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Habitación roja: convierte tu cuarto en una mazmorra BDSM

Hay visitas que te abren los ojos sobre según qué cosas. Por ejemplo, la de un prostíbulo. Que una amable cortesana de tacones altos y liguero te sirva de guía y te vaya mostrando diversos dormitorios con su particular decoración es, seguramente, una de las mejores maneras de comprender el irresistible atractivo de algunos lugares.

Las fantasías sexuales en el BDSM: mazmorra, sogas y flagelación

De lo que estamos hablando no es de sexo tántrico, pero tampoco vamos a afirmar aquí que el BDSM tampoco es un deporte, aunque se pueda ver a sus practicantes sudar, perder el aliento, con el corazón bombeando sangre a doscientos por minuto, con las muñecas arañadas por una soga y los genitales y las nalgas tan enrojecidas como doloridos pueden quedar los músculos.