No se entendería el BDSM sin su faceta lúdica. Los juegos BDSM son, de hecho, la esencia de lo que engloban esas siglas que hacen referencia al Bondage, la Dominación, la sumisión y el sadomasoquismo.
Pero… ¿en qué se fundamentan los BDSM juegos? ¿Cuáles son las normas que determinan su dinámica? ¿Dónde están los límites para quienes se aventuran por ese universo?
En este post vamos a dar respuesta a esas preguntas. En él vamos a analizar la esencia de este tipo de prácticas que tienen que ver directamente con lo sexual pero también con otras varias cosas. En él vamos a hablar de energía, de fuerza, de personas dominantes y personas dominadas, de esclavos y esclavistas, también de seguridad, consenso, sensatez, negociación, pacto… Una vez lo hayas leído, seguro que queda más clara en tu cabeza, si es que no lo está ya, la idea de juego BDSM.
Juegos BDSM: Dominación y sumisión
Uno de los componentes fundamentales de las prácticas BDSM radica en la aceptación de que entre los dos miembros de la pareja existe un desequilibrio de energía y fuerza. Ese desequilibrio puede ir o no más allá de las cuatro paredes de la habitación, pero el juego exige que exista un miembro de la pareja que ejerza de Dominante (o superior) y el otro de sumiso.
Lo dicho no significa, en caso alguno, que se dé una situación de abuso de poder, pues debe existir siempre un consenso basado en la mutua información que consiga llevar a cabo lo que es ideal en estos juegos: que el Dominante goce controlando con autoridad la actividad erótica de la pareja y ésta, a su vez, lo haga sintiendo placer en la pérdida del control de su cuerpo y de las acciones que éste pueda realizar.
Esa vulnerabilidad de la parte sumisa o esclava ante la dominadora es la materia que nutre el intenso erotismo de estos juegos.
Para muchos hombres y mujeres es en el desarrollo de este tipo de prácticas donde únicamente pueden experimentar la liberación de una energía muy íntima. Sin embargo, los jugadores deben adherirse al BDSM sabiendo que es un credo sexual seguro, sensato y consensuado.
El macho dominante acostumbra a ser llamado Maestro. La mujer dominante, Ama, Domina o Dominatrix.
La parte dominada del juego puede ser llamado esclavo o esclava o, incluso, mascota. Aunque algunas parejas disfrutan de esta terminología que otorga títulos honoríficos a la parte Dominante, muchas de las parejas que se sumergen en este universo prefieren jugar con dinámicas de poder sin utilizar etiquetas de ese tipo.
El grado en que una pareja bedesemera introduce conceptos y convenciones en su relación es algo personal. Ese grado y el tipo de relación y juegos debe ser hecho a medida, pues cada pareja tiene su propias preferencias y sensibilidades.
Prácticas BDSM: límites
Una pareja debe decidir sobre los límites de su juego de poder. Si practicas BDSM con tu pareja debes dar respuesta a tres preguntas:
- ¿Qué actos estarán absolutamente prohibidos?
- ¿Qué actos serán los favoritos?
- ¿Qué tipos de cosas se pueden negociar?
Sobre estas tres preguntas pivota finalmente la estructura y los contenidos de los juegos de BDSM.
Un límite es algo que debe establecerse por consenso. También se debe establecer por consenso la maleabilidad o no del límite.
¿Puede modificarse el límite una vez iniciado el juego y tras otra negociación? Eso también debería pactarse de antemano, al igual que debería pactarse el tiempo que debe durar el juego. ¿Queremos jugar durante diez minutos o queremos hacerlo durante todo un fin de semana? Hablémoslo y decidamos.
Atendiendo a todo esto comprenderemos que si algo es esencial para que la seguridad, el consenso y el respeto sean parte integrante de este tipo de prácticas sexuales, ese algo es la COMUNICACIÓN.
Debido a que este tipo de actividad sexual incluye elementos de resistencia, las parejas deben elegir una “palabra de seguridad”. Esta palabra, consensuada y, por supuesto, conocida por ambos jugadores, debe servir al sumiso o sumisa para detener en cualquier momento el desarrollo de una acción que, por un motivo u otro, le resulte desagradable o no deseada.
Si la parte dominada entiende o siente que el juego está llegando a un límite no deseado bien sea física, bien sea moralmente, debe ordenar mediante esa “palabra de seguridad” a la parte Dominante que actúe en otra dirección, de otro modo, o incluso que cese el juego.
Negociación de los límites
Las parejas pueden hacer de esa negociación previa también un juego, sin olvidar que ese intercambio de fantasías sexuales y la imaginación de llevarlas a la práctica es uno de los mejores estimulantes que puedan existir para caldear el ambiente y, a su vez, el mejor camino para conocer las expectativas y los deseos más íntimos de la pareja.
Se pueden imaginar argumentos e historias que luego se escenificarán. Se pueden mecanografiar esas historias para tener después un texto erótico que ayude al desarrollo de la escena. Se puede hacer todo eso y más siempre que se alcance el objetivo principal de esta negociación previa: que cada participante del juego entienda lo que de Dominación o sumisión se espera de él.
También que sepa ese participante lo que en ningún caso se espera de él. Lo que, en definitiva, en ningún caso debe realizar. Si lo hiciera, traspasaría un límite y eso supondría romper las reglas del juego y, con ello, el juego en sí, convirtiéndolo en otra cosa no pactada y, por tanto, no deseada por el otro participante. En definitiva, una ruptura unilateral de un límite supondría, en cualquier caso, una violación de la libertad del sumiso o sumisa.
Lo que las parejas tienen que hacer antes de iniciar un juego BDSM es un trabajo de preparación en el que intercambien fantasías sexuales y expongan a las claras y sin tapujos lo que esperan de la práctica en la que van a participar.
La sinceridad entre las dos partes es básica para que la práctica cumpla su función y el desengaño sea una palabra sin cabida entre ellas.
Los juegos eróticos BDSM siempre son una manera sensual y divertida de conocer más profundamente no solo al otro sino también a uno mismo. Para ello es esencial que cada uno de los jugadores sepa lo que unos y otros esperan de los demás y de sí mismos. Sólo de ese modo se podrá explotar mejor y disfrutar más intensamente tanto de la Dominación como de la sumisión.