felación
El facesitting
El facesitting es una de las prácticas más comunes de los juegos de dominación y sumisión en los que el hombre actúa como sumiso. En el facesitting o “trono de la reina”, la cara del hombre queda atrapada bajo las nalgas de la mujer, que se sienta sobre ella. En esta práctica no importa para nada el placer masculino. La relegación de sus deseos es total. Así, el hombre sólo debe cumplir una obligación: la de satisfacer a esa mujer que se ha sentado literalmente sobre su cara.
Felación y sumisión
Lo bueno de la felación, felatio, francés o mamada (de todas estas maneras se puede llamar al acto de estimular el pene con la boca, además de soplada, chupada, guagüis, comida…) es que en el placer que proporciona (siempre magnífico a poco que la persona que la ejecuta posea un mínimo interés en realizarla y un mínimo arte) no es sólo un placer de connotaciones físicas. En el gozo que el hombre experimenta con la felación intervienen también elementos de carácter psicológico. En el imaginario masculino, la mamada ha aparecido durante mucho tiempo como un acto de dominación.
Términos ingleses del BDSM
El contrato, en el juego BDSM, debe ser la plasmación por escrito de lo pactado en la negociación previa entre los jugadores de la escena BDSM. En él se deben articular las necesidades de los jugadores, así como sus límites y fronteras que no desean traspasar. El contrato debe recoger lo que las personas que van a jugar a BDSM quieren, lo que les espera y lo que están dispuestos a asumir.
Gokkun: la ingesta de semen
Que el gokkun tenga su espacio reservado en la mayor parte de las webs que exhiben vídeos pornográficos es algo a lo que ya nos hemos acostumbrado. Que un hombre eyacule en la boca de una mujer o que la mujer beba el semen que varios hombres han vertido en una copa, vaso u otro tipo de contenedor es, fundamentalmente, el contenido principal de este subgénero del cine porno.
BDSM, cunnilingus y felación
La felación y cunnilingus pueden adquirir nuevos matices si tienen lugar dentro de los juegos BDSM. Añadir notas de dominio y esclavitud erótica a estas prácticas es añadirles un plus de placer y excitación. La emoción y la incertidumbre del BDSM le sientan muy bien a felación y cunnilungus.
Posturas de Bondage
Acostado bocabajo, enlazado a un otomano en posición supina, atados con una cuerda a una silla, suspendido con los brazos por encima de la cabeza… Éstas que hemos nombrado son algunas de las posiciones clásicas y habituales de la esclavitud erótica. Sin embargo, los juegos BDSM no cesan de innovar, y las parejas bien preparadas físicamente pueden adoptar posturas más radicales y exigentes.
La servidumbre, base de la tortura erótica
La tortura erótica implica la servidumbre de un sumiso de modo que el dominante pueda, durante un período de tiempo más o menos largo, aplicar sobre el cuerpo de ese sumiso sus técnicas de tortura más depuradas y, al mismo tiempo, eróticas. Si todo esto se combina con una gratificación retardada (“soy quien manda y no voy a dejar que te corras tan fácilmente”) y un control del orgasmo, el resultado puede ser el de un placer explosivo.
Juguetes de BDSM para el hombre, consoladores y anillos de pene
La crema o loción estimulante del pene. Estos tipos de productos crean una sensación de hormigueo en el pene erecto, intensificando así la excitación y el aumento de la sensibilidad del mismo. Este tipo de geles son los más utilizados en la estimulación manual y a la hora de mantener relaciones sexuales, aunque su sabor puede ser desagradable para la mujer en el momento de realizar una felación.
Control del orgasmo. Ejercer el control total sobre la eyaculación
La capacidad de la parte dominante de la pareja de ejercer su control total y completo sobre la excitación sexual de la parte dominada es el principio central de los juegos BDSM. Pero ese control no debemos creer que es únicamente un control sobre saber en qué momento exactamente va a correrse la pareja y de qué forma va a hacerlo.