Infantilismo parafílico
En el intrincado mundo de los fetichismos no es difícil tropezarse con una de esas palabras que nos hace arrugar el entrecejo y preguntarnos: “pero esto… ¿qué significa?”. El fetichismo del que hablamos en el artículo de hoy tiene un nombre de ese tipo: autonepiofilia, un tipo de fetichismo al que muchas personas llaman infantilismo parafílico.
¿De qué estamos hablando cuando hablamos de autonepiofilia? De un fetichismo consistente en experimentar el deseo de llevar pañales y otra ropa de bebé y de comportarse como tal. ¿Extraño? Quizás un poco, como todo fetichismo, pero menos de lo que a priori podría parecer. No en vano, en un documental británico, 15 Stone-Babies, se apuntaba que sólo en el Reino Unido existen entre 200.000 y 500.000 bebés adultos. Esta gran cantidad de autonepiofílicos permite que ellos mismos puedan formar círculos sociales en los que, además de compartir experiencias, pueden compartir también material fotográfico y audiovisual sobre la autonepiofilia.
La Semana Baby, celebrada en San Francisco a principios de 1990, fue el primer evento público en el que unos bebés adultos pudieron entrar en contacto con otros. La llegada y el desarrollo de internet, sin embargo, ha facilitado el que muchos bebés adultos puedan conocer a otros, así como el intercambio de material del que hablábamos.
Los psiquiatras y psicólogos, interesados siempre en buscar una explicación “racional” a todo tipo de fetichismo, han relacionado la autonepiofilia directamente con una manera de vivir lo que se conoce como “síndrome de Peter Pan”. Según esta teoría, los autonepiofílicos serían personas que, de alguna manera, se resisten a crecer, a dejar de ser el niño que una vez fueron. Así, la autonepiofilia les permitiría el comportarse como si ese deseo se hubiese cumplido y ellos volvieran a ser aquel niño.
Prácticas autonepiofílicas
Cuando la autonepiofilia debe vivirse en pareja, la persona que convive con el bebé adulto debe comportarse con él como si verdaderamente fuera un niño. Para ello es necesario organizar rituales en los que el pañal desempeñe una función capital. Poner y quitarle el pañal al autonepiofílico es, por ejemplo, una acción muy común en las parejas en la que uno de los miembros de la misma experimenta este tipo de fetichismo.
Entre las prácticas más habituales de la autonepiofilia figura no sólo cambiar el pañal del “bebé adulto”. También podemos encontrar dentro de este fetichismo prácticas como poner crema o polvos en la zona genital, dar el biberón, etc.
Los autonepiofílicos son llamados en la cultura anglosajona Adult Baby (AB). Muchos de ellos, a su vez, son definidos como Diaper Lover (DL), esto es, “amantes de pañales”. De la conjunción de ambas circunstancias surgen las siglas AB/DL, con las que se conoce, dentro del universo de las sexualidades alternativas, a aquellas personas que experimentan este tipo de fetichismo.
Dentro de los AB/DL podemos distinguir dos grandes grupos: el que incluye a bebés adultos que, inocentes sexualmente, sólo desean ser tratados como niños; y el que incluye a los que, convirtiendo el pañal en un objeto marcadamente fetichista, busca, en la relación, alcanzar el orgasmo y la eyaculación.
Cuando se habla de la autonepiofilia hay que tener meridianamente claro que este fetichismo no guarda relación alguna con la pedofilia. El bebé adulto no se siente atraído en modo alguno por los niños. Simplemente, desea ser un niño. Quien experimenta la autonepiofilia encuentra un buen lugar para cumplir sus fantasías en los círculos BDSM. Estas fantasías pueden girar alrededor de dos ejes: el de ser mimados y cuidados o, por el contrario, el de ser castigados. Alrededor de estos dos ejes pueden desarrollarse muchos argumentos.