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BDSM

BDSM abarca un grupo de prácticas y fantasías eróticas relacionadas entre sí que se vinculan a las denominadas sexualidades no convencionales o alternativas. Su nombre indica: Bondage, Dominación, Sumisión y Masoquismo

Vampirismo: Mordeduras y arañazos en la práctica del BDSM

¿Por qué se acostumbra a asociar vampirismo y sexualidad? ¿Por qué se suele dibujar a las vampiresas como a personajes muy sexys? Vienen de la noche, visten de negro, muerden a los que desean… ¿No bastan esas explicaciones? Vampiros y vampiresas, guiados por la llamarada del deseo, buscan el elixir de vida en el cuerpo de los demás. ¿No es eso sensual?

Instrumentos de flagelación, abrazaderas de pezón y otros juguetes

Mientras que juguetes como las palas están diseñadas especialmente para golpear las nalgas, los látigos y los bastones pueden servir para golpear otras partes del cuerpo. Los látigos de piel son mucho más suaves que los de goma, aunque muchos jugadores expertos prefieran éstos últimos al sentir con ellos un picor mayor y un mayor calor tras el azote. Los látigos de borlas, por su parte, son también muy apreciados al ofrecer una mayor gama de estimulación.

Perder los sentidos con el Bondage, suspensión y azote erótico

Las nalgadas, esos cachetes en las nalgas, es una práctica común que combina el dolor y el placer, sadismo y masoquismo. El dominante puede golpear al sumiso de muchas maneras, obligándole a adoptar muchas posturas. Sea cual sea la que se utilice (sobre las rodillas, doblado sobre un mueble, a cuatro patas, de pie…), la acción de dar un cachete en el culo siempre simboliza un cierto dominio y explotación sexual.