El BDSM durante el embarazo
Para los auténticos fanáticos del BDSM el BDSM no es una forma más de practicar el sexo. El BDSM es, sin más, una parte inescindible de su vida. Por eso el tener que renunciar a él puede resultar una pequeña tortura, una especie de trauma. Eso sirve tanto para los hombres como para las mujeres. Por eso hay mujeres para las que quedarse embarazadas supone un pequeño drama. Amantes como son de las prácticas BDSM, se plantean y preguntan hasta qué punto su embarazo va a interferir en la práctica de su gran pasión. Para intentar dar respuesta a estas preguntas vamos a ver primeramente qué cambios experimenta la anatomía femenina durante el embarazo y, en bases a esos cambios y a la naturaleza propia de esas zonas, determinar cómo y hasta dónde se puede practicar el BDSM durante el embarazo.
En primer lugar vamos a fijarnos en los pechos. Los pechos de la mujer se hinchan durante el embarazo. Esa hinchazón tiene un motivo claro: se están desarrollando los conductos de la leche. Mamíferos como somos, las mamas se van preparando para cumplir su función natural: amamantar a la cría. Esto, lógicamente, las convierte en una parte muy delicada del organismo femenino y que debe ser tratada con sumo cuidado. Más allá del aumento de la sensibilidad del pecho (puede hacer más doloroso el uso de unas pinzas para pezón) hay que tener presente que los golpes en los pechos y las ataduras de los mismos pueden acabar afectando a los conductos de la leche.
Tras los pechos vamos a fijarnos en la parte de la anatomía femenina en la que tiene lugar ese milagro que es el de la gestación: el vientre. Es en el vientre de la mujer donde está creciendo la nueva vida. Los músculos de la zona se estiran y el estómago y otros órganos de la zona son empujados hacia arriba para que ese útero en constante crecimiento pueda crecer. Hallándose el feto en el seno de ese espacio, es lógico pensar que los juegos de impacto quedan absolutamente prohibidos en durante el embarazo. Cualquier golpe más fuerte de lo normal podría romper la placenta y ocasionar un parto prematuro o, directamente, la muerte del feto. ¿Las ataduras? Extremando al máximo las precauciones y dominando las técnicas de las ataduras bondage tal vez se pueda introducir alguna práctica que permita coordinar embarazo y BDSM.
Zonas aptas para combinar embarazo y BDSM
Descartando prácticamente las anteriores zonas de la anatomía femenina, las mujeres que deseen combinar embarazo y BDSM deberán centrar su atención y focalizar el juego BDSM sobre otras partes de su cuerpo.
La espalda puede ser una de ellas. La espalda no experimenta grandes cambios durante el embarazo. Los riñones siguen donde estaban, no son desplazados, y, por tanto, los juegos de impacto pueden seguir realizándose como se realizaban antes del embarazo. Eso sí: siempre que se domine la técnica de los mismos. Un látigo mal utilizado, por ejemplo, podría causar un envolvimiento sobre el vientre y, como ya hemos visto y por motivos obvios, los impactos sobre el vientre quedan absolutamente prohibidos durante el embarazo.
El culo podría ser otra de las zonas con las que poder trabajar cuando se desea combinar embarazo y BDSM. En este caso, sin embargo, hay tener un cuidado algo especial. Hay que procurar no impactar cerca de la raja. ¿Por qué? Hay quien opina que cualquier golpe en esa zona puede transmitirse al coxis y de ahí al útero. Eso sí: al ejecutar cualquier golpe en el culo hay que extremar las precauciones sobre la postura que adopte la persona que es azotada. Que nunca el vientre quede aprisionado sobre un objeto duro. La postura del perrito o el recostar el vientre sobre un mullido conjunto de almohadas puede ser una buena manera de proteger al feto mientras se practica el spanking y, por tanto, una buena manera de poder combinar embarazo y BDSM.
Los brazos son, también, una zona sobre la que se puede actuar cuando se practica BDSM y se está embarazada. También la cara (y más allá del posible problema de retención de líquido que el rostro de una mujer puede padecer durante el embarazo) puede ser una buena zona para realizar algún tipo de golpeo durante la práctica del BDSM.
Los pies, sin embargo, deberían quedar excluidos de la práctica del BDSM cuando la mujer está embarazada. Todas las personas que crean firmemente en la reflexología te lo dirán. Según estas personas, cada punto del pie está conectado con una parte del organismo. Bastaría, pues, con impactar en el punto que está conectado al útero para que el feto se viese afectado por la práctica BDSM.
Uno de los aspectos que hay que tener muy presentes cuando se quiere compatibilizar embarazo y BDSM es el aspecto emocional. El embarazo afecta hormonalmente a la mujer y cualquier afectación hormonal acaba influyendo sobre el estado anímico. Para evitar realizar o decir algo que pueda afectar emocionalmente a la mujer embarazada hay que reforzar y dejar muy claras las palabras de seguridad o safeword y extremar los cuidados y los mimos en el tiempo posterior a la escena. Reafirmar la seguridad de la embarazada que ha practicado BDSM es fundamental para poder alejar de ella todo sentimiento de inseguridad o de culpa. La culpa anticipada, ese miedo a dañar al feto, hace que, en muchos casos, la mujer embarazada no pueda disfrutar como podría ser posible de sus relaciones sexuales durante el embarazo.
También hay que tener en cuenta que el deseo sexual de la persona embarazada puede cambiar y que en la mayoría de los casos cambiará. Eso debe comprenderlo sobre todo la pareja que, junto a la mujer embarazada, desee combinar embarazo y BDSM. Hay que tener presente que la mujer puede tener náuseas o ardores de estómago o sentirse tremendamente cansada o sentirse extrañamente deprimida y con ganas de llorar por circunstancias que quien no está embarazado nunca acabará de comprender del todo. Eso deberá tenerlo siempre presente el hombre que quiera practicar BDSM con una mujer embarazada y en base a ello deberá comportarse.
En cualquier caso, hombre y mujer deberán saber que sexo y embarazo no están reñidos pero que aquél deberá practicarse con ciertos cuidados.