Lo que nos resulta extraño no tiene por qué carecer de sentido. Un hombre corpulento, de esos que imponen con su sola presencia, ¿cómo puede querer que se cause dolor a alguna parte delicada de su cuerpo? Y esos supuestos daños, ¿cómo pueden resultarle placenteros?
¿Cómo alguien puede buscar una pareja para realizar esos actos que, en apariencia, parecen tan descorteses con él? ¿Cómo se puede hacer algo remotamente semejante a alguien que te importa? Y ¿cómo se plantea a una persona que te importa que te haga ese tipo de cosas a las que nos referimos cuando hablamos de sadomasoquismo o sadomaso?
Todas estas son algunas de las preguntas que pueden venir a la mente cuando uno escucha palabras como “tortura de bolas”, “servidumbre genital”, “electro-tortura”… Sin lugar a dudas, esta lista de palabras intimida bastante.
Permítenos ser los primeros en asegurar que es muy normal sentirse un poco intimidado. Permítenos también asegurarte que no hay nada de malo en que una persona pueda encontrar placer erótico en estas actividades.
La clave reside en la naturaleza subjetiva del placer sexual. Todos experimentamos un proceso personal y único de placer y de dolor. Ni una sensación ni otra pueden ser trasladables ni comparables entre personas.
Cada cual siente el goce o el dolor de una manera completamente personal e intransferible. Lo que para un hombre es placer para otro puede ser motivo de dolor. ¿Por qué alguien disfruta corriendo una maratón cuando para otras personas el sólo hecho de imaginarlo ya nos produce agujetas y cansancio? Lo mismo ocurre cuando un sadomasoquista busca satisfacción sexual. El que no lo es no puede comprenderlo ni puede comprender tampoco lo que se contempla en los vídeos de sadomasoquismo que inundan la red.
La experiencia humana del placer no puede ser valorada del mismo modo en cada persona. No podemos realizar una escala que nos sirva para comparar sensaciones y experiencias. Por lo tanto, y por un momento, vamos a dejar de lado los miedos que, a priori, puedan producirnos según qué palabras o imágenes.
¿Qué es el sado?
Apartando esos miedos y prejuicios podremos dar un paso más allá y entender qué es sado y por qué las personas disfrutan con él.
Para empezar, diremos que la palabra sadomasoquismo está formada a partir de dos términos: sadismo y masoquismo. La primera viene del Marqués de Sade y hace referencia a aquél que disfruta sexualmente con el dolor ajeno. La segunda toma también el nombre de otro autor, Sacher Masoch, y hace referencia al hecho de encontrar satisfacción sexual al experimentar dolor o al sentirse degradado.
Las prácticas sadomaso o sexo sado, pues, serían aquéllas en las que participan dos personas, una que experimenta placer sexual con el dolor ajeno y otra que lo hace al sentir ese dolor.
Más allá de la extrañeza que pueda causar el ver que dos personas disfrutan con este tipo de prácticas sexuales hay que pensar que los hombres y mujeres que practican S&M han descubierto nuevos límites sensuales, nuevos placeres. ¿Por qué no puedes tú ser igual?
Si abres tu mente y te animas a seguir algunos de los consejos que vamos dando en diferentes artículos de este blog y te desprendes de la vergüenza o de la incomodidad inicial que acompaña a todo descubrimiento de algo nuevo, podrás compartir el conocimiento de muchos amantes del sadomaso más experimentados.
Aquí encontrarás una gran cantidad de información y nuevos caminos abiertos a nuevas inspiraciones y sensaciones. Aprenderás acerca de las diferentes zonas de tu anatomía y lo harás desde un enfoque en el que se tendrán en cuenta tanto el placer como la respuesta sexual.
En el ámbito de la información técnica, tendrás la oportunidad de conocer una amplia gama de juegos desde el fácil y relativamente leve al exigente y muy intenso. Eso sí: ten en cuenta que no es necesario el avance progresivo en la aplicación de la intensidad de los juegos a tus prácticas sexuales. Puedes tener bastante con un poquito de esa intensidad. O también puede suceder que despiertes a una nueva sensualidad y a una nueva experiencia y creas que lo que se te propone es demasiado débil o flojo o suave para tus verdaderas apetencias e intereses. Esto es o sería completamente natural. Cada quién es cada cual. Aunque nunca está de más conocer y leer sobre esas experiencias.
La mente humana es infinitamente creativa, especialmente cuando se trata de temas de placer y satisfacción sexual. Aquí conocerás experiencias de otros “jugadores” y, gracias a ello, y si te interesa, podrás crear tu propio repertorio, aquél que se ajuste mejor a tus apetencias, el que te produzca mejores resultados emocionales, el que puedas compartir mejor con aquellas personas con las que puedas compartirlo.