Zentai

Zentai es una contracción de palabras japonesas que viene a significar algo así como “cuerpo completo de mallas”. Imagina a Catwoman, su cuerpo completamente cubierto por un traje, sin que exista acceso directo a ninguno de sus atractivos sexuales. ¿Lo estás imaginando? Pues de ese tipo de fetichismo estamos hablando.

En el grado máximo de este fetichismo, no hay orificios libres en esos trajes-malla que cubren todo el cuerpo. Lo normal, sin embargo, es encontrar fetichistas que adoran que exista una abertura genital que permita el acceso de lengua, dedos o pene a ese espacio adorado.

Estos trajes suelen realizarse con lycra o nylon. Sólo en ocasiones se realizan con materiales metálicos. Suelen ser trajes brillantes y espectaculares, con un aire futurista o galáctico. Pueden incorporar, en ocasiones, temas animales o siniestros. En muchos casos, en el fetiche Zentai habita un algo de exhibicionista. A la persona que le gusta vestirse así le gusta mostrarse disfrazado ante los desconocidos. Le gusta, en cierto modo, hacerse notar.

Lo que cuenta el disfraz

Pero también puede darse el caso de quien, aún pensando y soñando en y con el placer que pudiera sentir mostrándose en público con su malla de cuerpo entero o con su disfraz para el caso, permanezca en el armario, escondido y oculto, negándose a salir de él por una simple cuestión de timidez o cobardía. Después de todo, el disfraz puede decir más de nosotros que nuestro modo de vestir cotidiano. El disfraz nos delata, cuenta un emocionante secreto acerca de nosotros mismos. O transmite un estado de ánimo. De hecho, toda la ropa que escogemos para vestirnos lo transmite. Si vas de cena y te pones una camiseta ajustada no expresas el mismo mensaje que si vas vestido de una manera mucho más conservadora o formal (una camisa con cuello y una corbata perfectamente colocada, por ejemplo). Si usas un traje de chaqueta no es lo mismo que si vistes un vestidito que te llega a un palmo (o uno y medio) por encima de la rodilla.

A veces te vistes simplemente pensando en la comodidad. Ese tipo de mensaje también hay que interpretarlo. También habla de ti, de tu forma de ser, de tu alejamiento, seguramente, de todo tipo de sofisticación y pretenciosidad. Tú eres así: vistes esos zapatos gastados y ya amoldado a la forma de tu pie y a tu manera de caminar no porque no puedas comprar otros. Vistes esos zapatos porque su elección te expresa emocionalmente mejor que nada.

Pero siempre existe el momento de racionalizar la ropa, de elegir mentalmente lo que te gusta, de pensar en qué ponerte para un momento determinado. Recuerda algún momento de esos, rememora tu proceso mental al elegir una ropa determinada y, al hacerlo, estarás muy cerca de comprender el proceso mental del fetichista de la ropa.

Fetichismos dentro del fetichismo Zentai

En el fetichismo de la ropa influyen muchos factores que pueden dar lugar a fetichismos muy diferentes. En ocasiones, el fetichista puede sentir cómo el erotismo radica en una prenda determinada. O en un tejido. O en una forma determinada de esa prenda. O en la forma de ponérsela y quitársela. La lencería y el striptease, no hace falta recalcarlo demasiado, tienen mucho que decir al hablar de este tipo de fetichismo. También las botas de cuero, por ejemplo; o el traje de goma.

Hay fetichistas que sienten la emoción al escuchar el ruido de la tela, o al sentir su tacto, o al saborear, con la punta de su lengua, su sabor. El olor de la misma también puede excitar al fetichista de un tipo de ropa determinado. Más de un fetichista del cuero no puede evitar el masturbarse al sentir su olor. Ese olor le habla de sexualidad desbordada, de placer máximo. Y a ese placer rinde pleitesía el fetichista cuando se masturba.

Juegos de rol

El vestirse de un modo determinado puede ser un elemento de un juego de rol o de una acción representada o de un juego BDSM. Para el fetichista extremo, el vestirse de un modo determinado o el observar a su pareja vestida de ese modo es el súmmum de la experiencia; la experiencia en sí. En estos casos, la forma de vestir es el plato principal, no el broche de oro a una escena ni la manera de hacer más excitante la misma.

Escenario y fetiche pueden estar entrelazados en muchas ocasiones. Su dependencia en estos casos es tal, que no puede entenderse el uno sin el otro. El mismo escenario deja de funcionar sin esos ropajes y los ropajes pierden su sentido lejos de ese escenario. La imaginación del fetichista exige en estos casos casi una representación teatral o cinematográfica en la que no se produzcan incoherencias que hagan irreal la escena.

La diversión, la locura y el erotismo de este tipo de fetichismo se pueden convertir en algo grupal. Las tiendas especializadas en un tipo determinado de ropa pueden dar fe de ello. Hay tiendas para ropas de estilo gótico. También las hay especializadas en ropas de goma, látex o PVC. Una buena manera de disfrutar de un fetiche determinado en cuanto a la ropa es asistir a una fiesta o evento en la que se exija precisamente eso: el tipo de ropa que es tu fetiche. Busca esa fiesta y disfrútala.
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