Los juegos CBT, de los que ya hablamos en nuestro artículo “CBT: ¿qué es? Introducción a la tortura genital masculina”, consisten en la tortura de pene y testículos. Estos juegos, que pueden resultar muy impactantes para muchas personas, pueden ser para otras una intensa experiencia corporal gracias a la concentración física y mental.
Los juegos CBT pueden ser para muchas personas una experiencia máxima, casi metafísica. No en vano, no hay que desdeñar el papel que en estos pueden desempeñar las endorfinas y el modo en que se liberan.
Las mujeres que dan a luz, así como las personas que “sufren” largas sesiones de tatuaje o piercing, hablan a menudo del estado de júbilo y de trascendencia que experimentan en esos momentos.
Muchos pueblos antiguos, a su vez, tienen rituales especialmente diseñados para producir esos sentimientos como parte de sus ceremonias religiosas o culturales. Los juegos CBT son sólo un camino más para llegar a ese mismo lugar.
Uso del CBT dentro del BDSM
Las siglas CBT se derivan de la expresión inglesa “Cock and Ball Torture”. En lenguaje popular, “cock” es el nombre que se le asigna al pene. La traducción más acertada al castellano sería “polla”. El término “ball”, por su parte, hace referencia a las bolas (es decir: a los testículos). Así, “Cock and Ball Torture” se podría traducir como la tortura del pene y los testículos.
¿Cómo puede usarse este tipo de prácticas en el BDSM? De muchas formas. Y es que el CBT puede ser:
- El preludio de una noche de sexo ardiente.
- El broche para una larga sesión BDSM.
- El castigo para un “niño” travieso.
- La recompensa para un atento sumiso.
Tanto si la sesión es leve como si es intensa, el CBT puede convertirse en algo positivamente adictivo para cualquier jugador. Lo que puede comenzar como un juego casual de la relación puede acabar perfectamente convirtiéndose en algo mucho más profundo. Después de todo, los genitales están directamente involucrados en el juego y eso, puedes imaginar, no es cosa de broma.
Los juegos sadomaso también podrían ser para una pareja de largo recorrido una manera de introducir una nueva experiencia a su relación, añadiendo así una pasión extra a su sexualidad.
Hay matrimonios que, tras muchos años de convivencia, deciden añadir un poco de picante a su vida y lo hacen convirtiéndose de repente en sumiso y Ama para iniciar uno de estos juegos.
Con la información pertinente en sus manos y con una buena negociación previa de lo que se va a hacer y de los límites que se van a poner al juego, es muy probable que la satisfacción sea tal que rápidamente los miembros de la pareja intenten aprender nuevos trucos del juego y se abran a la posibilidad de nuevas experiencias.
Tortura de pene y testículos: motivaciones físicas y psicológicas
La mayoría de las escenas CBT no empiezan ni se desarrollan centrando su atención específicamente en los genitales, a pesar de que sea en ellos, precisamente, donde el juego acabe.
Para que éste se desarrolle correctamente hay que tener en cuenta que el proceso no debe precipitarse. Todo juego requiere su ritmo y en éste, al igual que en los restantes juegos BDSM, las escenas deben transcurrir a un ritmo pausado para, gradualmente, irse intensificando. De este modo se añade temperatura a la acción y se consigue algo muy importante: que la persona que recibe la estimulación tiene la posibilidad de acostumbrarse a las sensaciones y a la excitación que el juego va generando.
Las personas tendemos a experimentar sensaciones diferentes dependiendo de nuestro grado de excitación sexual. Cosas que, sin excitación sexual, podrían llegar a ser intolerables, pueden convertirse en deliciosas si la excitación es la conveniente.
Nadie quiere ser mordido en el cuello, pero en el fragor del sexo, cuando la pasión sexual se dispara y nuestras hormonas hierven de excitación, es posible que ese mordisco en el cuello se convierta en una especie de regalo del cielo. El CBT se basa, fundamentalmente, en esta idea.
Más allá de la sensación física, los juegos del sado ofrecen increíbles momentos de intimidad física y psicológica. Esa intimidad es uno de los grandes logros del juego. La mayoría de las personas estamos, por regla general, privadas de contacto verdadero con los demás. ¿Y qué contacto más cercano existe que el que puede establecerse directamente con los genitales de otra persona?
Ahí tocamos nuestra intimidad más íntima. En estos juegos, eso puede hacerse sin que necesariamente se busque el orgasmo. Aquí debe imperar la sensualidad. El orgasmo no es parte necesaria de la escena y hay escenas que pueden perfectamente no incluirlo.
En muchas ocasiones, tras el juego, después de tantos altibajos físicos y emocionales en el transcurso de una escena, los genitales están agotados. En esos momentos, el orgasmo no es una prioridad para ellos.
En otras ocasiones, por el contrario, dicho orgasmo puede ser la recompensa de una buena escena. En ocasiones, la retención de un orgasmo puede convertirse en un recurso del juego, que se convierte así en una especie de montaña rusa de energía sexual que nos va llevando y retirando alternativamente del límite en el que ya no hay vuelta atrás y el orgasmo estalla en todo su esplendor.
¿Cómo entender los juegos CBT?
En definitiva: lo que debe interiorizarse al practicar CBT es que el juego es en sí mismo una finalidad y que el orgasmo, en él, no es sino un elemento más.
Si te embarcas en una experiencia de este tipo puedes sentirte como el conejo de Alicia, dando tumbos por el agujero que te lleva a Wonderland.
Estos juegos están llenos de cosas maravillosas y sorprendentes, aunque también es cierto que incluso los más entusiasmados con buscar formas alternativas de sexualidad pueden rascarse en un momento dado la cabeza y decir: “¿quiero hacer eso con mis genitales?, ¿quiero prestarlos en verdad para que hagan eso con ellos?”
Evidentemente, no todas las propuestas están hechas para todas las personas. Tú puedes escoger las que más te interesen, las que te atraigan de un modo determinado, y desechar las demás.
Como repetimos más de una vez en nuestros artículos, las escenas que van a ponerse en práctica deben ser negociadas de antemano. También deben exponerse y deben ser discutidas las expectativas de todas las personas involucradas en la escena antes de empezar a representarla.
Gran parte de la diversión radica ya en imaginar lo que va a suceder, en establecer los planes, en preparar la escena tanto psicológica como físicamente, en la construcción y montaje de los juguetes sexuales que van a utilizarse.
Si al final decides dar un paso adelante, recuerda que es fundamental que prevalezca la prudencia y la sensatez. Siempre es una buena idea aprender de alguien con experiencia. Hay aventuras que pueden resultar arriesgadas si no se realizan desde la seguridad que propociona dicha experiencia. Si quieres hacer algo de este tipo, busca algún contacto fiable dentro el universo BDSM.
Seguramente encontrarás a alguien deseoso de enseñarte. También los médicos requieren de un tiempo de instrucción. Y ya lo sabes: no todo puede aprenderse en los libros. Eso sí: aprender cómo es la anatomía genital masculina es imprescindible para adentrarse en estos juegos. Sobre todo para aquellas personas que deben ser, dentro del juego, la parte activa.
Cualquier persona con un aparato para aprisionar pene y testículos tiene ya todo el equipamiento necesario para experimentar una amplia gama de sensaciones. Incluso si finalmente decides no jugar, solo con conocer, gracias a la lectura, este mundo, ya habrás ampliado tus conocimientos sobre la expresión y la creatividad sexual. Y eso siempre es enriquecedor.