Seguro que los has visto. Quién sabe si incluso tú los llevas. Si perteneces a este grupo, puedes ahorrarte la lectura de este post. Seguro que entonces conoces todo lo que se necesita saber sobre ellos. No te creemos tan inconsciente como para colocarte uno de ellos sin haberte informado antes mínimamente. No creemos que nadie que ame sus genitales se arriesgue a colocarse en ellos un piercing sin conocer los tipos de piercings que se puede colocar ni tampoco sin saber las complicaciones que el colocarse un piercing en el glande, por poner un ejemplo, puede acarrear.

No está dirigido pues este post a aquellos hombres que, en un momento de su vida, hayan decidido adornar sus órganos íntimos con un aro o con otro tipo de piercing, sino a aquéllos que, de alguna manera, se lo están planteando ahora. Teniendo en cuenta que no es inusual encontrar piercings genitales entre los amantes del BDSM y que quizás te ha picado la curiosidad lucir uno de estos adornos, vamos a explicarte los diferentes tipos de piercings genitales masculinos que hay. Del proceso de colocación de un piercing genital, de las precauciones que se deben tomar para colocarse uno de ellos, del tiempo de cicatrización y de las medidas de higiene necesarias para evitar cualquier tipo de infección hablaremos en otro post de esta sección.

Tipos de piercings genitales masculinos

Los principales tipos de piercings genitales masculinos son los siguientes:

  • Piercing Príncipe Alberto. No. No te estamos diciendo que el Príncipe Alberto de Mónaco lleve un piercing en su pene. De hecho, desconocemos si lo lleva o no. Y también desconocemos si, de llevarlo, es precisamente este tipo de piercing el elegido por Su Alteza Serenísima para adornar su (según se comenta en los círculos del chafardeo) poco sereno pene. Este tipo de piercing genital masculino se llama así porque, según cuenta la leyenda, el Príncipe Alberto (Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha), esposo de Victoria, Reina del Reino Unido, lo llevaba para que su prepucio estuviera siempre libre de malos olores que pudieran ofender a la reina. Al parecer, fue un tipo de piercing genital masculino muy habituales entre miembros de la alta sociedad inglesa de la época victoriana. Con él, los hombres conseguían sujetar sus genitales en el lazo izquierdo o derecho que unos pantalones que eran muy estrechos. Para colocarse el piercing Príncipe Alberto basta con pasar un aro a través de la uretra y hasta la base del glande, a la altura del frenillo.
  • Piercing Frenum o Frenulum. Este piercing se coloca perforando el frenillo prepucial. Éste es, junto al piercing Príncipe Alberto, uno de los piercing genitales masculinos más habituales.
  • Piercing Dydoe. Este piercing genital masculino, consistente en atravesar la cresta del glande en el centro, debe realizarse principalmente en los penes circuncidados. Los defensores del piercing genital masculino afirman que este tipo de piercing mejora la sensibilidad perdida tras la circuncisión y ejerce una presión sobre el glande durante las relaciones sexuales que puede, en según qué posturas eróticas, acelerar la eyaculación.
  • Piercing Ampallang. Este nombre tan exótico proviene de unos pueblos indígenas de la zona del océano Índico. Estos pueblos practican este tipo de piercing genital como un ritual para celebrar el paso a la adolescencia. En dichas tribus, la perforación del pene la realiza una anciana. El piecing Ampallang se coloca, por encima de la uretra y en el centro del glande, de lado a lado.
  • Piercing Apadravya. Este tipo de piercing aparece mencionado en el Kama Sutra. Este piercing, que puede ser uno de los más dolorosos, pasa a través de la base del frenillo y sigue en diagonal hacia la punta del glande. Este tipo de piercing genital masculino debe colocarse con sumo cuidado pues pasa a través de los cuerpos cavernosos. Para la pareja femenina, sin embargo, este piercing puede resultar muy valorado. Su posición permite estimular el punto G durante la penetración. Si la relación sexual que mantiene el poseedor de este tipo de piercing genital masculino es una relación de carácter homosexual, la pareja también valora la existencia del piercing, pues éste, durante la penetración, estimula la próstata o punto P.
  • Piercing Hafada. Este piercing, de resonancias árabes (se dice que lo suelen lucir los adolescentes cuando pasan a la edad madura), se realiza en el testículo, justo en el fin de la región pubiana. El lugar habitual para colocar este piercing es en el lado izquierdo.
  • Piercing El Guiche. Este piercing, que sólo debería colocar un experto, se emplaza en el perineo. Este tipo de piercing puede resultar muy erótico. Este piercing, además, ofrece la posibilidad de presionar sobre él durante el orgasmo para incrementar así la intensidad del mismo.

Higiene del piercing genital masculino

Para colocar el piercing genital masculino hay que extremar las medidas de higiene. Lavarse las manos con jabón neutro o antibacterial y empapar la zona en que se va a colocar el piercing con suero fisiológico son las primeras medidas que hay que tomar antes de colocar un piercing genital. Una vez empapada la zona, deberá secarse con un papel (el papel de cocina puede servir). Se debe intentar no limpiar la zona con algodón o gasa. Estos dos materiales pueden dejar alguna partícula que, de caer en la herida que se produce al colocar el piercing, retrasase la cicatrización de la misma.

Una vez realizada la perforación, la limpieza debe realizarse a diario y durante un largo período de tiempo. Para ello, nada mejor que el agua tibia y el jabón neutro. El uso de los jabones con bactericidas no se recomienda. Al deberse usar durante mucho tiempo, resecarían la zona de la herida. Al limpiar la zona del piercing se recomienda no moverlo de arriba a abajo. El moverlo impedirá que se produzca la cicatrización completa de la zona por la que pasa el piercing genital masculino. Tras lavar la zona con jabón se recomienda enjuagar bien la zona y secarla. Con una o dos limpiezas al día bastaría.

Aunque el yodo, el alcohol y el agua oxigenada son buenos desinfectantes no se recomienda su uso. Al deberse utilizar durante mucho tiempo podrían acabar abrasando la zona.