Las manos del spanker

Habitualmente suelen darse consejos para que la persona azotada no sufra más de lo habitual, pero también puede darse el caso de que el spanker (es decir: la persona que propina los azotes) tenga la piel delicada o azote de manera incorrecta y esto haga que surjan o puedan surgir hematomas en sus manos.

Esto puede evitarse utilizando unos guantes de piel. O mojando las nalgas del spankee con agua. Esto permitirá causar más dolor empleando menos fuerza. El aceite de bebé o el aceite de masaje tendrían aquí la misma función que el agua, aunque aportaría, al contrario que aquélla, dos funciones extras: la de crear una sensación de calor y la de dejar la piel suave. La crema hidratante por su parte, aportaría una sensación de frescor que se mantendría durante bastante tiempo y que permitiría, al igual que hace el aceite, que la rojez de la piel azotada subiera con rapidez.

Agua, aceite y crema hidratante permiten azotar sin emplear excesiva contundencia al hacerlo. Estos productos intensifican el dolor y sirven, al mismo tiempo y por permitir azotes más suaves, para reducir la posibilidad de que puedan surgir hematomas. Que se manchen los instrumentos con los que se golpea y que después se tenga que realizar una buena tarea de lavado tanto de los mismos como de las nalgas son algunas de las pequeñas molestias que puede causar el uso de aceites y cremas para practicar el spanking.

Hematomas y tratamiento

Por otro lado, si utilizando estos productos azotamos con excesiva intensidad a nuestro spankee es muy probable que dejemos algún que otro hematoma en sus nalgas. Cuando el hematoma aparece es porque se ha producido alguna pequeña hemorragia interna. Esta hemorragia interna no tiene porqué ser nada nada grave. Habitualmente es una simple rotura de pequeños vasos capilares que han hecho que una determinada cantidad de sangre se acumule dejando en la superficie de nuestro cuerpo una mancha azulada o violácea.

Los hematomas pueden ser de tres tipos:

  • Subcutáneos. Surgen bajo la piel.
  • Intramusculares.
  • Periósticos. Surgen en el hueso.

Los hematomas subcutáneos son los que suelen padecer las personas azotadas. Entre éstas, serán más proclives a padecerlos aquéllas que consuman anticoagulantes con cierta regularidad.

Pese a que un hematoma no tiene porqué asustar, hay que tener en cuenta que si pasado un tiempo prudencial el dolor no remite, quizás sea interesante solicitar atención médica. Ésta será imprescindible cuando se den episodios de fiebre o cuando alrededor del hematoma se observe algún signo de infección como puede ser pus o secreciones. En ningún caso se debe intentar drenar el hematoma con una aguja.

Un buen mantenimiento e hidratación de la piel de las nalgas es fundamental para evitar en la medida de lo posible la aparición de hematomas. Utilizar cremas hidratantes ayuda a ello. Mantener una dieta equilibrada, también.

El hecho de que los capilares sanguíneos más pequeños se desborden con mucha facilidad puede ser debido, por ejemplo, a la falta de vitamina K. Para incrementar los niveles de esta vitamina se deben ingerir cereales integrales y vegetales de hoja verde.

La fragilidad de los capilares sanguíneos puede ser debida, también, a la falta de vitamina C o a causa de una diabetes sin control. Espinacas y fresas, entre otros productos, pueden ser buenos productos a consumir para reforzar los capilares sanguíneos.

La falta de plaquetas también facilita la aparición de hematomas. Esta falta de plaquetas puede ser debida a una deficiente alimentación, a una simple anemia o al uso de ciertos fármacos, pero también a enfermedades más graves como el VIH o la cirrosis. Los mecanismos de la coagulación también pueden verse afectados por algún tipo de virus (ej: la meningitis), por enfermedades como la hemofilia o, lógicamente, por el consumo de anticoagulantes.

Para prevenir la aparición de hematomas es imprescindible también que el spanker sepa actuar como tal y, por tanto, sepa cómo y dónde golpear.

Si, a pesar de todo, se producen hematomas, hay que buscar la manera de curarlos de la mejor manera y lo más rápidamente posible.

Remedios contra los hematomas

Son muchos los remedios que pueden utilizarse contra los hematomas. Habitualmente, los más tradicionales y caseros pueden ser los que mejor sirven para estos fines. Las compresas frías sería uno de estos sistemas. El algodón empapado de vinagre frío, otro. Una cataplasma con hojas de almendro machacadas también podría servir, al igual que la aplicación de una pasta hecha de mantequilla y perejil molido o colocar un bistec de ternera sobre el hematoma. Junto a estos remedios naturales de carácter naturista pueden encontrarse muchos otros del mismo tipo. Infusiones de hamamelis para empapar compresas serían uno de ellos. El uso de cataplasmas de árnica o anís, otro. En este sentido, la fitoterapia tiene mucho que decir. La utilización de plantas con propiedades astringentes y antiinflamatorias como el ya citado hamamelis, o la alfalfa, el malvavisco, la margarita, la maravilla silvestre, el aloe, la lavanda, la milenrama, el orégano o el perejil puede servir, usados por vía tópica, para curar los hematomas.

Más allá de estos productos naturales se pueden encontrar las cremas farmacológicas como el Thrombocid, que tienen un éxito ampliamente contrastado en la curación de hematomas.