El reciclaje del cómplice de juegos
A veces olvidamos que a veces lo que más buscamos es lo que, posiblemente, tenemos más cerca. Ten esto en cuenta si buscas a un cómplice que te acompañe en esos juegos en los que quieres hacer servir tu vertiente dominante. Tenlo en cuenta sobre todo porque, muy posiblemente, encuentres a ese compañero en tu propia cama. Sí, no te sorprendas. ¿Por qué no puede ser tu pareja actual, la que lleva tanto tiempo contigo? Piensa una cosa: si tienes indicios dominantes dentro de tu personalidad, es muy probable que tu pareja, de una manera inconsciente, los haya ya detectado. Es más, muy probablemente son esos indicios los que hacen que se sienta tan atraído por ti.
Para que esos indicios encuentren su satisfacción, es decir, para que puedas ejercer esa dominación sexual sobre tu pareja, será necesario, muy posiblemente, que tengáis que cambiar vuestros roles y vuestro modo de comportaros en la cama. Para que ese cambio tenga lugar se necesitará un cierto reciclaje por vuestra parte. Seguramente el tuyo ya se habrá iniciado desde el mismo momento en que hayas empezado a conocer y a aceptar es fondo dominante que habita en ti. Tú ya habrás, en ese momento, iniciado el camino de tu transformación. Pero… ¿y tu pareja? ¿Cómo deberá afrontar ese reciclaje que deberás dirigir y orientar tú? Vamos a darte una serie de consejos para que afrontéis con garantías de éxito esa transformación.
Si has sido habitualmente un socio pasivo en la relación con tu pareja, esta metamorfosis o reciclaje debe realizarse de una manera calmada, con mucho cuidado. Asumir el mando en la cama no es sencillo, pero para hacerlo es importante dar el primer paso. No esperes a que te toquen. Toca tú primero. Toma la iniciativa. Por ejemplo: pellizca sus pezones. Puede reaccionar de una manera sumisa. Si es así, el camino ya está iniciado. Si no lo es, puede considerarse un pequeño castigo, un mínimo avanza. Masajea sus nalgas, da en ellas algún cachete, intenta calentarlo, que su deseo de metértela se vaya apoderando de él poco a poco. Cuando esté a punto de estallar y el deseo le ciegue y tú desees ya ser penetrada, colócate encima suyo. Tú debes marcar el ritmo. Tú debes ejercer el control sobre cómo entra y sale esa polla de tu cuerpo.
Si él responde mal a toda esa energía que has desplegado, puedes tener un problema. Es el momento entonces de que te hagas algunas preguntas. Las respuestas que des a ellas marcarán la posibilidad o no de llevar a buen puerto tus fantasías con esa persona. Posiblemente tenga un fondo dominador muy potente. Si es así, hay que hablar. Y como siempre decimos, hay que hablar con sinceridad y sin reservas. Te juegas mucho en este juego como para andar con engaños o medias verdades. Tal vez su rechazo o negativa se trate sólo una reacción momentánea ante algo (tu papel activo, tus ganas de dominar en la cama) que le ha descolocado por inesperado y sorpresivo. Para saber si se trata de un caso u otro, si es un dominante irredento o si hay posibilidades de reciclarlo para gozo de los dos, pregúntate, por ejemplo, si también es dominante e inflexible en otros aspectos de vuestra vida en común. O si es intensamente celoso y posesivo. ¿Tiene un orgullo masculino muy susceptible? ¿Se siente fácilmente insultado en él? Si es así, si su inflexibilidad y su sentido del dominio están muy arraigados en su carácter, es conveniente, si de verdad quieres llevar a la práctica esos sueños para disfrutar en tu vida de una mayor felicidad, que cambies de pareja. Como suelen decir las madres: “ese chico no te conviene”.
Pero esto no tiene porqué ser así. A la mayoría de los hombres les emociona y excita que una mujer tome la iniciativa sexual. Si es así, no te olvides de decirle lo mucho que has disfrutado con la experiencia, lo bien que te has sentido, lo importante que te ha hecho sentirte. Esas palabras le reconfortarán y le darán el sentido del orgullo que pudiera haber quedado maltrecho tras esa práctica sexual en la que tu dominio sobre él ha quedado, quizás por primera vez, claramente demostrado. Es el momento de preguntarle si alguna vez había tenido fantasías en las que era dominado por una dama. Si es así, ¡bingo!, acabas de encontrar al compañero perfecto de cama. Y, mira por dónde, ese compañero ya estaba ahí, entre tus sábanas, pegado a tu cuerpo, seguramente suplicando en su inconsciente porque le hicieras todo eso que le has hecho y lo que a partir de ese momento le irás haciendo. Será el momento de empezar a hablar de futuras sesiones, de escenarios imaginados, de tiempo dedicado en exclusiva al cumplimiento de los sueños mutuos.
Pero también puede suceder otra cosa: que te diga que nunca había tenido fantasías de ese tipo pero que te diga que le has despertado el interés, que por qué no, que estaría bien. Descubre sus fantasías sexuales y trata de integrarlas en alguna escena. Por ejemplo: él puede amar deseperadamente el cunnilingus. Saborear tu vagina puede ser para él el súmmum imaginario del placer. Pues bien: prepara una escena en la que ese acto aparezca como un castigo, que se tenga que acercar a ti a cuatro patas, como un perrito, a dar cumplida satisfacción de lo que ordenas. Lo verás y sentirás allí, entre tus piernas, lamiendo ese coño que se pondrá a rezumar de gozo, y sentirás cómo él goza de eso. Será el momento preciso de ordenarle otro tipo de cosas, que deberán ser suaves, exentas de severidad para que no recule ni se asuste. Puede servirte en ese momento en el que está ebrio de deseo gracias a ese cunnilingus que tanto os ha hecho gozar, negarle, por ejemplo, la penetración. Si al mismo tiempo que le niegas eso le obligas a masturbarse con tus bragas, es muy probable que ellas acaben pringadas con todo el chorretón de semen de su eyaculación. Y piensa una cosa: si ha disfrutado con esta primera vez, es muy probable que se le enganche, que te conviertas en su droga preferida. Si es así, ya tendrás un hombre a tus pies para poder ejercer toda esa sed de dominio que te caracolea en las entrañas.
Eso sí: si no está dispuesto ni a intentar siquiera un escenario simple, no renuncies a la esperanza. Haz que mire catálogos, tiendas, vídeos. Sólo cuando haya dejado meridianamente claro su desinterés puedes empezar a pensar en buscar a otra persona para dar salida a tus fantasías.
Un consejo: para probar por vez primera estos juegos es importante estar relajado, fuera del estrés y la rutina del día a día. Por eso recomendamos siempre buscar un tiempo en fin de semana o en mitad de unas vacaciones. Y, como siempre decimos, hablar mucho y con claridad una vez que se haya efectuado. Si lo haces así, habrás emprendido el camino correcto para disfrutar de una vida más satisfactoria como hembra tirano.