
Jugar con el ejercicio del poder es uno de los elementos primordiales del BDSM. A los dominantes les entusiasma e incendia la idea de poseer un poder absoluto sobre los actos del sumiso. No hay que olvidar, por ejemplo, que ver a una mujer masturbarse es una de las escenas favoritas del consumidor masculino de pornografía.
Juguetes sexuales, consejos y precauciones en la práctica del fetichismo
Para muchas personas, su fetiche es su juguete sexual. El hecho de que, de algún modo, el fetiche esté ahí, sirve a esas personas para que su excitación suba de nivel. Un ejemplo: tal vez el fetichista tiene la fantasía de ser un caballo que se cría con sementales. ¿Qué problema hay en comprar un consolador del tamaño adecuado para jugar con él mientras se está vestido con los arreos de una caballería.
Reacciones negativas y ansiedad de la ama tras la dominación
Para ser Ama debes enfrentarte a los planteamientos de una cultura que a diario exige que te comportes como una niña bonita. Por eso, una vez hayas cumplido con tu papel en el juego, puede suceder que te sientas cohibida y que, en cierto modo, pienses que has violentado tu propia forma de ser, que la has traicionado. La idea de poder, así, se te puede convertir en algo aterrador y que te haga sufrir.
Vestimenta BDSM, Voyeurismo, Exhibicionismo y Humillación Erótica
El voyeurismo (el deseo de ver a una persona desprevenida desnudarse y tener relaciones sexuales) y el exhibicionismo (el deseo de ser visto desnudándose o manteniendo relaciones sexuales) a menudo juegan un papel importante en el BDSM. Para activar su control en un juego de BDSM, un dominante puede ordenar a un sumiso que realice el acto sexual en público.
Fetiches, juegos de rol y masturbación, en soledad o en pareja
Es importante entender exactamente qué resulta atractivo en los fetiches y en los juegos de rol. Piensa que, por ejemplo, en los fetiches de género puede resultar divertido “probar” qué siente la otra mitad, aunque sea ligera y levemente. Ir descubriendo el significado de los fetiches hará que podáis disfrutarlo más y aumentará la temperatura sexual de vuestros encuentros.
Reacciones negativas y ansiedad del sumiso post Sumisión
Lo habéis pasado en grande durante una sesión. Has sido una gran ama y él un gran sumiso. Habéis disfrutado y él te ha reconocido que ha sido mil veces mejor que cualquier fantasía. ¿Por qué entonces esa especie de ansiedad, casi depresión, que se apodera de él al día siguiente?
Dominación erótica y juegos de rol en el BDSM, un juego de poder
La dominación erótica no está restringida a un dormitorio a una mazmorra diseñada para juegos BDSM. Puede ser que las parejas deseen jugar a juegos de rol en el exterior. El hacerlo añade un punto de aventura que puede venirle muy bien al juego.
La no aceptación del fetiche por tu pareja. Fetiches de género y juegos de rol
El hecho de tener un fetiche acostumbra a ser un asunto bastante tabú. Según cómo, hasta puede tener consecuencias que hagan que tu vida cambie para siempre. Lo que la sociedad considera intereses sexuales aceptables varía de manera capital de unos lugares a otros. Por ejemplo, en una ciudad como San Francisco no extraña que, algunos fines de semana al año, algunos desfiles de hombres en traje de cuero con connotaciones claramente fetichistas deambulen por sus calles y ferias.
Reacciones negativas y decepciones de los sumisos en su fantasía
Puede suceder tranquilamente que un hombre que siempre ha anhelado entregar su voluntad a una mujer dominante se tenga que enfrentar a emociones de carácter ambivalentes al día siguiente de que esa entrega se haya hecho realidad. Quizás lo que esperaba maravilloso ha resultado decepcionante. O quizás está decepcionado consigo mismo porque, a la hora de la verdad, ha soportado menos dolor del que se había imaginado que podía soportar.
Lenguaje erótico, decir guarradas en las relaciones de sexo
Un socio dominante puede utilizar el lenguaje soez para indicar a la parte sumisa lo que debe realizar y para informar de lo que realizará él mismo a continuación. Más degradante o sucio que las palabras en sí pueden resultar los juegos de rol que se realicen, la humillación implícita que lleve lo realizado o el nivel de violencia que pueda existir en las acciones del acto que se está desarrollando.