La atadura erótica japonesa

¿Qué cultura que no fuera la japonesa podía haber inventado la atadura erótica? El uso creativo de cuerdas y envoltorios ha formado parte de la cultura japonesa desde tiempos inmemoriales. Como ya vimos en un post dedicado a los antecedentes históricos del shibari, éste se deriva del uso militar de las cuerdas y los distintos tipos de ataduras que se utilizaban para inmovilizar a los samuráis enemigos en los tiempos de las guerras de clanes. La aparición de la finalidad erótica de la atadura tuvo lugar con la aparición del Kimbaku-ki. Algunos autores asocian el nacimiento del Kimbaku-ki con la alianza del Japón con Alemania. Gracias a esa alianza, sostienen estos autores, llegaron a Japón las lecturas del Marqués de Sade y de autores como el austríaco Leopold von Sacher-Masoch, autor de La Venus de las pieles, una obra editada en 1870 y en la que confluyen elementos de carácter fetichista y en la que se describen los mecanismos psicológicos de una relación de dominación y sumisión.

En La Venus de las pieles aparece un elemento que será fundamental en todas las prácticas BDSM, incluyendo, por supuesto, las propias del shibari y el bondage: la del contrato consensuado entre las partes. En dicho contrato se señalan los límites que nunca deberán traspasarse cuando se tenga que realizar una atadura shibari. La atadura shibari, por otra parte, no debe cumplir necesariamente (como sí sucede en el bondage) con la obligación de inmovilizar a la persona que es atada.

Entre todos los tipos de ataduras shibari que pueden realizarse hay tres que resultan básicas. Esas tres ataduras shibari son:

  • Shinju o atadura de los senos.
  • Sakuranbo o bondage de las nalgas.
  • Karada o bondage del cuerpo.

Veamos ahora cómo se realizan estas ataduras.

Shinju o bondage de los senos

Para realizar esta atadura, conocida también como “las perlas”, necesitarás usar tres cuerdas para bondage cortas. Con una de ellas envolverás el tórax, bajo los senos. Cuando lo hayas envuelto anuda la cuerda a la izquierda de la columna vertebral, en la espalda.

Con la segunda cuerda se hará lo mismo que con la anterior pero esta vez por encima de los pechos.

La tercera cuerda se deberá pasar entre las dos anteriores, entre los senos, cruzándola una o dos veces. Una vez se haya cruzado, se lleva la cuerda hacia la espalda formando una V. Al tensar la cuerda, los pechos quedarán erguidos. Al anudar la cuerda hay que evitar que el nudo quede ubicado sobre la columna vertebral.

Si se desea, esta atadura podría realizarse con sólo dos cuerdas. La primera, más larga, serviría para realizar los dos primeros pasos de esta atadura shibari.

Sakuranbo o atadura de las nalgas

La atadura de las nalgas, sakuranbo o “las cerezas” es otra de las ataduras shibari básicas. Como en la anterior atadura, aquí también se usarán tres cuerdas.

El primer paso de esta atadura consiste en tomar la primera cuerda, doblarla y en hacer un nudo simple para pasar un bucle. Este bucle se hace bajo el ombligo. Tras ello, se enlaza el talle y se pasan los extremos de la cuerda por el bucle.

El segundo paso consistirá en bajar la cuerda hacia el sexo, pasándolo entre los labios mayores. Tras ello, la cuerda se subirá entre las nalgas y se anudará a la parte de la misma que ciña el talle.

Las dos cuerdas restantes se atarán en los muslos, bajo las nalgas. Con los extremos de las cuerdas se subirá hacia la espalda y se anudarán a la de la cintura.

Karada o atadura de cuerpo entero

Dos cuerdas largas (de unos diez metros cada una) servirán para realizar esta atadura shibari. El primer paso a realizar para efectuarla consistirá en plegar las cuerdas en dos y en enlazar la una a la otra. Una vez enlazadas, se pasarán alrededor del cuello. Cada uno de los cabos caerá a cada lado del cuerpo.

Cogiendo estos cabos se harán cuatro nudos: uno justo encima de los pechos, otro entre ellos, el tercero a medio camino entre el anterior y el ombligo, y el último entre el ombligo y los genitales.

Hechos estos nudos, los cabos se pasarán entre las piernas y, por la espalda, se subirán hacia arriba hasta pasarlos por el bucle del cuello. Una vez se hayan pasado por ahí, se dejarán caer los dos cabos de la cuerda.

Los extremos, ahora, se traerán sobre el pecho y se pasarán bajo las cuerdas, volviendo después hacia la espalda, donde se realizará un nudo.

Hecho el nudo, los extremos volverán a llevarse hacia delante, uno por cada lado, esta vez justo bajo los pechos. Ahí, se pasarán bajo las cuerdas y volverán a llevarse hacia la espalda, donde se atarán.